En inauguración año académico Escuela de Teatro_Anita Tijoux: “Me gustaría que la música o vivir de ella no fuese un privilegio, sino un oficio o un trabajo”
Se trata de una de las artistas chilenas de mayor relevancia internacional de los últimos tiempos, con 5 discos a cuesta y seis nominaciones a los premios Grammy, Anita Tijoux ha traspasado las fronteras llevando su música y letra con sentido social a gran parte de Latinoamérica, Europa y EEUU. Transmitiendo un mensaje que, por estos días más que nunca, resulta inspirador; la cantante, leatrista y compositora de rap participó de una clase abierta en el marco de la inauguración del año académico de la Escuela de Teatro de la Universidad Academia de Humanismo, oportunidad en que habló sobre la transformación del verso, la rima, y cómo la palabra, un ejercicio tan simple y cotidiano- y tan perdido por estos días- se vuelve una herramienta de catarsis y de expresión musical.
Ante una centena de estudiantes y acompañada de Ramón Gutiérrez, actor, experto en teatro clásico y docente de nuestra casa de estudios, repasó además sus inicios, su vinculación con Violeta Parra y su visión de la industria musical.
Comenta que llegó a la música por casualidad, le llamó la atención la musicalización de la palabra que descubrió de su familia. “Al ser mi familia muy política y de muchas reuniones, me llamó la atención los distintos niveles de voces que escuchaba de estos encuentros, las tonalidades y las personalidades. Siempre me parecía interesante cómo cada oficio o profesión tenía su propia personalidad. La palabra es un todo, tiene personalidad y tiene música, por eso se ha convertido en algo tan interesante de seguir explorando”.
Acerca de por qué escoge transmitir su música con un mensaje tan potente mediante la rima, considerando que ésta ha pasado a ser un elemento más bien arcaico entre los nuevos poetas, manifiesta que “la rima no nace de la nada, la rima está contextualizada en el movimiento hip hop. Nací y me crié en Francia junto a otros inmigrantes, y si bien nací en ese país no me sentía francesa tampoco. Entonces, el hip hop se instauró como una patria, como nuestra patria liberada, entonces era como una afirmación: mis viejos son chilenos, yo no me siento francesa, no conozco Chile, pero si soy hip hop”.
Cuenta cómo crecer en Francia, y tener como base a dos grupos clásicos de hip hop francés, influyó también en su despertar en las rimas y hacer catarsis con la palabra. Con solo 8 años, el contexto que se vivía en esos tiempos estaba marcado por los intramuros, la periferia y la zona migrante “esa fue la primera vez que escuchábamos rimar en el idioma que entendíamos y que se reconocía. Decíamos cómo alguien era capaz de decir exactamente como yo me siento. Y ahí nace esa necesidad de expresar lo que sentíamos, de tomar papel y lápiz para hacer catarsis con la palabra. La palabra y la rima cobraban sentido y razón en todo los planos; cobraba un peso de identidad y afirmación hacia el mundo”.
Acerca de lo que ocurre actualmente con los nuevos géneros y la industria musical, considera que el capitalismo no sólo se instala en la política y economía, también traspasa la palabra, la música, en lo que tiene que durar una canción y se pierde la profundización de la palabra y el contenido.
“Hemos perdido la conversación, algo tan simple como la sobremesa. No hay nada más revolucionario que la sobremesa. La capacidad organizativa de una casa, ahí está la asociación colectiva. Ahí uno hace política sin saberlo, una correlación directa, y eso también es música. Uno rima todo el rato sin darse cuenta. Y es ahí donde se establecen las mayores profundidades de la palabra. Eso es música pura, eso es puro hip hop”.
Lo anterior cobra mucho sentido y valor al momento de crear y componer “las canciones son fruto de una conversación y una sobre construcción de experiencias. Todo es materia: las tristezas, las penas, las rabias, el resentimiento y el desacomodo. La composición no tiene orden ni horario”.
Lo mismo pasa al visitar otros lugares o países. Explica que no sólo coparte su música, también le permite empaparse de contenido para complementar sus creaciones. “Te permite tener un material adosado que no traen o no tienen los libros. Cada viaje o cada estadía son nuevas experiencias, me retumban en la cabeza, va dejando secuelas infinitas y producen pensamientos y nuevos contenidos que uno va incorporando al oficio de uno. Es un pensar en voz alta”.
Finalmente, se refirió a la realidad de los artistas en el país y a la presión que ejerce la industria “Me gustaría que la música o vivir de ella no fuese un privilegio, sino un oficio o un trabajo”. Reconoce que se ha visto enfrentada a la industria: “siempre habrá mucha presión por escribir de una cierta manera, pero hacer buenas canciones es lo único que te queda”.
Violeta Parra
Sobre Violeta Parra, a quien admite descubrió tardíamente con Décimas y la anti cuecas, “descubrí a una Violeta tarde y totalmente adelantada a sus tiempos; a una Violeta rabiosa, para mi súper rapera, más rapera que todos juntos. Tenía eso de ser enojona y media ácida”.
Señala que “Chile es un país nostálgico, somos súper tristes, amargos, alcohólicos, cuestionadores y depresivos, y eso también hace la belleza del país. Y para mi Violeta representa esa bipolaridad. Además, Chile es un país de poetas, por eso quizás tanto rimador y rapero. La poesía si bien la han querido borrar, en términos culturales y con dictaduras, la llevamos todos nosotros; la historia ha quedado plasmada en la piel, en la epidermis cultural del país”.