En inauguración de seminario en la UAHC Ex vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera: “Ya no se puede predecir hacia dónde va la historia”

En inauguración de seminario en la UAHC Ex vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera: “Ya no se puede predecir hacia dónde va la historia”

Meses antes de asumir el cargo, el presidente Gabriel Boric describió a la cadena BBC una “cercanía ideológica” con el pensamiento y la obra del ex vicepresidente de Bolivia Álvaro García Linera, considerado uno de los principales referentes del proceso constituyente que vivió el país andino. De visita en la UAHC para dictar la conferencia inaugural del seminario “Neoliberalismo y Derechos Humanos: Debates desde la teoría crítica latinoamericana”, el teórico marxista e indigenista concentró la primera sección de su ponencia en la desaparición de certidumbres que por décadas ha ofrecido el modelo neoliberal, para ofrecer a continuación una revisión crítica a las estrategias con que las izquierdas progresistas de América Latina enfrentan el ascenso de la ultraderecha frente al vacío de poder que ha dejado el agotamiento del sistema tradicional de partidos.

“¿Que sucede cuando los marcos culturales con los que la sociedad se organiza se diluyen? El horizonte predictivo se derrumba y nos vemos enfrentados a una vorágine de acontecimientos. Eso pasa hoy en el mundo. El libre mercado y la globalización ofrecían un destino hacia el cual nos dirigíamos y este era el espíritu dominante del planeta. Nadie podía afirmar algo distinto, el mundo era así y así se organizaba el mundo. Resulta ahora que ninguno de estos credos que se impusieron por 40 años resuelve los problemas actuales. Estas leyes universales han comenzado a desdibujarse. Hoy estamos frente a un envejecimiento y un envilecimiento del neoliberalismo. Vemos un desquiciamiento cognitivo entre las certidumbres imaginadas y lo que tenemos enfrente. No se puede devolver la magia y la credulidad y ya no se puede predecir a dónde va la historia”, afirmó el docente y ex número dos del Gobierno del presidente Evo Morales (2006-2019).

Navegando en un tiempo sin futuro

Ante lo que describió como una versión secular de un crepúsculo de los dioses donde “las ideologías también se cansan”, el docente propuso la categoría de “tiempo liminal” empleada por el antropólogo británico Victor Turner para identificar el momento histórico que vivimos actualmente, donde los participantes están parados frente al umbral entre lo que se ha ido y lo que está por llegar. “Cuando hay un vacío de porvenir quedamos navegando en un presente sin futuro, lo que se traduce en un desasosiego global. La época liminal es el intermedio, la suspensión del tiempo social donde el tiempo físico se comprime en una vorágine de acontecimientos, pero el tiempo social parece estar detenido. El acontecimiento liminal señala el fin de una era, pero no como avance gradual sino como corte abrupto o vacío que puede extenderse por años o décadas”, advirtió.

En momentos como este, indicó, las elites se fragmentan, surgiendo nuevas propuestas más extremas que se inclinan hacia la derecha o la izquierda. Frente a un sistema polarizado donde varios ofertantes apuntan a seducir a un votante cada vez más apático, la derecha dura -encarnada en Donald Trump, Jair Bolsonaro y Giorgia Meloni- apunta al disciplinamiento de los díscolos para volver al orden y el respeto de la autoridad. Las izquierdas, por su parte, experimentan un “renacimiento centrífugo” donde reivindican la justicia social pero no proponen caminos viables que permitan alcanzar un futuro que luce cada vez más esquivo. “Todas estas propuestas son parte de un caos general que no logra formar un proyecto duradero. Lo que vemos hoy son victorias cortas y derrotas cortas, donde no hay por el momento hegemonías de proyectos a largo plazo”, sostuvo el profesor.

Lecciones en la derrota y recetas para el activismo

Consultado sobre el contundente rechazo que sufrió la propuesta constitucional en nuestro país, señaló que lo ocurrido era previsible y no se debía achacar exclusivamente a una ofensiva comunicacional de los grupos de poder, un fenómeno ya visto en su experiencia personal. “Esto no es novedad, los medios de comunicación siempre han sido conservadores, eso viene desde el macartismo. En Bolivia tuvimos una campaña de demonización donde decían que te iban a quitar las casas, el derecho a educar a los niños y que iban a reconvertir las iglesias. Este ambiente mediático muy adverso que envenena el proceso no se inventó acá. La novedad es cómo se enfrentó eso. Y creo que la salida de enfrentarlo con buenos modales fue un gran error”, opinó.

Según su análisis, estamos presenciando la formación de un nuevo modelo de legitimación, una disputa por el poder entre variantes post fascistas, reformistas y revolucionarias que en algún momento se dirimirá a favor de aquellas propuestas que logren movilizar a la mayoría en torno a nuevo ejes o ideas fuerza. En línea con este diagnóstico, García Linera advirtió sobre el efecto corrosivo que puede tener la presión inflacionaria frente a los proyectos de justicia social, ejemplificando con el caso de su país donde durante la década de 1980 la inflación se disparó sobre el 8.000%. “Durante 40 años la izquierda no volvió a Bolivia. La inflación es un cementerio de proyectos. Las izquierdas siempre han tenido problemas con ella. Salvo contadas excepciones, siempre han sido derrotadas por la inflación y las derechas aparecen con más fuerza porque dicen: ¡El culpable fue él!”.

Ante esta competencia abierta ofreció algunos consejos prácticos para activistas de izquierda que buscan inclinar la balanza. “Los momentos de repliegue y contracción que no son perpetuos. Hay cosas que no han sido resueltas y no debemos olvidar que la extrema derecha obtiene la votación que recibe porque hace una lectura eficiente del malestar social. La molestia se manifiesta mediante el voto y la calle y el/la activista debe ser capaz de moverse en simultáneo. No te saltes los pasos necesarios de pedagogía, hay que ser humildes para articular lo que las personas están viviendo. Hay que saber leer el alma de la gente, sus expectativas. Tenemos que saber encontrar la manera de entender al otro, sus necesidades y frustraciones, saber encontrar los rasgos colectivos y separarlos de los más individualistas que todos tenemos. Ahí uno viene y lo empaca de una manera clara y atractiva”, propuso en la conferencia.

Revisa más imágenes de la actividad en esta galería:

Neoliberalismo y Derechos Humanos_

Y un registro en video de la conferencia en este enlace: