En inicio del año académico de los magister UAHC_Leif Korsbaek Frederiksen, Doctor en Ciencias: “La lucha de clases ya no es motor del avance de la historia”
La inauguración del año académico de los Magíster en Antropología y Magíster en Metodología de la Investigación e Intervención Social, corrió a cargo de la charla: “La Escuela de Manchester, antropología británica crítica”. En ella, el doctor en ciencias Leif Korsbaek Frederiksen, de la División de Ciencias Sociales y Humanidades, de la Universidad Autónoma Metropolitana de México (UAM) explora la influencia y violento impacto de los colonialismos británicos en África y Latinoamérica además de cómo esto ha definido a su vez a las distintas escuelas etnográficas.
“Cuando se habla de la antropología social británica se hace por costumbre”, dice el investigador sobre nombres clave como Malinowski y Radcliffe Brown para abordar luego esta disciplina del conocimiento que también abarca aspectos de la sociología, nació en la Universidad de Victoria en Manchester como parte de la política del Estado de bienestar en Inglaterra a mediados del siglo pasado y cuyo legado, el docente identifica en un específico estudio de las colonias y metrópolis con un marco teórico que transcurre con una velocidad particular: “La lucha de clases ya no es motor del avance de la historia. Los procesos culturales son lentos y los procesos sociales son más rápidos y se dificulta a veces seguirles el paso. Entonces, ¿qué pasa con los cambios socioculturales?”, pregunta el danés.
Plantea que, a diferencia de otras antropologías, la británica no está tan interesada en la historia. Parte de esa evidencia radica en que los etnógrafos de la isla estudiaban inmersos en las políticas del colonialismo, pero no profundizaron más allá del asunto. “Se introdujo un interés por el aspecto positivo de los rituales de la sociedad. Sin embargo, no se concibe un enfoque así sin analizar el presente político y ritual de, por ejemplo, los mapuches”, cree Korsbaek.
Más tarde se fueron sumando otras facetas como el estudio científico del aspecto social, la faceta económica y observante de la cotidianidad, agrega. “Los daneses no nos metemos mucho en esto porque no hemos tenido colonias, pero lamentablemente sí nos hemos hecho populares por la neutralidad que se mantuvo en las guerras y en los ingentes ingresos obtenidos con el tráfico de esclavos”, cuenta sobre sus sesgos personales.
El debate sobre el colonialismo exige diferenciar entre uno directo y otro indirecto. Algo en lo que México, el país donde ejerce actualmente lleva algo de ventaja a nivel de la academia pues se da una coexistencia de diferentes niveles de “ciudadanías” como los mestizos, indígenas, campesinos y migrantes.