En seminario organizado por Instituto de Humanidades_Expertos internacionales analizaron la cobertura de los medios durante el estallido social
“Crónica, literatura y lingüística” fue el tema de la 5ta sesión del Seminario Pensamiento Latinoamericano Contemporáneo, organizado por el Instituto de Humanidades, el Doctorado de Estudios Transdisciplinares Latinoamericanos y el Magíster en Desarrollo Sustentable de Ambientes y Territorios. En dicha oportunidad estuvieron presentes los investigadores John Bak de la Universidad de Lorraine y Aleksandra Wiktorowska académica polaca con un doctorado de la Universidad de Barcelona. Ambos apoyaron la ponencia de la académica Patricia Poblete y que se denominó “Crónica roja en la prensa chilena: inicios e influjos”. Aprovechando su presencia en el país, ambos reflexionaron sobre el rol de los medios de comunicación en la cobertura del estallido social y aquellos elementos culturales comunes que se identifican en otros movimientos sociales de descontento en Europa y Latinoamérica.
Aleksandra Wiktorowska señaló que el estallido social, se produjo durante el peak de su estadía en Santiago. En la oportunidad pudieron informarse, en un primer momento, de forma general respecto de lo que sucedía, pero con el paso de los días, sintió la falta de contexto en dicha información. “Del 18 al 24 de octubre me informaba sobre todo por CNN Chile, ya que estuvimos desplazándonos frecuentemente y en la mayoría de los establecimientos como tiendas, restaurantes o cafés, donde siempre había un aparato de televisión encendido. Pero luego necesité más contexto, es decir, una cosa son los datos o los hechos que CNN recoge y presenta a los espectadores y lectores y otra, bien distinta, es el análisis de la situación o el contexto de los hechos” señala Wiktorowska, y añade que sintió la falta de muchos datos respecto a la cantidad de los manifestantes, la brutalidad de Carabineros y las cifras en relación a víctimas.
Por su parte, el académico John Bak analiza a los medios de comunicación alternativos como una respuesta inevitable a los medios de prensa controlados por el gobierno o sesgados por el empresariado. El investigador y académico señala que los sesgos de los modelos empresariales no significan que no sean dignos de confianza (como lo son las prensas estatales), asimismo, las fuentes de medios alternativos también pueden generar noticias falsas. “Los medios de comunicación independiente no significan necesariamente que sean honestos, aunque algunos sitios que promueven el periodismo de promoción pueden serlo. Encuentro todo esto bastante complicado y preocupante porque en realidad, sólo se trata de que el lector/consumidor, sea consciente del nivel de confianza de la fuente de los medios de comunicación y de los potenciales sesgos políticos que produce o defiende”, argumenta Bak. Agrega que los medios alternativos son necesarios cuando aquellos (medios) estatales controlan el acceso de la gente a la verdad.
MOVIMIENTOS EN EL MUNDO
Para ambos académicos, el movimiento social de descontento que más se parece al chileno, son “Los Indignados” y el “15M español”, que inspiró luego también a Occupy Wall Street, entre otros. Según señalan, hay elementos culturales comunes como la presencia de los jóvenes unidos por la lucha contra el sistema capitalista y la explotación. Pero mientras en España el movimiento era más bien minoritario, con jóvenes -sobre todo universitarios- que ocuparon las plazas de las ciudades exigiendo cambio de política del gobierno. De este movimiento surgió el partido “Podemos” con Pablo Iglesias a la cabeza.
Según comenta Wiktorowska, no se trataba de marchas que unían a más de un millón de personas como las que se vieron en Chile durante la última parte del año 2019. “Acá lo veo mucho más extenso, más intergeneracional y mucho menos politizado; no sé trata sólo de los jóvenes o de la gente de izquierda, sino que estos jóvenes representan a la sociedad que exige los cambios. Lo paradigmático, es también que se trata de un movimiento sin líderes y que está contra todos los políticos que durante años en el poder no hicieron nada para mejorar la situación de la ciudadanía”, sostiene.
En cuanto a los elementos culturales comunes con otros movimientos de Latinoamérica, la docente destaca la presencia de los pueblos indígenas, tanto en el caso de las últimas protestas en Ecuador, como en Chile. “Lo veo como un hecho histórico sin precedentes que el pueblo Mapuche se mostró a favor de la lucha y del pueblo chileno. Lo mismo si miramos el caso de Colombia. En Europa esto obviamente no tiene lugar y los movimientos sociales están más “fragmentados”, por así decirlo, por diferentes opciones políticas” aseveró.