En Seminario Permanente de Antropología Política_Dr. Pedro Musalem comparte observaciones del rito del yagé en Colombia como acto de resistencia
El Seminario Permanente de Antropología Política recibió al Dr. Pedro Musalem en la Escuela de Antropología de la UAHC, donde compartió con pares y estudiantes los principales resultados de su investigación “Historia y política entre los pueblos del yagé: una etnografía en medio del conflicto colombiano”.
El pródigo trabajo de campo del médico e investigador de la Universidad Federal de Santa Catarina, Brasil desmenuza las relaciones interétnicas de los pueblos indígenas amazónicos de las riberas fronterizas de Ecuador y Colombia a lo largo de los últimos 30 años de influencia política y militar consecuencia de la presencia de las FARC, milicias del estado y los productores de cocaína además de la resistencia chamánica a través del ritual del yagé.
Musalem plantea las dificultades y oportunidades que este entorno de conflicto ofrece al trabajo etnográfico. En específico, la zona que circunda el río Putumayo, algunas de las cuales tienen características de resguardo indígena, es decir, territorios inalienables de miles de hectáreas exclusivas para comunidades de ascendencia amerindia, son de gran relevancia para estos estudios, dice sobre un territorio que fue controlado por las FARC por décadas.
Estas comunidades mantuvieron una relación de convivencia en los que se convirtieron en la base social de la guerrilla al producir la coca que esto sgrupos usaban para financiar la maquinaria de guerra y en la que muchos jóvenes terminaron formando parte de sus filas. Esto hasta que el 2004 el Plan Colombia permitió la expulsión de narcos y paramilitares dejando al descubierto una serie de pérdidas culturales y patrimoniales en las que el consumo del yagé o ayahuasca, hace las veces de acto de resistencia.
En un sentido institucional, la zona de estos asentamientos alrededor del río Putumayo se consideran tierras interétnicas, pero también objeto de reyertas a nivel de campesinos, indígenas y afrodescendientes que se enfrentan por diversos beneficios de un estado que –como en muchos casos semejantes en Latinoamérica- no toma en cuenta mestizajes. No obstante, el etnógrafo compartió registros en los que se aprecia cómo los partícipes del rito resuelven diferencias administrativas, sociales y personales a través de cánticos y relatos donde el alucinógeno es pieza fundamental para permear la realidad y su cosmovisión.
El yagé es un brebaje ceremonial que consiste en la mezcla de un arbusto llamado chacruna y la ayahuasca local que potencia el efecto de la dimetiltriptamina, un potente alucinógeno. El culto que tiene lugar es un cántico colectivo acompañado de armónica, sonajeros en el que permanecen en pie quienes más experiencia tienen en el consumo de yagé sin sucumbir a sus efectos.
Como alternativa de orden, estas selvas han conocido del despojo de los industriales del caucho del siglo XIX y de una especie de “orden guerrillero” ejercido por las milicias y grupos paramilitares que han caído desprestigiados por sus propios excesos. Así es como, los mismos indígenas han generado, de paso, un movimiento indígena nacional marcado por un siglo de etnohistoria.