En seminario sobre nuevos feminismos_Pensadoras latinoamericanas deconstruyen concepto peyorativo de la ideología de género
El Seminario “Otros Tiempos, otros Feminismos: Desafíos latinoamericanos”, organizado por Corporación La Morada, la Articulación Feminista Marcosur (AFM) y la Unidad de Género y Sexualidades de la UAHC realizó un repaso regional sobre las pluralidades, diferencias y coincidencias entre estos movimientos. La cita analizó, entre otros aspectos, las tensiones que genera la dispersión de poder dentro de los diferentes colectivos feministas de Chile, Perú y Bolivia, por ejemplo.
En tal sentido, la socióloga peruana Virginia Vargas, cree que estas atomizaciones generan a su vez una oportunidad de impulsar entendimientos y nuevos aprendizajes relevantes para la causa. Coincide con ella la investigadora brasileña María Betânia Ávila, para quien “la persistencia de una memoria común, pese a estas controversias, fortalece estos pensamientos diferentes pero interseccionales cuando se trata de mujeres campesinas, afrodescendientes, lesbianas o con conciencia de clase”.
“Toda variedad es bienvenida”, agrega Francisca Pérez Prado, la psicóloga directora de La Morada. “Cada mujer, en sus diferentes modos de entender la violencia puede tomar una posición ante estas vulneraciones. La manera en cómo nos planteamos ante esto nos lleva a coincidir en estrategias y nos da el carácter de diversas”, agrega.
Dichos modos de entender la violencia trascienden los titulares de crónica roja y abarcan también la manera paternalista en que se ha debatido la Ley de aborto 3 causales, los derechos de la mujer indígena o la reciente brutal represión ciudadana en Brasil, creen las conferencistas.
Feminismo: ondas en un estanque
Vargas aborda desde su experiencia la ola conservadora que define al feminismo como una “ideología de género” de manera peyorativa y también cree que es una ocasión de diálogo si se considera la crítica. “Esto impulsa entendimientos y nuevos aprendizajes. No obstante esta tensión genera formas diferenciadas de distribución del poder dentro de los feminismos”. La experiencia histórica acredita situaciones parecidas en la participación de mujeres en movimientos fundamentales como el zapatista, mapuche o de Guatemala. “De las mujeres de estas etnias podemos aprender mucho acerca del cuerpo como territorio y lo que alimenta ese cuerpo y la cultura feminista”, señala citando el caso de Lorenza Cayuhan, la mujer mapuche que dio a luz encadenada y rodeada de gendarmes.
La socióloga brasileña María Betânia Ávila recuerda a la audiencia que el feminismo es una bullente voz que atraviesa la historia. Para nada es algo reciente como algunos poderes quieren dar a entender. “Presentarlo de esa manera es un recurso dominante que considera a la mujer como un ente fuera de la historia. La palabra de la mujer no es algo que aparece y desaparece como las ondas en un estanque, es una fuerza que también puede comenzar una revolución”, dice entrando en el momento sombrío que vive la democracia en Brasil. “Hay un desafío ahí, pero también una permanencia de la memoria. Sin ella todo movimiento por muy fuerte que sea, como el feminismo, carece de fuerza. Hay muchas tareas, pero la principal es generar pensamiento crítico. El golpe en Brasil es patriarcal, fundamentalista y violento contra la mujer. Un tipo de violencia autorizada que se refleja cotidianamente”, explica.
Al final y para analizar luego del conversatorio, Francisca Pérez lanza una pregunta al público femenino presente: “¿Cuáles son los feminismos que podemos construir desde hoy?. Creo que en la actualidad ya no estamos en ese estadio de la palabra escondida, del miedo a defender una postura. El desafío que sigue es darle peso, definición y tacto a este concepto”, invita.