Equipo de investigación sobre Economía Social y Solidaria realiza importante estudio
Equipo de investigación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano lideró el estudio que arrojó importantes conclusiones sobre éstos sectores de la economía. El documento ya fue entregado a la Dirección de Asociatividad y Economía Social del Ministerio de Economía.
La Economía Social y Solidaria (ESS) muestra y expresa experiencias que en términos de propiedad y gestión es muy distinta a la realizada por la economía pública-estatal y la economía privada-capitalista, que hoy dominan en el mundo.
Y esta nueva mirada, que mezcla experiencias clásicas como mutualismo y cooperativismo con otras recientes y emergentes, quiere seguir abriéndose paso en Chile y en otras sociedades.
Es por eso que el equipo de investigación sobre ESS de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, que encabeza el académico Raúl González, realizó un estudio para analizar la viabilidad de un observatorio para estas unidades económicas en nuestro país.
Una experiencia en la que también participó la Universidad Católica del Maule, a través de los investigadores Eduardo Letelier y Julien vanhulst; y las universidades de Concepción y de Playa Ancha, con Beatriz Cid y Tania de Armas, respectivamente.
El estudio, que ya fue entregado a la Dirección de Asociatividad y Economía Social (DAES) del Ministerio de Economía para que ser analizado y evaluar la viabilidad de implementar un observatorio, buscó entregar el diseño y directrices prioritarias para implementar un proyecto de esta índole. En síntesis, determinar qué es lo que se desea observar.
El grupo de investigación examinó 25 observatorios, entrevistó a 32 dirigentes y realizó un seminario sobre las experiencias y visiones de los observatorios de Economía Social y Solidaria.
Este análisis ayudó a responder preguntas sobre la corriente económica, como por ejemplo, quiénes deben ser parte de una ESS; qué se espera de una institución como tal; cuán comprometido debe estar el observatorio con las organizaciones; quién debe financiarlo o quiénes deben administrarlo: las propias asociaciones de la ESS, las universidades, el Estado o una combinación de las anteriores.
“El estudio concluyó que no hay una definición única de ESS. Hay ciertas corrientes que en su conjunto constituyen la Economía Social y Solidaria. Por ejemplo, la corriente que pone el acento en que la propiedad sea colectiva o asociativa, otras se enfocan en aspectos gratuitos que entregan ciertas entidades, y hay vertientes donde las iniciativas benefician al grupo que las realizan”, explicó González.
Una corriente plural que desde el siglo XIX ha tenido expresiones como las cooperativas de trabajo, de consumo, de vivienda, agrícolas y campesinas, de educación, y otras. Algunas de ellas incluso tuvieron un crecimiento entre 1960 y 1970.
En tanto, en la década de 1980 hubo una emergencia de experiencias asociativas en el mundo poblacional urbano-popular, que surgen de la precariedad que se vivía en Latinoamérica y que permitieron ahondar en esta nueva forma de economía.
Y ya a partir de la década de 1990 hasta la época más reciente, empiezan a proliferar expresiones variadas y asociadas al medio ambiente y la ecología, al consumo, al comercio justo o la agricultura orgánica. Asimismo, desde estas experiencias asociativas -cooperativas u otras- también se han revalorizado las prácticas comunitarias indígenas.
“Como estas, también son interesantes prácticas no mercantiles presentes en fundaciones y en múltiples tejidos barriales donde se producen servicios que son entregados de forma gratuita”, añadió González.
Ahora, la implementación de un observatorio de esta índole es una decisión política y de las organizaciones involucradas, las que deben buscar los caminos posibles para la creación. De momento, el informe entregado al Ministerio de Economía expone ciertas recomendaciones que debiesen ser atendidas en el eventual organismo.
“El observatorio podría cumplir un rol importante para visibilizar la Economía Social y Solidaria, alimentar políticas de fomento, conocer la magnitud y sobre todo distintas expresiones de la corriente. El observatorio debería tener participación de organizaciones de la ESS, y en una serie de caminos donde esta economía se podría desarrollar más, como el turismo sustentable, viviendas, sistemas de seguridad social, cooperativas de trabajos y otras”, finalizó González.