Estudiantes y docentes de Pedagogía en Educ. Básica participan en actividad de memoria en el Patio 29 del Cementerio General

Estudiantes y docentes de Pedagogía en Educ. Básica participan en actividad de memoria en el Patio 29 del Cementerio General

En el marco de la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado, estudiantes y profesores de la carrera de Pedagogía en Educación Básica de la UAHC participaron, junto al Colectivo Patio 29 – Resistencia contra el olvido, en el proyecto “Flores de Arcilla” para acompañar las 700 cruces del Patio 29 del Cementerio General. La actividad de homenaje a las víctimas de la dictadura que fueron sepultadas como NN en el recinto tuvo un profundo sentido emocional para los/as estudiantes que se sumaron a la actividad, señaló la jefa de la carrera, Luz Eliana Cisternas.

“Como carrera creemos que la batalla por la memoria, el nunca más y la no repetición debe ser un mensaje que inunde y se incorpore en el proceso formativo de nuestros futuros profesores y profesoras. Nos hemos planteado promover la formación de profesores/as para una ciudadanía democrática comprometidos/as con el respeto a la vida y a los derechos humanos, desde un espacio que valora el disenso y la pluralidad de voces”, expresó la docente.

El profesor Hugo Hinojosa explicó las razones que llevaron a elegir esta forma de tributo. “La iniciativa consistió en honrar a quienes soñaron un mundo mejor con flores rojas de arcilla. Se eligió la arcilla porque es un material noble, que después de pasar por el horneado resiste todo tipo de inclemencias, y cuyo color rojo representa la valentía, la fuerza y la pasión por la vida. Esots símbolos físicos constituyen una forma de reencontrarse desde el barro con la historia, moldeando eternas primaveras que permitan liberar el alma de las y los que allí padecieron luchando por una sociedad mejor más justa y humana”.

El estudiante Cristóbal San Martín, de cuarto año de la carrera, señaló respecto a la experiencia: “Participar de esta actividad fue importante para mi formación como docente, ya que el ejercicio de recordar a personas que querían una sociedad mejor es un acto de amor tremendamente relevante, y así mantenemos viva la memoria y la búsqueda de la verdad, empatizando con las familias que aún buscan a sus seres queridos. A 50 años del golpe militar es un deber seguir organizando y participando de estas instancias de memoria, hasta que se consiga el objetivo que es darle respuesta a las familias, y  seguir avanzando en la construcción de una sociedad más justa”.

Por su parte la estudiante de tercer año Geraldine Eltado destacó el valor social de este tipo de experiencias en la formación de las nuevas generaciones de docentes. “El “nunca más” que planteamos es la convicción que tenemos como futuros/as profesores/as, de no olvidar lo que pasó, enseñar a las nuevas generaciones y sensibilizar con hechos tan desgarradores como estos, pues estamos hablando de personas, las que en su gran mayoría tenían una edad similar a la nuestra. Nuestro compromiso con la memoria está latente, es lo que nos ha movilizado como estudiantes a ser profesores”.

“Actividades como esta, donde nos reunimos con familiares de detenidos desaparecidos son realmente necesarias; ver y escuchar a esas personas que no han bajado los brazos y todavía luchan por la verdad y la reparación, y que esperan que los jóvenes no olvidemos a nuestros/as compañeros/as y asesinados, torturados y desaparecidos por luchar y pensar distinto, reafirma nuestro compromiso por una educación que vele por los derechos humanos. Estar ahí, donde hace 50 años les callaron, es un acto de rebeldía, porque los jóvenes de ahora sabemos lo que pasó y no permitiremos que la historia sea negada, mal contada y que se repita. Todos/as los que están en ese patio siguen presentes”, concluyó.

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