Expertos/as de la UAHC comentan inflación, pensiones y expectativas: los principales desafíos económicos del gobierno entrante
En un momento de grandes expectativas ante el programa de gobierno del presidente Gabriel Boric, particularmente en lo referente a su proyecto de reformas económicas, el telón de fondo se muestra complejo, al menos en un primer año marcado por una desaceleración económica producto de la pandemia y el choque global que plantea la guerra en Ucrania, entre otros factores. Los principales efectos de este escenario se proyectan para el segundo semestre, donde el mandatario y su equipo de Hacienda deberán responder a sus votantes con un presupuesto magro y las reservas de un primer semestre de un crecimiento negativo, señala el economista y docente UAHC Hugo Fazio acerca de las pruebas de fuego que deberá enfrentar Boric.
Fazio suma a estas variables las implicancias de la inflación esperada en los costos del combustible, los cereales y el transporte en general además del intercambio de precios con mercados internacionales de los principales productos chilenos como el cobre, cree el economista y autor de “Chile y el mundo en tiempo de pandemia: impactos económicos”. Junto a él, otros/as expertos/as llaman a poner atención sobre cómo se abordará la reforma de pensiones y la reforma tributaria con que Boric pretende robustecer su plan de gasto que promete reducir la brecha social en uno de los países con mayor desigualdad según la OCDE.
La economista y docente del Instituto de Humanidades UAHC, María Luz Trautmann, cree que la reforma tributaria debe ir de la mano con un freno efectivo a la cultura de la evasión tributaria empresarial. “Hay que ver de dónde provienen esas ganancias tan abultadas de empresas que -incluso- generaron más utilidades en medio del dolor y la pobreza de la pandemia que sufrió gran parte de la población que se vio forzada a superar la emergencia con sus propios ahorros previsionales”, opina. En ese contexto, la tramitación de un quinto retiro previsional y su discusión accidentada abre un flanco de desgaste para La Moneda, agrega el economista Raúl González, quien considera que el Ejecutivo debe agilizar su propuesta en materia de pensiones. “El Gobierno debe dar un giro radical sobre el eje de la discusión, pasando del retiro hacia el nuevo sistema previsional. En cuanto a importancia y significado, ello debe estar por encima de las discusiones de lo que significa un quinto retiro. Mientras esto no ocurra, el tema de los retiros seguirá estando presente”, enfatiza ante una eventual pérdida de apoyo del mandatario producto del manejo de estas expectativas y la búsqueda de una solución estructural como la que movilizó a la ciudadanía a partir del 18-O. “Si en virtud de cautelar la estabilidad se cancelan estas reformas, no se habrá dado ningún paso significativo en asumir las realidades de Chile”, sostiene el director del Instituto de Humanidades UAHC.
Factores externos
El rol del Banco Central y otros organismos del Estado también son factores a considerar, explica el docente de la carrera de Sociología de la Academia, Cristian Candia, quien llama a considerar que el ente emisor promueve una política monetaria más contractiva para acotar la inflación, la cual puede ser afectada por presiones de precios a nivel global en tiempos de interrupciones en la cadena de suministro por la guerra en Ucrania, por ejemplo. “La posibilidad de controlar la inflación es muy limitada en una economía tan abierta y dependiente de la producción de bienes externos como la chilena”. A su vez, advierte que las nuevas autoridades intentan evitar que la economía “se sobrecaliente” a través del alza de las tasas de interés, lo que podría tener como efecto indeseado una actividad ralentizada con una inflación acelerada, un escenario descrito como “estanflación” y sobre el cual no hay un consenso definitivo entre los expertos.
Toda nueva reforma y su avance debe ir de la mano de un trabajo extenso que abarque una política comunicacional acorde para presentar la forma y el fondo de estos cambios exigidos por la ciudadanía y los votantes, cree el rector de la UAHC, Álvaro Ramis. El Dr. en Ética y Democracia sostiene que estos cambios de largo y mediano lazo, muchos de ellos percibidos como urgentes, suceden en áreas donde el gobierno puede operar con autonomía, a diferencia de otros estructurales donde la dificultad para conseguir votos en el Congreso encierra una complejidad que ya es visible como una “doble paradoja”, agrega. “Por un lado hay avances que se entrampan por la necesidad de contar con el apoyo político en el Parlamento, como es el caso del discutido quinto retiro, que el Gobierno busca detener en cuanto al efecto que esta medida puede tener en la inflación y el ralentizamiento de la economía por otros procesos simultáneos. Ahí hay un punto de difícil resolución que le exige al ejecutivo lograr una articulación con el mundo parlamentario que permita avanzar de manera ordenada en esas metas”, sostiene Ramis.
Para la profesora Lorena Araya de la Escuela de Ciencia Política, Gobierno y Gestión Pública, la principal prueba de un/a nuevo/a gobernante a la hora de impulsar un programa económico innovador y ambicioso, es lograr responder a las promesas hechas a sus electores/as. “En el caso del gobierno del presidente Boric, este no sólo debe enfrentar el hecho que debe cumplir con su electorado para mantener la legitimidad gubernamental, también tiene como desafío combinar las expectativas de los diferentes sectores sociales prepandemia con los efectos postpandemia. Esto requiere una priorización de las políticas públicas tanto de las demandas objetivas como las subjetivas”, explica. Advierte que acá la complejidad radica en que, mientras para algunos esas urgencias serán las pensiones o el presupuesto para educación, por ejemplo, para otros lo será la recuperación del empleo, la salud, el agua, la seguridad o el conflicto en la Araucanía, entre otras variables.
“Esto implica que las políticas que se implementen deberán buscar un apoyo más transversal que en gobiernos anteriores. En el actual escenario en que se prometieron cambios estructurales y en que se pretende priorizar aspectos urgentes con los estructurales, se requiere un apoyo más transversal y grandes acuerdos políticos y sociales que le den viabilidad a estas políticas, es decir, que tengan legitimidad y no sean resistidas”, señala la académica ante una de las pruebas más duras del entrante gobierno. “Sin finanzas públicas saludables, ningún programa social será sostenible en el tiempo sin causar problemas en el futuro, pues de alguna forma hay obtener los recursos y no puede ser solo deuda, ni tampoco centrar todas las expectativas en los impuestos a los súper ricos, pues ni siquiera hay una definición técnica que permita gravar la riqueza de manera adecuada o sin que se generen incentivos no deseados”, reflexiona la doctora en Estudios Americanos.