Expertos debaten sobre pedagogía y diversidad en las escuelas de Chile
Con el objetivo de reflexionar y debatir acerca de los alcances que está teniendo en la escuela y otros ámbitos educativos la diversidad y heterogeneidad, la carrera de Pedagogía en Historia de la Academia, con el apoyo de del Centro Cultural de España, realizó el seminario “Pedagogía, Diversidad Educación. El mundo educativo frente al desafío de la interculturalidad y diversidad en Chile”.
Uno de los paneles de la jornada, abordó la “Escuela, Derechos Humanos y Discriminación”. En la oportunidad, Marcela Betancourt, docente de nuestra universidad, puso énfasis en la construcción democrática del conocimiento; de la relación didáctica que debe gestarse entre alumnos y docentes, la cual a su juicio, debe contribuir a formar a estudiantes autónomos y profesores reflexivos.
“Debiera existir una evaluación didáctica entre docente y alumno. Ambos actores influyen en la formación del conocimiento. Dicha construcción puede constituirse en un aporte significativo en los alumnos, en donde es visto como un individuo que aporta al conocimiento cotidiano y el profesor se convierte en un mediador. Hay que evaluar cuáles son los ejes democratizadores que requerimos para romper con las normas establecidas que contribuya a formar a estudiantes autónomos y profesores reflexivos”, sostuvo.
Para Betancourt, es necesario replanteares la función del profesorado, desde la perspectiva democratizadora y de coerción. Se debe romper con la violencia simbólica, relacionada con la formación inicial de los docentes. “Es importante instaurar una práctica reflexiva y activa que termine con roles técnicos que se han establecido cada vez con mayor fuerza”, indicó.
Por su parte, el profesor Marcelo Garrido, jefe de la carrera de Geografía de nuestra universidad, habló de las formas discursivas en las que se mueve las prácticas educativas. De la deslegitimación y el control En ese sentido, indicó que la disciplina impuesta en las escuelas termina construyendo e imponiendo un tipo de especialidad que escapa incluso a las clásicas categorías geográficas.
Para Garrido, la educación requiere un espacio determinado, de moradas escolares que definan relaciones y formas ideológicas de cómo deben operar los procesos de socialización educativos.
“Por mucho tiempo las moradas aceptadas y legítimas dicen relación con el desplazamiento al éxito, en donde los estudiantes solo pueden construir relación con el medio que no atente contra la ruta definida como válida que implica ser sigilosos, estudiosos, con el mayor mérito posible, competentes y en donde se desconoce la diferencia; el desmantelamiento del lugar del habla, en donde se sacrifican semánticas de discursos que se alejan lo más posible del contexto y se relacionan con un sistema neutro de entrenamiento e instrucción”, manifestó.
Otra morada establecida, según Garrido, es la destrucción de la utopía en donde se controla el discurso creador y en donde no hay lugar a alternativas.
Paloma Abett del Grupo de Investigación Pedagogía, Diversidad y Educación de la Academia, también participó del panel. Abordó la escuela y multiculturalidad.
Otras temáticas expuestas en la jornada, realizada el miércoles 20 de junio, dicen relación con “Propuestas públicas para el tratamiento de la diversidad” y “Experiencias educativas para la diversidad”.