Facultad de Pedagogía es pionera en plan de Formación Ciudadana
El Ministerio de Educación escogió a la Universidad Académica de Humanismo Cristiano (UAHC) y otras dos casas de estudio para liderar el proyecto que en marzo pasado promulgó la Presidenta Michelle Bachelet. Un campo que la Facultad de Pedagogía viene explorando por más de una década.
En marzo pasado la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la Ley que crea el Plan de Formación Ciudadana para los colegios. Este programa busca que los niños, jóvenes y adultos de este país compartan experiencias, aptitudes y habilidades para crear una sociedad más democrática.
Acciones que buscan que los ciudadanos sean más empáticos, y donde el respeto, la valoración de los derechos humanos y la tolerancia a la diversidad multicultural sean ejes prioritarios.
Un trabajo que la Universidad Académica de Humanismo Cristiano, a través de la Facultad de Pedagogía, viene realizando y afianzando hace más de una década.
Por este motivo, el Ministerio de Educación convocó a la Academia -junto a la Universidad de Chile y la Universidad Cardenal Raúl Silva Henríquez- para implementar el plan en establecimientos de la Región Metropolitana.
Un motivo de orgullo para nuestra Casa de Estudios, que tiene vasta experiencia en esta materia, como detalló Beatriz Areyuna, coordinadora del equipo de Formación Ciudadana de la Escuela de Pedagogía de nuestra universidad.
“La carrera desde sus orígenes tuvo como preocupación la participación ciudadana dentro de su currículo. Desde el 2004 se comenzó a trabajar más sistemáticamente el tema y fue una de las líneas de trabajo de carrera, que se fue profundizando en el tiempo. El 2013 comenzamos con el primer foro de Formación Ciudadana, que estuvo más vinculado a los movimientos sociales que tuvo su despertar del 2011, y desde entonces no hemos parado”, comentó la docente.
Es más, la Facultad de Pedagogía se adelantó a la nueva Ley, ya que en 2014, y bajo la línea de la convivencia, comenzó a trabajar con colegios de la comuna de Huechuraba. Debido a los buenos resultados, en agosto del año pasado el Municipio y la Universidad realizaron una intervención que involucró a docentes, estudiantes y padres, y que finalizó con una gran feria comunal.
“El Municipio fue muy lúcido al tomar este desafío de trabajar en escuelas abiertas, y ha sido una experiencia fructífera para ambas partes y muy enriquecedora para el equipo. Los talleres son voluntarios para todos los actores, por lo mismo, la motivación que pongan los gestores de la iniciativa es crucial en la participación. La idea es que efectivamente se produzca un puente entre las escuelas y las comunidades. Y la pega ahí es casi de evangelizar, ya que nos encontramos con colegios que no tenían centros de alumnos, ni de padres formados y los consejos escolares no operan como uno quisiera”, explicó Areyuna.
Ese proyecto tuvo tres campos de acción: empoderamiento o búsqueda de la participación efectiva de padres y estudiantes; trabajos de historias, memoria y una serie de actividades para identificar liderazgos y dejarlos instalados para ejercicio de transformación en la escuela; y con profesores sociabilizar los nuevos debates para ir modificando la mirada sobre la formación ciudadana.
“En Chile aún tenemos miradas muy antiguas, que conspiran con la posibilidad de que los niños tengan una ciudadanía activa en el colegio, y con los jóvenes sucede lo mismo. Aún tenemos una ciudadanía nominal, que está activa solo cuando vota. Por lo tanto, ir rompiendo esas culturas, particularmente la escolar, tiene una lógica que hay que transformar e ir abriendo estas escuelas a la comunidad”, ahondó la docente de la Academia.
La parte más compleja de este proceso ha sido involucrar a los padres, quienes por décadas han sido excluidos del proceso educativo de sus hijos.
“Los estudiantes son los más activos y ha costado un poco más con los padres, pero es un fenómeno que se viene dando en los últimos 20 años y que tiene que ver con el retiro de las familias de las escuelas…. Los colegios no han generado los espacios suficientes para que los padres estén y éstos solo se han reducido a las reuniones de apoderados o citaciones puntuales. Es un fenómeno latente, hay una suerte de divorcio entre los papás y las escuelas. Esto responde a cambios en las familias y las estructuras del trabajo, que hacen compleja su participación en actividades escolares”, agregó Beatriz Areyuna.
50 colegios y 14 meses de intervención
De acuerdo al llamado realizado por el Ministerio de Educación, el proyecto de nuestra Facultad de Pedagogía considera 50 colegios de la zona poniente, oriente y norte. Y cuya intervención se extenderá por 14 meses.
Este plan posee 3 grandes directrices: Sociabilización de la Ley, contexto y objetivos; potenciar al máximo los debates sobre educación ciudadana; y agrupar colegios por territorios para que compartan experiencias, se miren entre ellos y su entorno.
“Hemos pensado como carrera de Pedagogía en Historia un modelo de formación ciudadana, recogiendo todos los debates tanto chileno como lo que han hecho otros países como Colombia o España, en general países europeos que tiene más la lógica de ciudadanía intercultural. El nuestro es un modelo propio de Formación Ciudadana que tiene principios, orientaciones pedagógicas y ámbitos de acción, además tiene el desarrollo de una subjetividad para la democracia. Se forma un sujeto que tiene que tener ciertas características, valores y competencias”, detalló Areyuna.
Y para ello es necesario realizar cambios sustantivos a la metodología pedagógica clásica y lograr que las escuelas se vinculen con su entorno, memoria social e identidad.
“Tenemos como premisa que si las escuelas no se democratizan es muy difícil formar ciudadanos activos, responsables y democráticos. Por eso hay que comenzar democratizándolas, y eso implica re empoderar a los actores para que participan, ya que a las escuelas les pasó lo mismo que al país: se perdieron los lazos sociales, resabios de cultura autoritaria y poco diálogo con la comunidad”, insistió la coordinadora del equipo de Formación Ciudadana de la Academia, quien valoró que el Ministerio de Educación haya confiado en el trabajo de larga data que viene efectuando nuestra Casa de Estudios.
“Es una invitación a desarrollar un modelo desde tu paradigma, mirada y orientaciones. Es un espaldarazo un reconocimiento que se nos hace… Estamos en la fase de abrir las compuertas, retomemos el debate que alguna vez se detuvo. Es una gran oportunidad”, complementó.
La implementación de esta normativa considera además la creación del ramo de Educación Cívica para estudiantes de Tercero y Cuarto Medio, proceso que se propondrá al Consejo Nacional de Educación en 2017 y podría materializarse en el transcurso del 2018.