Fallece Cristián Vives, destacado sociólogo y docente del Instituto de Humanidades de nuestra Universidad
Producto de un ataque al corazón, la mañana de este sábado en su casa de Olmué, falleció Cristián Vives Pérez-Cotapos, docente del Instituto de Humanidades de nuestra universidad desde el año 2003.
Destacado sociólogo, Licenciado en Sociología por la Pontificia Universidad Católica de Chile, con estudios de Doctorado en Sociología por la Universidad de París, Francia. En su currículum destaca una serie de publicaciones de libros y artículos científicos en revistas especializadas en las áreas de Sociología del Desarrollo, de la Familia, de la Religión, Epistemología, Políticas Sociales, Minorías Étnicas, Metodología de la Investigación Social, Ética Social y Derechos Humanos.
En los años 80 y 90 dirigió la Pastoral Social de la Conferencia Episcopal de Chile y fue integrante de la Comisión Nacional Justicia y Paz desde inicios de la década de los 80 hasta el año 2001, destacando por su defensa de los perseguidos por la dictadura.
Sus restos están siendo velados en la Parroquia La Transfiguración del Señor, ubicada en Avda. Apoquindo 7228, Comuna de Las Condes, en la cual se realizará una misa a las 11:00 hrs.
Su funeral será hoy, lunes 11 de abril a las 13:30 hrs., en el Cementerio Parque Santiago, ubicado en Rinconada El Salto 0516, comuna de Huechuraba.
José Bengoa, académico de nuestra universidad y ex rector, dedica estas palabras a quien fuera su colega y amigo durante más de cinco décadas.
“Murió ayer de un ataque al corazón en su casa de Olmué, donde tanto amaba estar. Cristián era un hombre muy bueno, como pocos. Nos conocimos hace más de cincuenta años en la Población La Legua organizando campamentos de verano para los muchachos. Le decían Crístian, y él se sonreía. Tranquilo, siempre tranquilo. Fuimos a muchos campamentos juntos. Lo pasábamos bien, me alojaba, yo de provincia, en su casa de calle Marín. En la Unidad Popular lo llamaron para hacerse cargo de los temas indígenas. La CORA y esos organismos del Estado no sabían el modo cómo actuar con las comunidades mapuches; lo contrataron como una especie de Intermediario, se reía y decía que había sido un “lenguaraz” o “capitán de amigos”. Pero lo hizo muy bien, sobre todo en disputas entre inquilinos y comuneros. Se fue a estudiar a París y volvió temprano. Fue el primero en publicar en la Revista Mensaje un par de artículos claves sobre la cuestión mapuche y llamar la atención acerca de las consecuencias que tendría la “División de las comunidades”. Esos artículos deberían ser considerados como los primeros escritos de advertencia de lo que hoy sucede. Siempre siguió de cerca el tema mapuche. Pero le interesaban muchas más cosas y su temática académica se fue ampliando cada vez más. Un buen tiempo fue quizá la voz más autorizada en Chile sobre cuestiones de “sociología religiosa o de las religiones”. Los temas ligados a la juventud le dolían en el alma, y hasta muy poco tiempo seguía reuniéndose con jóvenes en la Parroquia de Santa Isabel. No se cuán practicante sería en estos últimos años, pero era evidentemente un hombre de fe, uno de esos hombres que cree positivamente en la vida. Ya no se desde cuándo era profesor de la Academia, pero le encantaba hacer clases; le parecía que los estudiantes de esta Universidad eran mucho más inquietos que en otras partes, quizá con más famas y perendengues. Cuando alguien así se va uno junto con llorar se arrepiente de no haber tenido más tiempo para conversar, haber caminado largamente por los campos de Olmué, quizá haber subido a La Campana y mirar desde ese hermoso cerro el mundo que nos ha tocado vivir”.
José Bengoa