Historiador Dr. Eduardo Devés_”Es legítimo estudiar las ideas europeas pero es ilegítimo no interesarse por África o el Pacífico Sur”
Durante el seminario “Circulación Sur/Sur”, el profesor invitado Dr. Eduardo Devés provoca a la audiencia preguntando: “Cuántos autores africanos o asiáticos se enseñan actualmente en las cátedras chilenas de literatura?”. Él mismo rompe el silencio para justificar una mirada global genuina a otros polos de pensamiento y circulación de las ideas. En particular las de culturas del Pacífico Sur que históricamente han sido ignoradas por la academia occidental. “Es totalmente legítimo estudiar o interesarse por las ideas de Europa, pero es ilegítimo no estudiar el resto de lo que ocurre en África, Asia o el Pacífico Sur”, agrega el historiador y especialista en estudios eidéticos.
Devés sostiene en su conferencia que el pensamiento sudamericano se ha visto tradicionalmente permeado por estas influencias colonialistas y cita el permanente impacto que ha tenido la Guerra Civil Española desde mediados del siglo pasado. “Se ha pensado históricamente que lo que ocurría allá en España nos pasaba a nosotros. Esto como un gesto que incluso llevó grandes contingentes de intelectuales y milicias que fueron para allá. Neruda hizo poesía sangrante al respecto, pero creo yo -y sin cuestionar para nada el asunto- el efecto histórico final es minúsculo respecto a las enormes masacres chinas o las guerras de independencia indias o africanas. A los intelectuales les importó poco la muerte de 20 o 30 millones de personas que no hablaban ni escribían en español”, reflexiona sobre ámbitos que también incluyen “cierta dependencia afectiva más que cultural con Europa que nos compromete con gozo o con sufrimiento respecto a lo que pasa en otras latitudes”, insiste.
Advierte que tampoco cree que en la Micronesia, por ejemplo, estén preocupados de la intelectualidad chilena o latinoamericana, pero las excepciones corren por cuenta de nombres de americanos notables como el pedagogo Paulo Freire. “Por lejos el intelectual suramericano más importante de la historia. Un educador capaz de influir en zonas del Pacífico Sur como Filipinas, Vanuatu, Nueva Zelanda, Fiyi, Timor, Papúa Nueva Guinea y otras zonas recónditas creando escuelas de pensamiento desde los años 60 y hasta la actualidad”, dice sobre el brasileño.
Lamentablemente, cree Devés, las ideas que circulan en Occidente, provengan de donde provengan, para legar a la periferia primero deben ser aceptadas por el centro. “Por eso es que comúnmente se cree que Calcuta no es un lugar donde se cree conocimiento y que por eso aparenta no ser relevante. Sin embargo, si un autor indio de estos subalternativistas es llevado a una universidad de EEUU o Inglaterra ganará el status suficiente para ser reconocido, pero fuera de su contexto”, dice el académico.
-Por otro lado, ¿Cuál es la influencia que las ideas del Pacífico Sur han marcado en Latinoamérica, cree usted?
-A nivel de ideas, muy, muy poco. casi nada. Con esto no quiero decir que no hayamos recibido personas en particular con un gran aporte académico o de parte de las corrientes subalternativistas de la India que han legado a Australia, por ejemplo. Pero si en neozelandeses o filipinos la influencia sudamericana ha sido poca, la de ellos acá es menor todavía. Esto se debe a que, probablemente y a primera vista, para ellos acá no se piensa nada interesante y, para nosotros, tampoco de ese lado. En ese sentido, lo que propongo es justamente crear algunas maneras para incentivar un interés. Una cuestión importantísima es generar los programas respectivos, invitaciones de personas de esos lugares y tantas otras para concertar centros de estudios. Son latitudes donde casi nadie viaja con inquietudes intelectuales. Evidentemente EEUU y Europa siguen acaparando las visitas académicas de nuestra comunidad intelectual. No obstante existen países totalmente europeos como Grecia, Serbia, Hungría o Austria que no constituyen un destino respecto a la presencia de pensadores en España, Francia, Inglaterra o Alemania. Más que eso no hay muchos otros paraderos para el intercambio de ideas.