Historiador Jorge Magasich revisita hitos del gobierno de Salvador Allende, financiamiento de Washington y rol de la derecha chilena en su derrocamiento
El profesor Jorge Magasich participó en la UAHC en la conferencia “Revisando la historia de la Unidad Popular. La transcendencia de los mil días de la UP en la historia”, evento en el que abordó las medidas más importantes que logró concretar el gobierno de la Unidad Popular pese a la guerra económica que organizó en su contra la administración del presidente Richard Nixon, así como el rol de la derecha chilena a través del Partido Nacional y la Democracia Cristiana para bloquear al avance de su programa de reformas.
El Doctor en Historia por la Universidad Libre de Bruselas, quien presentó recientemente los volúmenes III y IV de su “Historia de la Unidad Popular” (LOM Ediciones), explicó en la actividad organizada por la carrera De Sociología, la Escuela De Sociología y Trabajo Social y el Instituto de Humanidades de la Academia que esta revisión representa un proyecto que alcanzaría tentativamente las 7 u 8 partes. “En el primer libro me enfoco en el período previo a la elección presidencial de 1970. En el segundo reviso los 60 días desde la votación hasta la toma de posesión de Allende, dónde hubo tres intentos de evitar que llegara al poder. El tercero se concentra en los siete primeros meses de gobierno y el cuarto va desde agosto a diciembre de 1971”.
“Algo que a veces se deja de lado al hacer el análisis de este período es que hubo un proyecto histórico de la izquierda chilena que se presentó en por lo menos en tres elecciones presidenciales, que tenía como elementos determinantes la nacionalización de las riquezas básicas, ampliar la reforma agraria y reforzar el rol social de la economía. Esas eran las ideas básicas que se intentaron aplicar. Lo que estoy intentando hacer es un balance destacando los logros sin esconder los errores que vayan apareciendo, pero creo que lo más importante de ese proyecto de socialismo pluralista y libertario es que puede ser un referente para otros proyectos similares en el Siglo XXI”, agregó.
En el evento el profesor del Institut des Hautes Etudes des Communications Sociales de Bruselas describió a 1971 como el año de las grandes realizaciones donde se decretaron una serie de medidas como la disolución del grupo móvil de Carabineros que reprimía las manifestaciones y los “guanacos” de la época fueron destinados a repartir agua a las poblaciones que no tenían agua potable, junto con dar prioridad a la construcción de la Línea 2 del Metro.
Respecto a los intentos por reescribir las causas de la intervención, Magasich dijo que los documentos desclasificados que revisó permiten establecer con claridad el momento en el que se decidió intervenir. “La decisión fue tomada en la Casa Blanca el 15 de septiembre de 1970 a las tres de la tarde. Nixon lo determinó cuando Allende aún no había asumido el cargo, por lo que no se puede justificar diciendo que fue por los errores que había cometido. En ese momento se dieron instrucciones de impedir que asumiera. Hubo varios planes de los que tres o cuatro se ejecutaron pero la búsqueda de su derrocamiento fue una política constante. Esa injerencia fue decisiva y sin ella la historia habría tomado otro curso”.
Identificar a los instigadores foráneos de la subversión democrática también permitió al investigador determinar el grado de compromiso de los actores domésticos en la trama contra el Gobierno. “Es sabido que la CIA manipuló a las Fuerzas Armadas y apoyó la campaña mediática de El Mercurio, pero también financió a la oposición en el Partido Nacional y en el ala derechista de la Democracia Cristiana. Esos fondos explican porque se negaron a llegar a un entendimiento con el Gobierno. Hubo un acuerdo inicial que fue el Estatuto de Garantías Constitucionales que se logró cuando Radomiro Tomic todavía dirigía el partido, pero cuando tomó el control el sector financiado por Estados Unidos cualquier acuerdo fue imposible, porque los dólares eran justamente para que no se hicieran concesiones”.
Consultado sobre el debate respecto a los culpables del quiebre democrático, Magasich afirmó: “El golpe de Estado sigue presente pese a que aconteció hace cinco décadas atrás porque la sociedad en la que vivimos fue impuesta a través de la violencia y el terrorismo de Estado. El golpe no ocurrió porque la gente habló en tono virulento y vociferante, hubo razones prácticas, no metafísicas. Hubo una planificación y un financiamiento para que se pusieran bombas y para generar un clima de caos. No fue que nos volvimos locos, nos insultamos, la democracia se cayó y se quebró. El golpe tuvo responsables y la documentación apunta directamente a Estados Unidos, los gremios patronales chilenos, los partidos de derecha y las Fuerzas Armadas”.