Historiador propone diálogo a través de Nueva Constitución_José Bengoa sobre racismo en la Araucanía: “El mapuche no acepta más una condición colonial”
“¡El que no salta es mapuche!” se escuchó con provocación en los alrededores de la Municipalidad de Curacautín durante las escaramuzas entre la población huinca y los aludidos que se tomaron diversas instalaciones de la zona para exigir la liberación de 28 presos que llevan casi 100 días en huelga de hambre. Los civiles armados de palos y herramientas revivieron antiguos pero permanentes enfrentamientos que han vuelto a visibilizar estas profundas diferencias en una zona en que, paradójicamente, la población tiene una alta ascendencia mapuche.
Desde Temuco, la web Directa.cl contactó al historiador José Bengoa, fundador de la Escuela de Antropología UAHC y autor de “Crónicas de la Araucanía” para dialogar sobre este asunto en una extensa entrevista. Algunas definiciones del profesor Bengoa sobre el racismo en la Araucanía a continuación:
“El que no salta es mapuche”
“Hubo un solo momento que yo he percibido que hubo [enfrentamientos con mapuches en el que han participado] civiles, que fue justamente al final del año 1881. Cuando viene la insurrección general, la batalla final, el 4 de noviembre de 1881, en que simultáneamente los mapuche atacan el fuerte de Temuco. (…) Luego el otro momento que se introducen civiles yo creo es en la Unidad Popular; sin embargo en ese momento las guardias blancas, como así se denominaron, los atacaron directamente, cuando comunidades mapuche estaban movilizadas, por lo tanto este hecho es uno bastante complicado y bastante difícil de racismo, sin duda. Ese grito “el que no salta es mapuche” es un grito muy racista es casi como lo que estuvimos viendo todo este mes pasado en EEUU. Es verdaderamente una cosa con la que uno queda con una sensación de mal gusto, estamos en momentos que salen las cosas más podridas de cada uno. Las cosas más malas que pueden ocurrir en este país, han salido en estos hechos”.
“El mapuche no acepta más una condición colonial”
Estamos en una situación en que los territorios, que por razones históricas, son compartidos, e incluso más: en que la población originaria, en este caso la población mapuche, en muchas partes quedó como población minoritaria, frente a la población que fue llegando y se fue desarrollando en la zona, entonces aquí tenemos una situación que no es reconocida casi por nadie, digámoslo derechamente; que existe un proceso de descolonización y que hay un derecho de la población, mapuche en este caso, a que se produzca ese proceso de descolonización. Eso no está reconocido, simplemente. No está reconocido ni por el Estado, ni por los partidos políticos en general –yo creo que prácticamente todos los partidos políticos no lo reconocen hidalga y derechamente-, no está reconocido por la población civil no mapuche, es decir, no se ha llegado a conceptualizar. Cuando se logra entender que estamos frente a un proceso de esta naturaleza, obviamente el conflicto adquiere otra dimensión, adquiere otra comprensión, o sea, el conflicto es un conflicto en que hay una población bastante grande de mapuche que no acepta más la condición colonial”
“El racismo existe, lo que no existe son las razas”
“Durante todo el siglo XX yo creo que los sectores campesinos fueron extremadamente marginados, pero no existía la discriminación, la discriminación étnica, lo que hoy día se habla, con tanta liviandad, de racial. La palabra raza y racismo y racial… el racismo existe; lo que no existe son las razas, y en eso hay que ser muy claro”
“Dijo el ministro: “vamos a hablar con los que no están reivindicando nada”
Entonces ¿Por qué estas personas insisten tanto en querer ser mapuche? Esa es la pregunta ¿Por qué no dejan esa especie de tonterita y son chilenos como todos los demás? ¿Por qué no se integran? Esa es la pregunta, una pregunta de una ingenuidad, de una tontera, porque es una pregunta más bien idiota del sistema político, ciega, de los políticos. Entonces, si esa es la pregunta ¿Cuáles son las consecuencias? Ninguna. La consecuencia es encontrar todo raro. O sea lo único que se acepta es una imagen folklórica. Qué dijo el ministro nuevo: “¿Vamos a conversar con quiénes? Vamos a conversar con la gente que folklóricamente son mapuches, pero que no andan reivindicando nada”. Eso es lo que yo entendí ayer y digo: a uno se le aplica la represión, a algunos se le aplica lo que tu señalas: vamos a mandar tropas, vamos a mejorar la policía, le vamos a dar más medios y vamos a conversar con nosotros mismos. O sea, eso es absurdo.
“La cuestión mapuche es una cosa premonitoria de lo que pasa en el resto del país”
Ahora la cuestión mapuche ha tenido siempre una manifestación en la historia, que es una cosa premonitoria de lo que pasa en el resto del país. No por casualidad el primer poema que funda este país es “La Araucana”. No es casualidad. El mundo mapuche tiene esa cosa premonitoria de ser indomable, imbatible, indómita, o sea, algo hay de eso. [El resurgimiento de la bandera mapuche, la wenu folle] es [para la autoridad] un acto de carácter herético, porque se pone la bandera sobre el caballo de Baquedano, entonces es una cosa simbólica muy fuerte. No es casualidad que hoy día las redes, que son lo más importante que hay en comunicación, han reventado con esta situación y aunque el ministro del interior dice que no tiene nada que ver su visita con lo ocurrido, bueno, es evidente que hay cosas que por lo menos escapan a su entendimiento. No quiero siquiera culparlo a él por lo que hizo, pero solamente decir lo que dijo, ayudó a echarle bastante bencina al fuego.
“El camino que abre una nueva constitución”
Yo creo que la constitución, una nueva constitución, podría establecer institucionalmente algunos cambios muy profundos, es decir, cambios que tienen que ver con el reconocimiento no solamente en términos abstractos. (…) Conozco, afortunadamente, muchos casos de autonomía indígena en América Latina, en distintas partes y creo yo que el tema de la autonomía es fundamental. La autonomía política es sustantiva, se pueden establecer claramente territorios compartidos y territorios de mayorías indígenas, donde realmente operen las legislaciones indígenas. Hay gente que dice “Ay!, que terrible las cosas que dice este caballero!”, pero todas las autonomías indígenas tienen policías indígenas, por ejemplo, tienen tribunales, etc., y eso está en distintas partes: en Panamá, en Nicaragua, Colombia, etc.