Impulsor de ‘Teoría Crítica de la Enseñanza’ expone alcances y efectos en la UAHC
Los alcances y efectos de la “Teoría Crítica de la Enseñanza” en América Latina fue el tema de la conferencia dictada por el pedagogo brasileño José Carlos Libâneo, en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano (UAHC).
El experto y principal impulsor de esta nueva corriente expuso la charla “Sentidos y alcances de una pedagogía crítica para la educación superior universitaria”, en el marco del proceso de socialización del modelo educativo de nuestra casa de estudios.
“No basta que los contenidos sean enseñados, aún bien enseñados; es necesario que se conecten de forma indisociable a su significación humana y social, en donde el medio, la reflexión y el cuestionamiento juegan un rol fundamental en los actores del futuro”, sostuvo Libâneo.
Esta nueva propuesta de enseñanza, que no ha estado exenta de debate, intenta ayudar a los estudiantes a cuestionar además de desafiar la dominación, las creencias y prácticas que la generan, derrumbando el enfoque histórico cultural sobre la materia.
En ese sentido, el experto es crítico a la hora de hablar de los test de medición que se aplican en el país. Considera que estos sólo debiesen ser una referencia para saber cómo llevan las asignaturas los estudiantes, pero el trabajo en la escuela debiese caracterizarse por la relación entre el profesor y estudiantes. “Un buen profesor es aquel que aparte de proporcionar contenido, también aporta con acciones mentales que ayuden a los estudiantes a transformar los conceptos en herramientas para lidiar con situaciones de la vida”.
Lo anterior se fundamenta, según el académico, en que los contenidos son el objeto del conocimiento y traen consigo los procedimientos investigativos lógicos. Por consiguiente “el profesor debe buscar en el propio proceso investigativo de la ciencia impartida, las acciones que han de ser formadas por los estudiantes”.
A juicio de Libâneo, garantizar las condiciones óptimas para el éxito educacional solo se consigue con presupuestos del Estado. En ese sentido, se mostró en desacuerdo con la privatización de la educación. “Creo que toda la educación, tanto escolar como superior, debe ser garantizada por el Estado. Esto implica el pago digno del trabajo de los profesores, las condiciones físicas, materiales, pedagógicas y material didáctico que se requiera. Y todas las condiciones para que los estudiantes puedan desarrollar sus capacidades intelectuales. Así es como debe ser, es un acto de justicia social”.
Bajo estos parámetros, la “Teoría Crítica de la Enseñanza” o “pedagogía progresista”, como la define Libâneo, “no tiene manera de institucionalizarse en una sociedad capitalista, de ahí que ella es un instrumento de lucha de los docentes junto con otras prácticas sociales”.
A su juicio, el mercado tiene otros objetivos, está directamente ligado a lucro y la economía de recursos. La supeditación de la educación a la economía del mercado consigue el máximo con el mínimo financiero, por consiguiente, provoca establecimientos, formación de profesores y sueldos precarios. “No es una opción democrática”.
“La educación no puede ser objeto de lucro, porque el destino humano de personas no pueden ser calificados por decisiones económicas. Es claro que no se debe denegar el funcionamiento de la iniciativa privada, tampoco sería democrático, pero es el estado quien debe garantizar las posibilidades educacionales de las personas”, sostuvo Libâneo.
José Carlos Libâneo, licenciado en Filosofía, Magíster en Filosofía de la Educación y Doctor en Filosofía e Historia de la Educación, es uno de los principales pensadores de la enseñanza crítica en la región. Ha dedicado gran parte de su carrera a reflexionar sobre la formación del profesorado en la defensa estricta de la consolidación de una escuela pública de calidad en su país. Sus reflexiones sobre la didáctica y la práctica docente y la perspectiva social real-crítica de la escuela lo sitúan entre los teóricos de la educación más importante de los últimos tiempos.