Inédita experiencia en la Academia_Curso de Nivel Básico de Creole certificó a sus primeros estudiantes
El Programa Integral de Inclusión y Permanencia de la Dirección de Justicia Social, Igualdad e Inclusión celebró el cierre del Primer Curso de Nivel Básico de Creole que fue dictado por uno de los tutores del Programa. El taller tuvo como objetivo disminuir la brecha idiomática entre los hablantes, capacitando a los/as interesados/as no sólo sobre usos del habla creole, sino también sobre aspectos relevantes de la cultura haitiana.
El curso que duró tres meses, congregó a la comunidad universitaria y también a algunos interesados de amplio perfil como funcionarios de la salud pública, profesores o trabajadores sociales, explica Isca Leyton, Directora del programa.
“El curso consistió en una introducción sobre aspectos relevante de la cultura haitiana como la religión, la historia, la gastronomía y otros que se fueron revisando y pensado también desde el cómo poder comunicarse mejor con las personas de esta nacionalidad. Al cierre del curso, junto al tallerista, se convocó a otro monitor haitiano que estudia actualmente antropología en la Academia con quien se repasaron también otras características como las vestimentas y festividades de la isla”, agrega.
Durante la ceremonia de cierre, los alumnos interpretaron una canción en creole como festejo y muestra de lo aprendido. “Nos gustaría que el curso se repita con un nivel un poco más avanzado y destinado al grupo que ya se armó, que es gente muy motivada y que generan un impacto directo en términos sociales”, agrega Leyton.
El monitor a cargo del curso fue Jean Benord Desameau, joven egresado de Administración Pública de la Universidad de Estado de Haití y actual estudiante del Magíster en Gerencia Pública de la Academia. Como tutor de la carrera, realizó el Curso de Nivel Básico de Creole donde reconoce un inusual interés en aprender el creole, dice. “Me sorprendió que todas y todas tenían las ganas de conocer y aprender el creole y la cultura haitiana. Son personas motivadas, abiertas y tolerantes”, señala sobre los estudiantes. “Para mí, enseñar el creole es una misión muy importante. Es una manera de ayudar a la integración haitiana en la sociedad chilena”, agrega.
“Creo que sería un gran paso continuar con ese curso en la Academia por varias razones. La primera es que la comunidad haitiana está creciendo en Chile y a veces muchos trabajadores haitianos tienen dificultades para entenderse con sus jefes chilenos porque no hablan español. También hay muchos profesores en el área de la educación que tienen alumnos haitianos en las clases, además de que en las áreas de psicología, trabajo social o antropología se está trabajando con comunidades haitianas. Si las personas chilenas saben hablar el creole o conocer algo sobre el funcionamiento de la cultura haitiana, las relaciones serán más fáciles y el trabajo podrá desarrollarse mejor”, explica.