Irene Geis
(*) Por José Bengoa
Se llamaba oficialmente Irene Bluthenthal Geis y adoptó el apellido de su madre. Fundó la Escuela de Periodismo de la Academia. Murió ya de edad, hace pocos días.
Irene fue una destacadísima periodista y escritora. Muy joven se destacó de tal suerte que le dieron el Premio Lenka Franulic como la mejor mujer periodista de ese momento. Luego la eligieron Directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Concepción, famosa en esos años de la Unidad Popular. Su pluma por lo general mordaz, fue bien conocida. Era parte de una generación de periodistas destacados. Muchos de ellos formado por Mario Planet en la Universidad de Chile, gran maestro y gran amigo de Irene también.
Luego del golpe de Estado se fue a Buenos Aires donde trabajó al lado del mítico Jacobo Timerman el director del Diario La Opinión, uno de los periódicos de mayos calidad que se han publicado en América Latina. Timerman como es sabido fue preso y torturado por la Dictadura militar de ese país y el diario fue cerrado. Irene volvió a Chile donde trabajamos en varios proyectos periodísticos, algunos resultaron, otros no. No eran tiempos fáciles. Ella se dio nuevamente a conocer en las revistas que había en la época, como Apsi, y sobre todo la que sacaba la entonces Academia de Humanismo Cristiano, Análisis.
La Academia había solicitado la autorización necesaria para transformarse en Universidad pero durante toda la década no se nos había dado. Solamente cuando se ganó el plebiscito se autorizó dar clases. Así comenzaron dos carreras, una de Economía y la otra de Sociología dirigida por Manuel Antonio Garretón. Luego en el año 93 se comenzó a pensar en ampliar la oferta académica ya que las ideas y acciones de regreso a las universidades que nos había expulsado, Universidad de Chile, se agotaron. En ese momento Lucía Sepúlveda asume formar Trabajo Social, Jorge Leiva, Psicología y el suscrito Antropología. Irene va a formar Periodismo con gran éxito tanto de estudiantes como de colegas profesores.
Irene como escritora era muy notable. Una novela en primera persona, “Una copa de vinagre”, recuerda a sus amistades, sus tiempos de periodismo, en fin, un texto hermoso lleno de nostalgia.
La Universidad le debe por tanto cariño, recuerdo y respeto a una de sus fundadoras.
(*) Historiador. Docente de la carrera de Antropología UAHC.