Jaques Rancière: La emancipación de las mentes para cambiar el mundo
La reciente visita a Chile del filósofo argelino-francés Jaques Rancière, puso en la palestra algunas de las ideas de la filosofía que hoy en día promueven la libertad del pensamiento -debatidos en círculos intelectuales del mundo-, que cuestionan la desigualdad del modelo capitalista y que poco se difunden en el ámbito nacional.
La idea de una filosofía que libere las mentes para avanzar en los cambios estructurales de la sociedad, desde el desarrollo de procesos revolucionarios, ha sido el foco del trabajo de las últimas décadas del pensador, quien se desempeña como profesor emérito de la Universidad de París VIII y de la European Graduate School.
Ese es el concepto sobre el que insistió en sus conferencias ofrecidas en Santiago, una en el Centro Cultural Gabriela Mistral (GAM) y la otra en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, ambas organizadas por el Departamento de Estudios Generales de la universidad.
En ellas abordó la emancipación, desde campos como la estética, la política, la educación y la historia, temas que desarrolla en su último libro publicado en castellano, El espectador emancipado.
Los libros de Jacques Rancière han acicateado siempre a quienes querían pensar de otro modo el arte o la política. Pero ahora, con su último trabajo, se percibe un silencio incómodo en torno a El espectador emancipado. Mete el dedo en una llaga: la creencia en la desigualdad entre los que saben y los que no, entre los capaces y los incapaces, que atraviesa el arte político y el pensamiento crítico.
Rancière, inicialmente discípulo de Louis Althusser, se separa de su maestro luego de los eventos del mayo francés (1968), cuando se manifiestan las diferencias ideológicas entre ellos, y comienza a desarrollar sus ideas sobre la emancipación intelectual como requisito para realizar una verdadera revolución.
El filósofo manifestó que el discurso y el contenido de lo que se expresó en mayo del 68, basado en el marxismo, actualmente es utilizado por las lógicas capitalistas para dotar de una mayor legitimidad el sistema imperante, reciclando su mensaje discursivo y adaptándolo a la lógica del individualismo y de la desigualdad.
Desde la reinterpretación del neo marxismo y del análisis de los elementos que, según Rancière, el capitalismo extrae de los discursos revolucionarios precapitalista, y lo reutiliza para mantener el estado de las cosas. En ese aspecto, el filósofo desarrolla un trabajo original y de largo recorrido sobre la idea de emancipación, que ante la crisis del capitalismo hoy cobra relevancia para buscar una alternativa que parta desde la igualdad para imaginar un mundo distinto.
Rancière plantea que para que el proceso democrático de emancipación funcione, es necesario preguntarse primero qué democracia es la que se quiere, lo cual se riñe con aceptar que el modelo en que nos movemos es inamovible. “La emancipación es una posibilidad de vivir en igualdad en una sociedad completamente desigual”, enfatizó.