Jefe del Programa de 2da Titulación de Psicología Experto UAHC plantea una perspectiva comunitaria y social para enfrentar desafíos de la salud mental post pandemia
Nota publicada en El Mostrador
El informe más reciente del Termómetro de Salud Mental, elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y el Centro UC de Encuestas y Estudios Longitudinales, reveló una leve mejoría en algunas patologías que se dispararon durante la pandemia como la depresión, pero otras como la ansiedad y el estrés -gatilladas por factores como la delincuencia y la incertidumbre sociopolítica, según los datos- se agravaron en meses recientes. Frente a este escenario, el Ministerio de Salud (Minsal), lanzó recientemente la Estrategia Nacional de Salud Mental y Derechos Humanos, que busca proteger los derechos de las personas que enfrentan distintos cuadros psicológicos.
En medio de un déficit de profesionales de la salud mental y una gran concentración de ellos/as en Santiago, la Academia de Humanismo Cristiano comenzará a dictar el 8 de agosto su Programa de Segunda Titulación de Psicología, encabezado por el docente Gustavo Bustos Gajardo, quien destaca la rigurosidad de su propuesta. “Este programa permite a profesionales insertos/as en el ámbito de la salud mental refinar habilidades que desarrollaron informalmente, para obtener una licenciatura en dos años. Uno podría pensar que eso sería recortar demasiado una carrera que normalmente dura cinco años, pero como se trata de un programa de prosecución de estudios eso implica que los postulantes ejercen desde hace tiempo y ya cuentan con una aproximación investigativa”.
“La UAHC es una universidad con sentido social que desde su mirada y misión establece un tipo de formación que contempla la transformación de la realidad. Este programa busca dotar de herramientas epistemológicas al profesional para que pueda entender la determinación mutua entre individuo y sociedad. Por eso pone énfasis en la cuestión del sujeto dentro de su contexto socio político e histórico. Este es un elemento que distingue este programa de otros”, agrega el psicólogo.
Malestar social, incertidumbre personal
En momentos en que factores como el alza en el costo de la vida provoca una inquietud compartida transversalmente, el profesional sostiene que este malestar tiene raíces que van más allá de la contingencia. “Hay un imperativo social que nos exige tener éxito, pero no nos entregan las herramientas para lograrlo o para lidiar con la frustración de no conseguirlo. Tenemos un gran problema con la frustración. Muchas personas que buscan tratamiento comparten una sensación de agobio y las crisis de pánico se han vuelto más frecuentes, ya que por mucha fortaleza que tenga alguien llega un momento en el que se cruzan varios problemas distintos y no alcanza el tiempo para resolverlo todo”.
Dentro de este escenario la atomización social juega un rol que, a juicio del experto, no es accidental. “El sociólogo francés Pierre Bourdieu afirmaba que la política del neoliberalismo es la despolitización de la vida cotidiana y hoy nos enfrentamos precisamente a una despolitización radical de la vida que implica que cada quien piensa que su problema es único y debe resolverlo por sí mismo. Por eso no es de extrañar que la fuerza de los sindicatos haya caído desde la década de 1990 en adelante, es algo deliberado porque todo el mundo cree que puede valerse por sí solo”, plantea el docente y cofundador del Centro de Atención Psicológica “Objeto a”.
En momentos de incertidumbre sobre cuándo frenará el repunte inflacionario o qué Constitución nos regirá durante las próximas décadas, el profesor considera que lo que enfrentamos actualmente es un vacío de sentido que hace que muchas personas asuman la posición subjetiva de que están ‘enfermas’ cuando en realidad la estructura social las empuja hacia el extremo, lo que se vería exacerbado en el corto plazo. “Creo que se viene un momento complejo que tendrá un efecto estructural importante, donde se van a hacer aún más notorias las brechas entre clases sociales que desnudó la emergencia sanitaria. Por otra parte, los factores económicos y las luchas políticas que hoy vemos inciden en el modo cómo cada sujeto asume su propio futuro y y el carácter de depresión económica puede generar en las personas una depresión subjetiva”, opina.
Para hacer frente a las deficiencias sistémicas el docente propone un cambio de paradigma al abordar el escenario de la salud mental post pandemia. “Vivimos en un país donde la salud mental es un privilegio al que no todos pueden acceder. Tenemos que romper esa dinámica y asumir el desafío de establecer perspectivas clínicas que estén abiertas a una dimensión comunitaria y social. Es importante que un programa de psicología entienda que debemos hacer frente a los problemas sociales de una manera que permita construir intervenciones sobre la realidad y no sólo sobre el sujeto. Ese también es un sello que caracteriza a nuestro programa”, afirma.