La lucha de la UAHC
¿Y si ganaran los estudiantes, los profesores y la mayoría de la gente, consiguiendo gratuidad en la educación superior chilena… de qué forma se financiará la UAHC, cuya existencia depende en medida considerablemente de los créditos de estudios contraídos por sus propios estudiantes?
Hay una gran contradicción que resolver en materia de financiamiento de nuestra universidad y este es el tiempo de hacerlo.
Lamentablemente, no hemos sabido reconocer con franqueza ese desafío y pese a la extensión del conflicto aún permanecemos a la espera de los acontecimientos, siendo probable que el resultado final del movimiento termine golpeándonos a nosotros mismos.
La bandera de la lucha estudiantil y de la sociedad por la gratuidad de la educación tiene para nosotros un reverso que debemos reconocer, corresponde a la lucha propia como universidad privada, sin fines de lucro, que cumple un importante papel en el desarrollo social del país.
Esa lucha implica limpiar nuestro financiamiento del funesto endeudamiento estudiantil, interpelando al Estado por una subvención que garantice nuestra continuidad.
Nuestra bandera de lucha frente al Estado y la sociedad debe encaminarse a obtener reconocimiento y un financiamiento adecuado al valor social de lo que hacemos.
Somos una universidad destinada a la promoción de sectores populares. Lo sabemos hacer y lo hemos hecho con seriedad y resultados demostrables durante toda nuestra historia. Por ello, y sin ninguna inhibición, merecemos y debemos reclamar financiamiento público para nuestra actividad.
El problema es si estamos o no dispuestos a dar esa lucha que nos es propia. Que se hermana a la gran lucha por la educación pública chilena, pero que es específicamente nuestra.
Luchar por nuestra supervivencia es la forma de caminar que nos cabe dentro de la gran marcha de los estudiantes, los profesores y, a estas alturas, de la mayoría del país.
Sin un perfil propio dentro del gran movimiento de todos, sin jugarnos por nosotros mismos, corremos el riesgo ser afectados por el movimiento nacional que apoyamos.
Una paradoja evitable a condición de asumir, a tiempo, la tarea que nos corresponde en nuestra propia defensa y ese tiempo es hoy.
* Docente de la Escuela de Educación UAHC