La mujer como centro en el control de la maternidad
Según cifras del Banco Mundial 2011, Chile bajó a un 1.8 por ciento su tasa de natalidad. Muy por debajo a la cifra que se mantenía en los años 90, cuando se evidenciaba 2.6 hijos por mujer. Estadística que ubican al país en los más bajos valores del gráfico en América del Sur.
De acuerdo a estadísticas del Instituto Nacional de Estadísticas, INE, dadas a conocer recientemente, en 40 años, el país experimentó una baja de 54% de hijo nacidos por mujer en edad fértil.
Qué factores sociales inciden en este comportamiento, y en consecuencia, qué estímulos serían apropiados para revertir el fenómeno, son algunas de las preguntas básicas que cabe abordar si se quieren implementar medidas coherentes, dado el impacto del fenómeno en diversos ámbitos de la sociedad.
Según el geógrafo y experto en demografía, Miguel Villa, profesor de la Escuela de Geografía de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, quien se desempeñó como integrante del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (Celac), organismo dependiente de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de la ONU, la baja en la tasa global de natalidad en el país, es unproceso que se dio muy rápido y es real que hoy Chile se sitúe por debajo de la fecundidad Argentina o Uruguay, países históricamente con menores niveles en la región.
Ante la situación, el experto en demografía, propone situar como centro de la discusión a la mujer, señalando que por su inserción al mundo educativo y laboral, produjo que su función en la vida no sea concebida como fuente reproductiva, sino en calidad de persona con igualdad de reclamar derechos, entre ellos, condiciones socioeconómicas óptimas para la crianza de sus hijos.
“Chile enfrenta una población que envejece a pasos fuertes y la inquietud por la baja fecundidad es lógica. Sin embargo, si un Estado quiere estimular la natalidad, debiese preguntarse qué es lo que la sociedad quiere, pues nadie puede imponer a la sociedad un comportamiento”, señaló Villa respecto al proyecto de Ley denominado Bono por el tercer Hijo, anunciado por el ejecutivo.
Más allá de catalogar de buena o mala la medida de Piñera, el experto apunta a plantear objetivos sistémicos que proporcionen condiciones que le permitan a la mujer programar su maternidad sin postergar su profesión ni la educación y salud de los hijos, tampoco ver desfinanciada su vejez, y sobre todo, cambiar el concepto de crianza que ha descansado en el género.
“Mientras exista una contradicción entre la posibilidad de desempeño de la mujer como persona y la maternidad, será muy difícil que se produzca un incremento de la maternidad. Las mujeres están arrinconadas, ya que si bien han logrado una posición más avanzada de su posición social, quizás muchas podrían estar retrasando o restringiendo la maternidad al ser conscientes del futuro y bienestar de su descendencia”, enfatizó Villa.