
La salud mental en los ojos de la otredad
(*) Por Yoanna Irazzoky Carrillo.
Cuando un concepto o noción es tan familiar, se da por hecho, que lo conocemos e interpretamos o actuamos de manera clara y correcta respecto de lo que hace referencia. Sin embargo, cuando dicho concepto o acción debemos ponerlo en práctica, se presentan algunas dificultades. Es el concepto de salud mental y cómo se lleva a su práctica, tanto en la realidad como en la teoría, lo que es en la actualidad, uno de los temas más recurrentes en la actualidad.
La Organización Mundial de la Salud hace referencia a este concepto, y señala que “abarca una amplia gama de actividades directa o indirectamente relacionadas con el componente de bienestar mental” (OMS. 2018). En otras palabras, se podría plantear la interrogante de este modo: ¿Todo lo que nos provoca bienestar mental nos entrega salud mental? Parece una pregunta sencilla de responder ¿o no?, entonces ¿por qué en la actualidad las cifras de enfermos han aumentado a nivel nacional e internacional? Aquí se plantea como hipótesis causal de este aumento, el problema con “la otredad”, entendiendo por esta noción el reconocimiento del otro como un sujeto diferente que permite que nos reconozcamos en él y configuremos en este reconocimiento nuestra propia subjetividad e identidad. Una rápida revisión muestra la existencia de múltiple y variada bibliografía al respecto, aun con tanta referencia, estudio e intervención, el problemas de la salud mental no disminuye. Algo sucede, que en vez de bajar, las cifras aumentan.
Al utilizar el espejo como metáfora y reconocer sus características internas como objeto, podríamos explicar que el espejo que se utiliza en la actualidad es un espejo convexo, un espejo curvo, en el cual la superficie reflectante se encuentra deformada hacia la luz (que violenta afirmación); entonces se utilizara el concepto de subjetividad para poder analizar de mejor manera qué es lo que sucede. Claramente el problema no radica en un espejo o sus características, sino que el problema está en cómo nos relacionamos con el otro y el medio en el que habitamos.
La salud mental es un concepto amplio que incluye diversas interpretaciones subjetivas de lo que es un bienestar psicológico, o dicho de otra manera sentirse bien no solo es referirse a la ausencia de la enfermedad. Va más allá de aquello, puesto que el sujeto, siempre ha puesto la existencia de agentes externos a nuestro cuerpo y ambiente que influyen en nuestro proceder, nuestro pensamientos y nuestras emociones. Existe por lo menos en una generación que no aprendió a reconocer nuestras emociones como parte de nosotros mismos, la mayoría de las veces culpamos a un externo sea cosa o persona. “¿Te golpeaste? tonta la silla”; entonces vemos los fenómenos en un externo en un otro, es por ello que si nosotros no somos capaces de reconocer como propias nuestras construcciones, ¿será posible reconocernos en el espejo? Vemos en el otro lo que no queremos ver en el propio interior, en aquella estructura más primitiva de evolución.
El hombre del siglo XXI en un escenario de pandemia no solo a nivel nacional sino también internacional, se ha visto en la obligación de descubrirse o redescubrirse en su condición de persona, teniendo la necesidad de entender, la innegable condición humana de relación con un otro y reconocer su realidad en un encuentro personal que se produce en esa relación intersubjetiva al encontrarse con la otredad, en donde la realidad del otro afecta su propia realidad. En la relación dinámica que se establece en lo intersubjetivo, fluye de esta relación no tan solo la constatación de la existencia de un otro, sino también una identificación configurante de la identidad y también aparece la noción de complementariedad en la búsqueda de precisar entre lo distinto y lo diverso.
Es entonces que la dualidad se convierte en testigo de lo que los estudios de comportamiento intentan explicar, clasificar, estandarizar, organizar; sin lograr por completo ninguno de esos intentos, ¿entonces la salud mental está determinada por una verdad absoluta?; claramente no, la salud mental es subjetiva, emerge desde el interior de cada sujeto que se reconoce en la otredad, descubriendo el paso simbólico del objeto al sujeto, el otro no es un artefacto o una cosa, el otro es un sujeto distinto pero semejante, diverso pero coexistente en el espacio intersubjetivo que los conecta desde su propia y particular construcción de realidad, sin embargo, buscamos objetivar parámetros que muchas veces nos alejan de lo esencial, de lo que trasciende al esfuerzo ordenador de la ciencia y sucumbe ante la constatación de que la búsqueda de las certezas es solo otra ilusión de nuestra propia subjetividad individual.
Es acaso que la semejanza es una virtud y la diferencia un problema, que se interpone en los miles de estereotipos que fuimos construyendo sujeto tras sujeto por todo el tiempo que la sociedad buscó uniformar para controlar, entonces no se puede establecer si somos nosotros o lo que se piensa de nosotros, lo que realmente nos define en esencia; y es en ese punto de encuentro en donde surge aquella domesticación que tanto tememos, el control exterior, la negación de la subjetividad, sin embargo vivimos día a día, reprimiendo en el otro lo que tal vez no nos atrevemos hacer, ya casi no resulta un panóptico que ejerza la vigilancia, la auto aplicamos sobre nuestro organismo y sobre la otredad, es acaso que, luego de esta pandemia a nivel internacional se desarrollará una re significación, no solo del concepto de salud mental, sino además de su vivencia, entendida esta como experiencia que contribuye a configurar la personalidad del sujeto y por lo tanto modificándolo y permitiéndole reflexionar nuevamente sobre la otredad. ¿Qué tenemos del otro?, el otro que en cierto modo nos muestra lo que falta y al que nos es tan difícil reconocer en la propia subjetividad.
Y aquellos que fueron vistos bailando, fueron considerados locos por los que no podían escuchar la música.” Anónimo.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
1.- OMS (Organización Mundial de la Salud). 2018. Salud mental: fortalecer nuestra respuesta. Consultado en: https://www.who.int/es/news-room/fact-sheets/detail/mental-health-strengthening-our-response
(*) Por Yoanna Irazzoky Carrillo. Estudiante en práctica del Centro de Salud Mental en Comunidades Educativas. Escuela de Psicología de la UAHC.