Las contradicciones del PS chileno
(*) Por José Orellana
Últimamente, el Partido Socialista de Chile enfrentó una serie de hechos tensionadores como la nominación de Alejandro Guillier como abanderado presidencial (vía Comité Central con votación secreta, imposibilitando la consulta interna) y la ‘descolgada’ de su socio histórico, la Democracia Cristiana que optó por Carolina Goic como su abanderada hasta Primera Vuelta. A esto se suman las críticas sobre la administración de su patrimonio partidario ampliamente ventilada por los medios.
No han sido días fáciles para el PS. Si ya venían tensionadas las relaciones desde lo inminentemente político en un año electoral ya viscoso, el efecto mediático que provocó la administración del Patrimonio Partidario, provocó contradicciones profundas a nivel interno.
La primera contradicción fundamental se encuentra en ¿cómo una tienda partidaria que en su declaración de principios busca superar el capitalismo, hoy ocupa mecanismos de la banca, muy propios del capitalismo, para administrar y acrecentar su patrimonio?. Otra contradicción, simbólicamente relevante para la vida interna del PS es cómo, teniendo el antecedente de la persecución y eliminación de sus militantes de bases y dirigentes por la Dictadura Cívico – Militar, invierte en acciones de las empresas que fueron y son mayoritariamente administradas por el Yerno del Augusto Pinochet Ugarte, responsable político de la muerte de militantes del PS.
¿Cómo se explican estas contradicciones?. Es un error, hacerlo sólo desde la simpleza lineal de la frescura o ‘carepalismo’ que algunos y algunas han presentado, ya que ello esconde una cuestión más compleja. En Chile, se instaló cultural y hegemónicamente el valor del individualismo/consumismo de mercado, cuestión que indefectiblemente proyecta una moral y ética que atraviesa a todo el cuerpo social nacional y a organizaciones intermedias del país, hecho que se encuentra, además acompañado de una serie de instituciones que replican tales valores y sus consecuentes morales y éticas.
No relacionar, la contradicción del Partido Socialista, con las históricas formas de financiamiento de la política, desde que se recuperó la democracia es un error. El cuidado que esta afirmación merece, es que el PS, no registra dificultades en la legalidad, sino que en el simbolismo de la administración de su patrimonio, cuando avanza en la contradicción de la naturalización de las relaciones de mercado para administrar en legalidad su patrimonio v/s los principios valóricos que aparecen en sus estatutos.
Dando por descontado, que podría ser la visibilización del hecho una suerte de operación política, la que se vendría, además comentando en otras oportunidades desde el Mercurio y Revista Qué Pasa, en esta oportunidad, es significativamente intenso, porque el PS, en la certeza que entrega el actuar en legalidad, en un país que tiene como eje de acción el Estado de Derecho, fue promotor, institucionalmente, en más de una oportunidad de denuncias de corrupción y aprovechamientos indebidos.
Lo que importa, y empatizando con afirmaciones de algunos de sus dirigentes, es darse maña, ahora, de cómo se enfrenta esta contradicción simbólicamente intensa, ya que cómo antes, el PS, debe enfrentar una dificultad histórica y fundamental, en esta oportunidad, no para sobrevivir de la persecución de una dictadura Cívico – Militar, tampoco para avanzar en la recuperación de la democracia y posterior consolidación (aunque deficitaria), sino que para contribuir a la profundización de la misma logrando en gradualidad y tolerancia una Patria más Equitativa.
El logro de esta circunstancia no es fácil, ya que se deberán enfrentar las desconfianzas internas, las externas y las disputas políticas electorales, las cuales aún operan desde un marco referencial valórico ya referenciado.
(*) Académico Escuela de Ciencia Política y RR. II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Doctor © en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH.