Mayarí Castillo sobre desigualdad y legitimidad social en Latinoamérica_“Por un lado hay un rechazo en el discurso a las desigualdades del sistema, pero no hay hechos concretos que demuestren que quieran cambiarlo”
¿Qué hace que las personas toleren la desigualdad? ¿Por qué la legitiman? ¿Por qué se reclama generando conflicto?, estas son algunas de las interrogantes analizadas en el libro “Desigualdades: tolerancia, legitimación y conflicto en las sociedades latinoamericanas”, de la antropóloga Mayarí Castillo, docente de la Escuela de Antropología de la U. Academia de Humanismo Cristiano y la socióloga Claudia Maldonado, patrocinada del Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social, COES.
Se trata del segundo volumen editado por RIL Editores y publicado por la Red Desigualdades de la Freie Universität Berlin, el COES, el ICIIS (Centro Interdisciplinario de Estudios Interculturales e Indígenas), y la U. Academia de Humanismo Cristiano, el cual fue presentado este martes 14 de junio por los investigadores Emmanuelle Barozet, Jorge Atria, Claudia Maldonado y Katya Araujo, quienes expusieron parte de sus trabajos incluidos en el volumen.
El texto incorpora 18 aportes de investigadores y académicos latinoamericanos, quienes alejándose de la clásica mirada centrada en los números, ponen el foco en los procesos y conflictos culturales que hay detrás de las sociedades desiguales de la región. Incluye investigaciones recientes sobre el tema en casos de Chile, México, Argentina, Brasil, El Salvador, entre otros.
En el caso chileno, considerado uno de los países con mayor nivel de desigualdad y con una conflictividad creciente en los últimos diez años, se analiza la relación de la desigualdad e impuestos como fuente de conflicto social. En este punto, Jorge Atria, investigador de COES y Doctor en Sociología en la Freie Universität Berlin, plantea que si bien Chile siempre ha destacado y ha sido visto como un país exitoso económicamente, es uno de los más desiguales en términos de la distribución de la riqueza.
“El caso chileno muestra una débil capacidad redistributiva del Estado, un sistema poco progresivo, es decir, que se apega poco a la capacidad distributiva de cada ciudadano. Es tremendamente inefectivo para reducir desigualdades y presenta muchos vacíos legales que facilitan la evasión. Y finalmente, un modelo que prueba efectividad para reducir la pobreza, pero incapaz de modificar el orden distributivo actual”.
En ese sentido, plantea que “hoy en día, al menos en el discurso, hay un cierto consenso sobre la necesidad de buscar una solidaridad social que sea más efectiva, a través de políticas y reformas sociales. Y el tema de los impuestos es clave para buscar lograr ambos tipos de transformaciones: reformas políticas y sociales”.
Otro tema abordado son los cambios sociales ocurridos en Chile a partir del año 2011. La investigación a cargo de Claudia Maldonado, plantea que hasta antes del 2011 se podía observar una convivencia “relativamente” estable. Sin embargo, con la asunción de Piñera a La Moneda en 2010, el cambio social comienza a darse con mayor claridad. Si bien esto último no es el único factor que despertó la fuerza del movimiento social, si es un caso que podría haber ayudado a para que muchos sectores sociales que hasta ese momento se encontraban desarticulados, vieran una oportunidad de reagruparse.
“Es a partir de este año que el debate público comienza a ser ocupado por distintos sectores de la sociedad, acuñando demandas relacionadas con salud, educación, trabajo, entre otras. Comenzaron a confluir en un malestar generalizado, cuyo origen podría ser atribuido a la desigualdad. Esto hace posible la aparición de una parte de los sin partes, aquellos que antes no tenían una voz visible y que irrumpen en la escena pública interpelando el orden. La aparición de los dañados genera una ruptura del espacio social y abre un campo de debate, haciendo visible a nuevos actores. En la medida que el movimiento logra identificar una problemática común, sentida por un amplio número de la población, ganan legitimidad”.
Maldonado indica que “la desigualdad se transforma en un problema que hegemoniza el debate público, gracias a la capacidad que tuvieron los actores del movimiento social de articularse frente a un diagnóstico común. Se reconoce el conflicto como una condición indispensable para la transformación de la política. Los sujetos y los discursos involucrados en este proceso de reconocimiento de denuncia lograron abrir un espacio de disputa en torno a las distintas formas de concebir enfrentarla problemática que los daña y excluye”.
Pero, ¿por qué las personas toleran la desigualdad?, ¿por qué la legitiman? Katya Araujo, Doctora en Estudios Americanos e investigadora del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la USACH, ahondó precisamente en los procesos de legitimización social. Al respecto, sostiene que “la creencia en la legitimidad no es solo resultado de representaciones ni ideales, sino resultado de la experiencia que uno tiene. Es ésta experiencia social la que contribuye a la legitimidad”.
Para Mayarí Castillo, una de las autoras de la publicación, el tema de la desigualdad y la legitimidad en bien particular “Es bien paradójico lo que pasa, porque por un lado hay un rechazo en el discurso a las desigualdades del sistema, pero por otro lado no hay hechos en lo concreto que demuestren que quieran cambiarlo. Esto demuestra cómo la gente se hace parte y es cómplice de esta desigualdad y como finalmente la reproduce”, sostiene.
Además agrega que “cuando queremos modificar nuestra realidad desigual, debemos primero cambiar muchos otros aspectos que son más profundos y que contribuyen en su agudización. La población se hace prisionera de esta dinámica, se da cuenta de lo que sucede, pero no tiene más opciones”.
La salud y el género también son temáticas de análisis en esta publicación. Del mismo modo se analiza el tema ambiental y cómo este también influye en una buena o mala calidad de vida de las personas. Además, analiza por qué la gente tolera vivir en espacios tan degradados, con entornos vulnerados y bajas condiciones de vida.
Este nuevo volumen incluye también investigaciones de grandes pensadores de las ciencias sociales: Loïc Wacquant, Göran Therborn y de importantes académicos latinoamericanos como Luis Reygadas y Juan Pablo Pérez Saínz.