Mirtha Abraham deja Dirección del Magíster en Educación tras 20 años:_“La Academia tiene muchas ventajas y una de ellas son las relaciones humanas… una universidad que entrega mucha autonomía y posibilidades de desarrollo profesional”
¿Cómo comienza a trabajar en la Academia?
Llegué a la Academia en marzo de 1996 a hacerme cargo del Magíster en Educación. En el año 1995 el PIIE (Programa Interdisciplinario de Investigación en Educación) estaba con mucho interés en participar con más fuerza en la formación de profesores. En ese momento el PIIE tenía a cargo el Doctorado en Educación, vinculado a la Universidad, y se presentó la posibilidad de diseñar este magíster.
Yo venía con la experiencia de ser directora de un magister en educación en México y me pidieron diseñar una propuesta. Comencé a investigar sobre lo que estaba pasando en el mundo de la educación y académico en general, y me pareció que una propuesta interesante podía ser un Magíster en Investigación Educativa, dada la necesidad que se vislumbraba en ese momento en torno al tema de la investigación.
¿Cómo enfrentó la creación de este magíster?
Este programa estaba dirigido a profesores universitarios, que eran los que hacían investigación en educación. Era un público que realmente requería un magíster en ese momento, porque habían pocos en el país y sentíamos que era una necesidad, y por otro lado, consideramos que la investigación educativa era un tema importante y que había que entregar herramientas de investigación y metodológicas para que los profesores universitarios pudieran hacerla.
La difusión del magister fue un éxito. Tuvimos alumnos de Argentina, Colombia, Perú, Bolivia y por supuesto chilenos, hubo muchos interesados por la modalidad semi presencial que se ofrecía, que era muy moderna para la época, estamos hablando del año 1996. Además, era un tema novedoso, innovador, ya que recién se estaba instalando el tema de la investigación en educación. Seguí a cargo del programa como directora. El Magíster funcionó hasta enero del año 2004, con seis promociones de egresado y titulados.
¿Cómo enfrentan los nuevos desafíos que plantea el país hacia fines de la década del 90?
Como Universidad se decidió que la Escuela de Educación tenía que seguir ofreciendo un programa de estudios de acuerdo a las necesidades del país, modificando el área de estudio y el publico objetivo, pensando no en la investigación educativa si no en formar profesionales de la educación, profesores de educación básica. A través de estudios y conocimiento de lo que ocurría en ese momento en el ámbito de la educación, se desprende que la didáctica y las innovaciones pedagógicas y las necesidades de formación eran las expectativas que tenía el país, y que se materializaban en las políticas públicas. Con esos antecedentes, en el año 2003 se creó el Magister en Educación con Mención en Didáctica e Innovación Pedagógica en modalidad presencial.
Con el tiempo se fueron sumando otras menciones de acuerdo otras necesidades como la integración, la interculturalidad, etc., y a partir de experiencias propias de la universidad se dieron otras menciones como integración pedagógica y social, extraída del postítulo del mismo nombre. También se sostuvieron conversaciones con la Escuela de Antropología, ya que ellos ofrecían una maestría intercultural bilingüe, y de ahí nace la mención en Multiculturalidad.
Con algunas modificaciones en sus contenidos, el Magíster ha ido evolucionando para mejorar el programa, y estar en mayor consonancia con el campo disciplinario de la didáctica y las innovaciones, así como también con la política pública y el contexto general.
¿Cómo evalúa su experiencia en la Academia en estos 20 años?
Ha sido una experiencia muy linda pertenecer a la comunidad de la Academia, muy enriquecedora y de mucho aprendizaje. Las relaciones siempre han sido muy cordiales, esta universidad tiene muchas ventajas y una de ellas son las relaciones humanas, el ambiente laboral que existe, porque es una universidad en la que uno tiene mucha autonomía, muchas posibilidades de desarrollo profesional y donde las relaciones son bastante horizontales, no hay una jerarquía ni menos relaciones autoritarias que impidan una buena relación con los demás.
He hecho muy buenos amigos y amigas, tengo mucho cariño por muchas personas que pertenecen a la Academia. Para mí ha sido un recorrido muy enriquecedor, en el que me he sentido bien, respetada, acogida y por haber participado en la construcción de la Escuela de Educación también me considero parte de ella. Con Patricio Donoso iniciamos ese camino en el año 1998, como una creación muy humana, muy colectiva, muy participativa. Y hoy ya es una Facultad.
Por cierto que no todo ha sido perfecto. Uno siempre se tiene que enfrentar con la burocracia administrativa y también académica: conseguir recursos, docentes, todo siempre es difícil, hacerse un espacio, que te reconozcan.
Pero por sobre todo, generé muchos lazos afectivos durante este camino de 20 años. La Universidad ha sido una familia durante este tiempo, y yo valoro enormemente la oportunidad que me dieron para desplegar todos mis conocimientos y competencias, la posibilidad de colaborar y participar de este proyecto. No me queda más que agradecer.
¿Está segura de que haber dejado la Dirección del Programa de Magíster fue una buena decisión a nivel personal?
Yo creo que uno no debe eternizarse ni en los cargos ni en las instituciones. Hoy mi momento es otro, desarrollarme en investigación, que es lo que anhelo y deseo. Tengo una tarea pendiente que es terminar mi doctorado en educación, además quiero tener tiempo para mí, dedicarme a otras cosas, desarrollarme como persona, como profesional, pero desde otro lugar, y dejar además espacio a las nuevas generaciones.
• Tras su retiro de la Dirección del Programa de Magíster en Educación, Mirtha continúa vinculada a él de manera indirecta a través de su participación en el Núcleo Temático de Investigación sobre Currículum. Por otro lado, dicta un curso de Liderazgo Transformacional y Gestión Escolar.