Música de Carlos Zamora es interpretada en el extranjero
El trabajo y partituras del músico y compositor Carlos Zamora ha tenido exitosa recepción en el extranjero. En un mes su música ha sido interpretada y programada en cuatro países. El próximo año tendrá estrenos en Estados Unidos y Noruega, además de Chile.
El despegue internacional de Zamora, quien se desempeña como director del Área de Educación, Arte y Cultura de la Academia, fue destacada por la sección “Cultura” del diario El Mercurio, en una nota publicada el sábado 19 de mayo.
El despegue internacional de Carlos Zamora
Es el compositor chileno más programado. Y ahora que ya conquistó los escenarios locales, también está resonando en el extranjero.
por Romina de la Sotta Donoso/El Mercurio
La Sinfónica U. de Concepción estrenará una nueva obra suya en agosto. Lo mismo harán la Orquesta de Cámara de Valdivia, en septiembre; la Orquesta de Cámara de Chile, en noviembre, y la Sinfónica de La Serena, en diciembre.
Carlos Zamora (Calama, 1968) es el compositor chileno más programado. Su catálogo va desde piezas para violín solo hasta grandes obras sinfónico-corales, como “Víctor Jara Sinfónico”, que desde 2006 se presenta, mínimo, dos veces al año. “Esa música funciona sola”, dice riendo.
Y ahora sus partituras están teniendo resonancia internacional. Especialmente, “Sikuris”. El año pasado fue programada en Medellín; en el Festival Bach de Oregon, y en el foyer de la Ópera de Berlín. Hace dos semanas, la tocó la Orquesta de la Radio y Televisión de Irlanda, dirigida por Miguel Harth-Bedoya; ayer fue el turno de la Boston LatinAmerican Orchestra, y mañana, en el XVII Festival Latinoamericano de Música de Caracas, la interpretará la Sinfónica Municipal de la ciudad.
“Es impresionante, se instaló al lado del ‘Andante’ de Leng como obra de repertorio de un compositor chileno”, reconoce. “En los circuitos europeos todavía suena exótica la música que hago, pues uso raíces rítmicas y melódicas del folclor precolombino”.
De niño, Zamora vivía al lado de una banda de música andina: “Todos los días del año había música de La Tirana. Además viví todas las fiestas folclóricas de los pueblos del interior de Atacama, y después conocí la música vernácula del Biobío”.
Zamora define su propia música: “Es una mezcla entre la música pentáfona, el ritmo de fiesta, las sonoridades de aerófonos precolombinos y percusiones. Con eso construyo un imaginario sonoro muy cercano a la música que se practica hasta hoy en el norte, y hago una propuesta traspasando ese material a una orquesta occidental, o desdibujando sus mismos giros”.
Su agenda no para. El próximo año tendrá estrenos en países como Estados Unidos y Noruega, además de Chile.
“Yo sólo trabajo por encargo, no me da el tiempo para sentarme a escribir lo que se me ocurra”, confiesa. Porque no vive de la composición, sino de su tarea como director del área de Educación, Arte y Cultura de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.
“He tenido suerte, algunas piezas mías ya trascienden los estrenos. Se reponen al año de haber sido estrenadas, y eso es bien raro”, cierra.