Nuevos debates sobre el buen vivir_Julien Vanhulst: “Pensar en otorgarle derechos a la naturaleza es algo revolucionario”

Nuevos debates sobre el buen vivir_Julien Vanhulst: “Pensar en otorgarle derechos a la naturaleza es algo revolucionario”


La segunda sesión del Seminario de Pensamiento Contemporáneo Latinoamericano, del Instituto de Humanidades se enfocó en los “Debates sobre las nuevas vías para el desarrollo en América Latina” y, en particular, los nuevos aportes de la teoría del “buen vivir” como nuevo horizonte de sentido para el ciudadano del siglo XXI.

El análisis de esta alternativa corrió por cuenta del profesor y director del Instituto de Humanidades, Raúl González y el profesor invitado Julien Vanhulst, académico de la Universidad del Maule. Ambos plantearon las principales problemáticas sobre el debate socio-ecológico, el reconocimiento de la naturaleza como derecho y una redefinición del capitalismo en plena era de su crisis, entre otras nuevas formas de entender las economías.

El doctor de la Universidad Libre de Bruselas es, junto a González, otro procurador de esta tendencia de la última década que, desgraciadamente, es más debate que práctica, señala sobre una crisis de la retórica capitalista como antimodelo. La crisis de recursos como el agua y el cambio climático parecen ser la punta del iceberg en lo que se refiere a la depredación exponencial que marcan desde 1800 las revoluciones industriales, la extracción y la desforestación, plantea el académico sobre una era geológica que otros autores denominan el antropoceno.

“Desde entonces la actividad humana ha generado un impacto notorio en el planeta y la humanidad se ha transformado en una fuerza geológica al nivel de los volcanes, las placas tectónicas o el mismo clima. Esta influencia fue cuestionada durante mucho tiempo, incluso hasta entrados los años 60”, explica.

Desde entonces comenzó a escucharse sobre esta idea del buen vivir como alternativa de desarrollo e incluso se le asocia con otras influencias como el ecofeminismo, el ecosocialismo y los movimientos del sur. “Es decir, formas de vida y de subsistencia que conviven en armonía consigo mismo, la sociedad y la naturaleza. Con el tiempo esas interpretaciones, se han vuelto a multiplicaren nuevas interpretaciones que abarcan desde modos de convivencia propias del Amazonas, indigenistas más intelectuales y con actores neomarxistas con elementos participativos del estado en Mesoamérica.


“Los movimientos más recientes proponen un buen vivir postdesarrollista compuesto por intelectuales críticos al desarrollo que ofrecen una mayor importancia a la sustentabilidad ambiental y al respeto a los derechos de la naturaleza. Una especie de sociedad post extractivista”, describe. “Es decir un enfoque social de gran potencial que en todo momento mira al pasado para construir futuro. Algo nuevo, pero anclado en la tradicional forma de crear civilización que al mismo tiempo es revolucionario, porque pensar en otorgarle derechos a la naturaleza es algo revolucionario”, cree Vanhulst.

Por su parte, el profesor Raúl González, autor de “Ensayos sobre economía cooperativa, solidaria y autogestionaria”, es optimista sobre el devenir de un buen vivir como ordenador del desarrollo de la región, al menos. “Las relaciones entre lo local y la cultura en este sentido no tiene una noción ubicua de desarrollo, sino una multiplicidad de caminos. Hoy se cree que el desarrollo debe ser la expresión de ciertas tradiciones culturales de los pueblos asociadas a territorios. Es como la economía mirada desde un enfoque de clases o de género, por ejemplo, en el cual conviven lo moderno y lo tradicional como nuevos ángulos ajenos al capitalismo. Estas “otras economías” son más cuidadosas respecto a esa otra mirada del patio trasero de los grandes capitales”, señala el docente.