Obra ganadora del concurso de publicaciones UAHC_Profesor Hugo Contreras publica investigación definitiva sobre las encomiendas del siglo XVI
Motivado por una pregunta que lo acompañaba hace décadas acerca de un tema abandonado por los historiadores desde los estudios de estancieros y encomenderos de Góngora, el profesor de la UAHC Hugo Contreras Cruces aborda en “Oro, tierras e indios: Encomienda y servicio personal entre las comunidades indígenas de Chile Central (1541-1580)”, la compulsión laboral que definió el destino de los grupos étnicos prehispánicos.
La obra es una de las ganadoras del primer llamado 2016 del concurso de publicaciones y creación artística convocado por nuestra universidad y entrega detallada información sobre el sistema de encomienda de servicio personal implementado durante la colonización. Un período que, según Contreras, fue mucho más que un modo de enterar los tributos a la corona española por parte de los conquistadores y gobernadores y que dio forma a las comunidades indígenas coloniales.
“Para entender a la sociedad del siglo XVIII y desde ahí en adelanta hasta la actual, creo que es fundamental comprender el sistema de encomiendas y una historia indígena que no ha sido del todo registrada”, señala el docente que retoma una indagación a la que había puesto interés años antes desde sus días de tesista doctoral.
Identifica pues una gran fragilidad documental respecto a un fenómeno económico y social que, en el siglo XVI, constituía con los indígenas una parte mayoritaria de la población. “es una cuestión interesante plantearse de dónde salía el trigo, el maíz, la carne que alimentaba a esta sociedad si la principal mano de obra de indígena estaba todo el día sacando oro desde los lavaderos”, reitera Contreras.
El libro explica cómo las encomiendas fueron entregadas a personas relevantes militar y políticamente, pero que a la vez fueron distanciados para para evitar conflictos de poder en una lógica que comienza a ordenar ese mismo escenario para el futuro y dibujar un mapa de relaciones entre caciques y españoles cerca de los centros urbanos. Se refiere, pues al engañoso concepto de los “Pueblos de indios” con el que se conocía a encomiendas como las del Maule donde los indios conformaban verdaderos polos económicos y mineros con núcleos de más de 1500 individuos.
“En el caso de la encomienda de Talagante hay un interesante coqueteo con la historia económica que nos lleva a dar un enfoque nuevo a la migración forzosa, la resistencia cultural y otros espacios que comienzan afirmarse en un reino de frontera”, señala el autor sobre este relato de un período marcado por la picota, la pala y la batea que sigue vigente al menos en el apellido de muchos ciudadanos chilenos que siguen sonando a lo largo del país y que se repiten en los centenarios documentos y padrones que investigó Contreras para “Oro, tierras e indios: Encomienda y servicio personal entre las comunidades indígenas de Chile Central (1541-1580)”.
El período escogido por el autor, 1541 – 1580, es el hito que marca el gobernador Martín Ruiz de Gamboa y que coincide con la baja de la producción de oro y la aparición de la agricultura y la ganadería como punto de equilibrio de la economía. Período en el que la influencia del indígena aparentemente es silenciada por otras publicaciones. “Para reconstruir este período recurrimos a padrones, los juicios tierra, de linderos y encomiendas en que se registraron decenas de viejos declarando ante tribunales sobre propiedades históricas y otros usos de la costumbre. En ese sentido me llamó la atención cómo los sujetos que validan oficialmente estas historias y testimonios, lo hacen desde su biografía. Una cotidianeidad que es a su vez fuente histórica, pero que a través de datos mínimos genera material muy relevante”, señala Contreras Cruces.