Parte de las exigencias del Decreto 83/2015_Comienzan prácticas conjuntas de estudiantes de pedagogía básica y diferencial
El Decreto 83/2015 de la Ley General de Educación se refiere a una clara necesidad de lograr la adaptación e inclusión de los estudiantes a través de la co-docencia de profesores de educación básica y diferencial en el aula. Esta consideración, valora el trabajo conjunto de estos profesionales, la autonomía de los establecimientos y las diferencias culturales en el aula. Ya en la práctica, la norma ofrece espacio e incentivos para la capacitación de los docentes.
Blanca Astorga, directora de la Escuela de Educación Diferencial de la UAHC, celebra la iniciativa y el inicio de las prácticas conjuntas de los estudiantes de ambas carreras de pedagogía como un factor de cambio fundamental para la educación chilena. “El profesor diferencial no trabaja por sí solo ni el profesor básico trabaja aislado del proceso, es en conjunto donde se obtiene el mayor potencial del estudiante, pero desgraciadamente eso es algo que ocurre poco”, cree Astorga quien destaca algunas experiencias exitosas a la fecha cuando coincide el interés de la comunidad escolar y el de los profesores en lo que a escuelas públicas se refiere.
En tanto, Pilar Guzmán, Coordinadora de la Línea de Prácticas de la Escuela de Pedagogía en Educación Básica, comenta que las expectativas de este trabajo colectivo son altas. “Creo que ambas partes aprenderán de este proceso que configura un mismo espacio dentro de sus prácticas y se complementa muy bien con la formación de nuestros docentes”, sostiene.
Explica también que en términos académicos este es un gran desafío que plantea el requerimiento de colaborar en equipo desde su génesis ya que en la formación también han participado profesores de manera voluntaria aportando tiempo de reflexión y metodologías basadas en el trabajo de terreno.
Nuevas competencias para un sistema cambiante
Astorga afirma que si bien esta medida es muy buena, existen en el sistema muchos profesores que no han sido preparados para su implementación. “El mismo decreto habla de lo necesarias que son las horas dedicadas al trabajo en el aula y fuera de ella. Sin embargo es una medida muy reciente respecto a la lógica tradicional y los años de ejercicio. Afortunadamente hay interés en el perfeccionamiento y la capacitación para que se vaya instalando poco a poco”, agrega.
“Así es como funcionan las escuelas y nosotros incorporamos este llamado al trabajo formativo y el sistema de prácticas. A cambio, se logra potenciar la capacidad de nuestros estudiantes para trabajar de forma colaborativa, se amplía la mirada de la labor del docente y la comprensión de que la pedagogía es más que un campo de la especialización, es un espacio que se trabaja de manera colectiva”, insiste la Profesora en Educación Básica y Licenciada en Educación.
Yendo más allá de los resultados esperados, Blanca Astorga proyecta una segunda etapa en la que el aprendizaje obtenido pueda transformarse en nuevas competencias para el desempeño profesional. Competencias que se sumarán al sello que los Estudiantes de Pedagogía de la Academia tienen en su forma de comprender la realidad y los procesos de aprendizaje de los estudiantes.