Perfil social a la clase media y el fracaso de políticas gubernamentales
En los últimos días y como pocas veces, la atención del país se ha volcado de lleno a seguir los pormenores de la votación en el Congreso respecto de la votación del proyecto de retiro del 10 por ciento que permitirá a una gran mayoría de chilenos retirar una parte de sus fondos de ahorro de AFP debido a la emergencia creada por la pandemia de coronavirus. Asimismo, una gran cantidad de analistas y las propias redes sociales han puesto sobre la mesa la situación que vive la denominada clase media, a la que sencillame4nte no le llegan varios de los beneficios impulsados por el gobierno a través de sus políticas sociales.
Cabe preguntarse entonces ¿qué es ralamente la clase media?, una condición, una noción de tipo científica o simplemente se trata de un término ideológico o político? Para muchas personas la expresión por sí sola condiciona una carga ideológica que cada vez que se emplea se reactiva más y forma parte de un concepto casi metafórico que cobra sentido y por la cual una sociedad la distingue como parte de una clasificación de algo que no se sabe muy bien qué es y sólo se entiende que está al centro de los que poseen más y los que tienen menos. Por otro lado, la pregunta apunta quizás a la eterna postergación de la clase media por parte de los anteriores y el actual gobierno.
Pobres con capacidad de endeudarse
Para la docente de la Escuela de Ciencia Política Tamara Vidaurrazaga, lo único que distingue a la clase media de los más pobres, es la capacidad de poder endeudarse, lo que claramente además responde a la injerencia directa con los tiempos que se viven. “Ese neoliberalismo que tenemos hoy abusa de esta noción de la clase media que, en el fondo, es gente pobre que necesita trabajar para vivir, por lo tanto no son parte de los ricos. Yo diría que la diferencia de la clase media con los más pobres es que tienen la capacidad de alcanzar algunos privilegios pero mediante el endeudamiento. Yo me pregunto si la clase media existe, qué significa pertenecer a ella porque finalmente si ser clase media implica que endeudándose toda la vida y bicicletear eternamente se logra acceder a algo mejor, eso no los hace privilegiados”, analiza la docente.
Vidaurrazaga argumenta además que en ese último punto, existe algo interesante del capitalismo que tiene que ver con las complicidades. “Lo interesante es ver cómo algunas personas creen que con poner un pequeño negocio, se transforman en parte de los capitalistas del país y entonces su complicidad y lealtad está con los más ricos y no con la gente pobre que es la gran mayoría. Ahí hay algo perverso que tiene que ver con cómo el capitalismo promete felicidad y nos dice que podemos alcanzar esa felicidad en términos, capitalistas, patriarcales y racistas, siempre y cuando nos esforcemos lo suficiente. Ese discurso es algo que se reitera todo el tiempo, pero la trampa es que señala que aquello tiene una directa relación con el esfuerzo realizado. Entonces, creemos que si alguien tiene mucho dinero es por el esfuerzo de esa persona o de su familia, pero en términos cuantitativos es mentira. Las personas no tienen más privilegios porque se esfuercen más, salvo en pequeños porcentajes. Los privilegios tienen mucho que ver con las redes familiares, donde nacimos, el colegio donde estudiamos, las oportunidades que tuvimos, los contactos a los que accedimos y todo aquello que no tienen que ver con esfuerzos personales necesariamente”, remarca.
Finalmente Tamara Vidaurrazaga señala que en general el capitalismo es muy bueno para colectivizar las responsabilidades sobre las cosas que andan mal como sucede con el medio ambiente o la desigualdad y al mismo tiempo, para individualizar la responsabilidad respecto de lo que podemos tener y a lo que podemos acceder. “Sería bueno preguntarse también qué utilidad tiene esta ‘categoría’ de la clase media que es algo nebuloso que es muy difícil de describir. No sé si es una categoría útil que no sé si refleja una situación mejor, sino más bien el sueño de acceder a algo mejor y lo que hoy eufemísticamente le llaman “ser aspiracional” y es una forma de decir que esta clase media lo único diferente que tiene respecto a la pobreza, es un lugar confuso en las clases sociales donde no es parte de la elite, pero piensa que esforzándose lo suficiente puede llegar a tener aquello que la elite posee”, finaliza.
Clase media y educación
Para el rector de la UAHC Álvaro Ramis existe una asociación directa entre la clase media y la educación, siendo la universidad como institución la puerta de entrada para ello. “La ciudadanía ha aceptado pagar por ella recurriendo a sus salarios, ahorros y créditos. Sin embargo, esta situación ha llegado este año a su límite. Incluso, antes de que estallara la pandemia, el sistema universitario había entrado en una dinámica muy compleja, ya que los últimos años se han incrementado significativamente sus costos fijos, entre otros factores, por la entrada en vigor de las regulaciones de la Superintendencia de Educación Superior, por los nuevos estándares de acreditación en la CNA, y por los efectos no planificados de la implementación de la gratuidad”, señala la autoridad de la Academia. Argumenta además que la crisis del Coronavirus, simplemente ha acelerado este proceso, llevándolo a un límite.
Agrega Ramis que, si bien las universidades están en serias dificultades, quienes estudian en ellas lo están pasando aún peor. “El modelo de financiamiento ya golpeaba a los estudiantes y a sus familias mucho antes del Covid-19. Para la mayoría era imposible ahorrar lo suficiente, por lo que contratar un préstamo, bajo la forma del CAE, ha sido su única alternativa, antes de la implementación de la gratuidad. Pero incluso acceder a ese mecanismo no les exime de tener que trabajar para estudiar. He tenido en clase a chicas y chicos que se duermen después de haber estado en un turno de noche, en un trabajo con el sueldo mínimo. No es extraño encontrar estudiantes que, aunque trabajen, no logran pagar su transporte o tienen literalmente hambre al final de la jornada”, sostiene.
Modelo político y falla del gobierno
SI hay algo que aqueja a la ciudadanía por estos días son las políticas gubernamentales que no han podido llegar a aquellos que realmente lo requieren en un estadio de catástrofe como es el que actualmente padecen las naciones y en particular Chile. En ese sentido el fracaso del actual programa de gobierno se hace un tema relevante y que atañe directamente a la clase media que se ha quedado a la deriva de todo.
Para Rodrigo Gangas, director de la Escuela de Ciencia Política, el gobierno ha fracasado en su gestión y existe un conjunto de elementos que lo ratifican: “Van desde lo estructural-institucional, sustentado en el modelo político y económico, hasta lo coyuntural definido por la mala gestión tanto del estallido social como de la pandemia, y digo de la pandemia porque con ello se incorporan todas las crisis asociadas a ella, la crisis sanitaria, la crisis socio-económica, la crisis política y también una crisis cultural asociada al abandono de la educación en todos sus niveles, pero que por ahora ha quedado de lado”, señala.
El docente plantea que el principal síntoma de la falla en lo estructural- institucional, se evidenció desde la revolución de Octubre. “La desconexión de las autoridades con un Chile real no es solo del gobierno sino también de toda la clase política y de la institucionalidad democrática, heredada desde la dictadura y perfeccionada por todos los gobiernos siguientes. Esta falla de la estructura se materializa en la fuerte desigualdad en términos de ingreso; en una falta de confianza con las instituciones democráticas; y un sentimiento de frustración que sumado a un gobierno con baja capacidad política y falta de empatía hacia una población cada vez más precarizada, permitió el desarrollo del estallido social”, sostiene Gangas.
Agrega que frente a la Pandemia, el gobierno nunca privilegió el resguardo sanitario de la población, sino más bien se enfocó en que las medidas de restricción no afectará el precario sistema económico, todo ello condujo a estrategias erradas en el tratamiento de las cuarentenas y las consecuencias en términos de contagiados y fallecidos”, expresó Rodrigo Gangas.