Por la libertad de pensamiento y el fin a la lógica mercantil en las universidades
Lo ocurrido con la Rectora Roxana Pey responde a la misma mirada que sustenta la Reforma a la Educación Superior que impulsa el gobierno: la lógica mercantil. Aquella donde se piensa que un/a rector/a de una universidad es el funcionario de confianza del gobierno de turno o de otro poder ajeno a la propia Universidad, al que se lo puede “despedir” si no se cuadra con lo que éste postula.
Lógica de mercado que sustenta el actual sistema, y que sigue imponiéndose como principio en la Reforma que, más allá de las buenas palabras, se asienta sobre una ecuación donde la educación es un bien de consumo, los estudiantes son clientes a los que se les entrega un bono para comprar una carrera o se les “apoya” para que se endeuden para hacerlo; y donde las universidades son los oferentes que deben competir para captar a estos clientes. Puedo sostener esto porque soy Rector –electo triestamentalmente- de una universidad no estatal, con vocación pública, independiente de intereses políticos y económicos, como –entiendo- deberían ser todas las universidades: espacios pluralistas, donde todas las ideas puedan expresarse con absoluta libertad; y donde el libre pensamiento, la investigación y la creación estén al servicio del desarrollo, la cultura y la democracia social y política. Vistos los últimos acontecimientos, me pregunto, ¿cuál es la autonomía que tienen los rectores de las universidades estatales de nuestro país?
Vaya toda mi solidaridad para con la Rectora Pey, que ha sido castigada por hacer precisamente lo que se espera de quien dirige una universidad pública y regional: entender el contexto donde se inserta, responder a las necesidades específicas de sus estudiantes y de la comunidad a la que se debe, más allá de los rankings y de los mecanismos de un sistema de selección –de estudiantes e instituciones- que sólo han profundizado la segregación y diferencias sociales en nuestro país.
(*) Pablo Venegas C., es Rector de la U. Academia de Humanismo Cristiano