Portero de edificio Condell 282_Comunidad UAHC lamenta el fallecimiento de Óscar Gutiérrez (1958 – 2020)
Muere lentamente quien no se deja ayudar, quien no conversa con quien no conoce o no encuentra gracia en los demás, decía Neruda. Bajo esa premisa, don Óscar Gutiérrez, el ubicuo portero de la casona de Condell 282, fallecido repentinamente de un ataque al corazón, le enseñó a los demás a vivir cada vez que ayudaba a las profesoras de Ciencias Sociales a cruzar la calle, al abordar a los extraños con la cordialidad de su apretón de manos matinal o la palmada en la espalda a la salida. También cuando encontraba el lugar exacto donde ocurría un cortocircuito o cuando identificaba por su canto a algún pájaro extraviado que pensaba que el jardín del edificio era una isla en el concreto.
Aunque llevaba cerca de dos años trabajando como funcionario de una empresa externa en la universidad, dejó una profunda marca en quienes lo extrañan hoy tras su sorpresiva partida. Hincha del Colo Colo, esposo, padre de dos hijos y abuelo de Cristóbal (5) y Trinidad (1); Gutiérrez fue un fan de la vida al aire libre y -cuando había tiempo- compartía con los demás los avances de la casa que construía en Papudo a la que deseaba retirarse algún día.
Su hijo Cristian recuerda que don Óscar cambió su militancia en el fútbol amateur de la comuna de Lo Prado por un club de viejos amigos a los que conservaba desde sus días como operario en una planta química y con quienes salía de pesca por los alrededores de Santiago. Lo describe con la misma claridad con que lo recuerda la comunidad de la UAHC: “Era un padre muy cariñoso y amable, si tuviera que recordar alguna lección relevante que nos haya dejado en vida, creo que es la importancia de ser siempre responsable, cumplir con el deber y nunca dejar de ser afectuoso y respetuoso”, señala.
Marilyn Ibarra, desde la Unidad de Titulados, al igual que muchos funcionarios, pasaba junto a don Óscar a diario y recibía esa aura de influencia con un simple saludo. “Siempre tuvo una gran disposición e iniciativa. Era muy amable y cordial, siempre te recibía con una sonrisa en los labios y, sinceramente y sin exagerar, bastaba saludarlo el lunes en la mañana y mi actitud automáticamente cambiaba ante el inicio de semana. Don Óscar era una persona maravillosa y es una pena gigante que ya no esté con nosotros”, dice. Reflexiona también sobre esa tristeza que, tras “el efecto Don Óscar”, se convierte en una especie de alegría por haber podido conocerlo.
Algo similar plantea Maritza Hevia, encargada de la Dirección de Administración. “Creo que fue una gran fortuna haber conocido a don Óscar. Él fue como un regalo para todos los que lo conocimos y apreciamos. Fue poco tiempo el que estuvo con nosotros, pero no se necesitaba mucho tiempo para reconocer en él a una persona muy especial. Generoso, muy humilde y con una gran devoción por su trabajo y para apoyar a los demás”, recuerda junto a su gran iniciativa para proponer mejoras y solidariza con sus compañeros de equipo. De entre ellos, Raúl Lillo, colega de Condell 343 y el edificio del CAPS, cuenta que solía compartir los turnos de fin de semana con don Óscar y que, en sus pláticas siempre admiró lo diligente, buena persona y dedicado a su familia que Gutiérrez fue en vida.
El Guardián de las Llaves, también mataba el tiempo tomando una escoba o la manguera para regar las plantas de interior que, en las semanas de vacaciones, quedaban a su suerte muchas veces. De paso, compartía algunos consejos de poda o sobre la frecuencia de riego o períodos de sol que necesitaban gomeros y suculentas. Ricmir Dávila, de la Dirección de Justicia Social e Inclusión de la Academia, también celebra las habilidades sociales de don Óscar: “Era un señor muy atento y siempre recibía a todos con una sonrisa y un apretón de manos. Te daba los buenos días y de igual forma se despedía con esa cordialidad. Me deja sin palabras esta pérdida”. Dávila y Gutiérrez compartieron también en una reciente actividad de capacitación para funcionarios de la UAHC en la interacción con personas ciegas.
El rector Álvaro Ramis, también despidió a Gutiérrez señalando su calidad humana y la triste muerte que ocurre en un momento complejo para todos. “Su sensible partida en este contexto de emergencia sanitaria que vivimos, nos deja sin posibilidades de acompañar a su familia en su despedida. A la distancia recordamos su aporte a nuestra institución, su calidad humana y compromiso; y enviamos su familia, amigos/as y compañeros/as de trabajo nuestro abrazo y energía en estos tan difíciles momentos”, expresó.
Puedes leer acá el comunicado en que Rectoría informa el sensible fallecimiento de Oscar Gutiérrez