Postulaciones hasta el 10 de abril posgrados sobre Arte Popular Latinoamericano acentúan rol de la gestión cultural para el cambio social
Nota publicada en El Mostrador
Los/as profesionales de áreas ligadas a la gestión cultural pueden encontrar en el Magíster en Arte Popular Latinoamericano (MAPLA) la oportunidad de perfeccionar y acreditar su experiencia y trayectoria como parte de este programa de posgrado de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano. En modalidad semipresencial y respaldado por un proyecto académico reconocido, sus estudiantes pueden actualizar conocimientos adquiridos en el terreno de la producción artística así como establecer una red de contactos con otros profesionales dentro y fuera del país, explica la docente Claudia Cattaneo.
La académica a cargo del magíster expone las herramientas teóricas y prácticas que entrega esta malla curricular y analiza el rol social de la manifestación artística: “Este programa permite realizar cursos y laboratorios prácticos para experimentar en torno a las performatividades, la expresión corporal, las sonoridades y las narrativas audiovisuales. Estos avances se combinan en un laboratorio final donde se lleva a cabo un ejercicio interdisciplinar”, explica la doctora en Artes con Mención en Estudios y Prácticas Teatrales de la Universidad Católica de Chile.
Para acceder el título, las y los estudiantes pueden desarrollar una investigación teórica que derive en una tesis o una investigación práctica que conduzca a la producción de una creación artística.
Exigencia académica y componente social
Tras la pandemia el desarrollo de los cursos en modalidad online amplió su acceso a personas que residen fuera de Santiago o con agendas más estrechas para posibilitar un equilibrio entre la vida familiar, profesional y los estudios. Este cambio, según la docente, apunta a también a enfrentar la centralización que afecta a las artes y la cultura en nuestro país.
Estas sesiones a distancia se complementan con actividades presenciales calendarizadas con anticipación en el primer y en el segundo semestre, las que permiten a las y los estudiantes interactuar directamente con sus compañeros/as y docentes y poner a prueba lo discutido en las clases virtuales.
Esta interacción simultánea rompe las barreras geográficas y abre la puerta a establecer vínculos que pueden ser relevantes a futuro, opina la profesora. “Este programa busca generar redes de contacto internacionales con estudiantes e instituciones de otros países. Por ejemplo, estamos cerrando un convenio con un magíster de la Universidad de Loja en Ecuador, lo que abre la posibilidad de que en el futuro nuestros alumnos y alumnas puedan realizar estudios de intercambio en esa y otras instituciones con las que estamos estableciendo lazos”, señala.
El estudiante del magíster David De Luca Ferrini releva las principales características que ofrece el programa. “Casi todos los profesores del Mapa son doctores, lo que hace que el nivel de exigencia sea mayor. La modalidad semi presencial, con cuatro clases a la semana, resulta muy útil para quienes debemos combinar los cursos con un trabajo durante el día”, explica el licenciado en Medios Audiovisuales con Especialidad En Sonido, quien basado en su experiencia como sonidista en producciones audiovisuales decidió realizar una investigación para la maestría basada en el trabajo del podcast documental.
Dentro de las principales áreas de interés que concentran la atención de las y los estudiantes destacan trabajos en torno a la relación el arte y su financiamiento estatal en la región, detalla la profesora Cattaneo: “Muchos estudiantes están haciendo investigación sobre las políticas públicas que se aplican a la cultura y al arte en nuestro país. También les interesa poner sobre la mesa la discusión de expresiones populares, de género y de los pueblos originarios que han sido relegadas por las hegemonías o normatividades académicas”.
Consultada sobre el componente social del magíster, la docente reflexiona en torno a una opinión del dramaturgo alemán Bertolt Brecht, quien planteó que el arte no es un espejo para reflejar la realidad, sino un martillo que permite darle forma.
“Para mí el arte debe ser un agente de cambio. Es el espacio que ofrece una mirada de las realidades para generar una crítica constructiva y comenzar a producir propuestas de cambio que surgen desde lo que describo como pequeños granos de arena. Para mí el arte nunca debe estar separado de lo social y creo que el programa refleja esta mirada, que se cruza con los objetivos de la Universidad y su Facultad de Artes”, sostiene.