Profesionales de la carrera de Trabajo Social plantean estrategias de acción comunitaria contra la desigualdad
Gabriel Muñoz es un Trabajador Social egresado de la UAHC que ejerce en la Escuela Juan de Dios Aldea, de la comuna de La Pintana. El colegio que tiene una estrecha relación con el centro de praxis de El Castillo, está próximo a suscribir un convenio con la UAHC que permitirá prácticas de distintas carreras de la universidad. Muñoz, desde esa experiencia cuenta que el aporte del profesional de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano en el sector, se caracteriza por su compromiso. En particular, el trabajador social es parte del equipo de convivencia de la escuela que es parte relevante de la red de trabajo territorial “Amo mi castillo”, el cual fortalece el vínculo de la UAHC y la comunidad.
En palabras de Muñoz, es necesario que la defensa y promoción de los derechos de niñas, niños y adolescentes dejen de ser sólo intenciones a nivel país. “Por ejemplo, hay que dar una mirada sistémica a lo que es la escuela hoy como institución y tender a una educación pública y transformadora. Al menos yo he podido constatar el relevante el impacto que tiene el trabajo social que se forma en la Academia y que se aplica en una escuela pública donde puedes dialogar con distintos fenómenos como los que ha traído consigo la pandemia”, señala sobre cómo este período ha dejado de manifiesto aún más profundas diferencias sociales. El trabajador social se sorprende de lo habitual que puede ser la dificultad para que un estudiante de sectores vulnerables pueda conectarse a una clase online o la imposibilidad de que sus padres puedan guardar una cuarentena por las exigencias de su precario trabajo.
Al respecto, explica que su trabajo territorial incluye investigación cuantitativa, análisis de datos para elaborar estrategias de intervención escolar y social ante fenómenos que se ven agudizados respecto de otros sectores, pero que cuentan con sus propias marcas locales. Cita, sólo como un ejemplo, el hecho de que en El Castillo, una zona con una densidad poblacional de casi 31 mil habitantes por kilómetro cuadrado, el último tiempo se levantaron cerca de 30 ollas comunes locales para paliar la crisis económica derivada de la pandemia.
Un pequeño campus
Hay un factor histórico de participación comunitaria en la zona y es por eso que el centro de praxis comunitaria de la UAHC es tan valorado, explica el egresado. Describe experiencias y conmemoraciones propias del barrio como “El día de la paz y la no violencia” que se celebra en septiembre, las fiestas de navidad que se siguen haciendo pese a que cada vez se pierde más ese hito en las poblaciones de Chile. “Son cosas que regeneran el tejido social y que, desde el centro de praxis de El Castillo, se posicionan como un pequeño campus que es reconocido en su entorno por la calidad de sus profesionales y el compromiso que se vive a diario desde aquí”, dice sobre la participación de practicantes de la Escuela de Psicología o la Facultad de Pedagogía.
“No somos los únicos, también vienen profesionales de otras organizaciones externas, pero la diferencia es que muchos vienen de visita y se van tal como llegaron. En cambio la UAHC tiene un coordinador territorial muy integrado al proyecto, como Edward Toro, lo que habla de un compromiso que se extiende a todas las demás escuelas y en particular las nuevas carreras que proyecta la Academia“, dice Gabriel. “En general carreras y conocimientos sobre sustentabilidad que pueden servir para intervenir e incorporar de manera interesante a este trabajo territorial desde la posibilidad de dialogar con fenómenos que son muy diferentes de los que se pueden conocer en una sala de clases”, agrega.
“El diálogo entre las problemáticas sociales y la teoría son útiles, pero es diferente cuando debes hacer frente a asuntos como el hacinamiento, la desigualdad social más real y palpable o las diversas violencias donde un centro de praxis comunitaria como el de El Castillo es posibilidad de reunir ambos aspectos del conocimiento junto a un acento en la sustentabilidad y la solidaridad“, finaliza el trabajador social.
Sobre los próximos proyectos territoriales de la UAHC en el corazón de El Castillo, la directora DIVIM, Karolyn Funke, explica que se proyecta la firma de un convenio marco de colaboración y uno específico de prácticas que permitirá que un flujo importante de estudiantes de distintas carreras, puedan desarrollar un trabajo articulado e interdisciplinario en la zona. “Este tipo de iniciativas dan cuenta de la importancia de los procesos prácticos, y de la vinculación que tanto las Escuelas, como el nivel central mantienen con sus titulados y como esta relación puede promover mejoramientos y espacios propicios para las futuras generaciones que están actualmente en procesos de formación”, cuenta Funke.