Profesor de Psicología UAHC publica libro que examina el fenómeno de la guerra desde una perspectiva transdisciplinar
El libro “De la corte a las trincheras. Elías y Freud frente a la gran Guerra” del sociólogo y y Dr. en Psicoanálisis Nelson Beyer Cárdenas inaugura la colección Figura Humana de Editorial Qual Quelle con una propuesta que articula un diálogo entre el psicoanálisis y otras ciencias sociales. En él se enfatizan las relaciones entre lo histórico y lo psicológico, lo antropológico y lo político para comprender desde distintos puntos de vista el fenómeno de la guerra. El título del estudio, explica el académico de la Escuela de Psicología de la UAHC, hace referencia a las tesis del sociólogo alemán Norbert Elias.
“Una de las ideas centrales de Elias es el proceso de la civilización occidental, que afirma que las sociedades europeas, especialmente a partir del Siglo XVII (aunque sus análisis abordan también siglos anteriores) iniciaron un proceso gradual de pacificación social gracias a la construcción progresiva de los aparatos del Estado”. Este proceso, indica, habría ido de la mano con una transformación en la estructura de la personalidad donde los individuos debieron ir regulando su vida afectiva y responder a nuevas -y cada vez más intensas- exigencias de autocontrol pulsional.
Esto se habría generado en lo que Elias llama sociedad cortesana, donde la corte sería la matriz a partir de la cual se configura esta nueva economía afectiva paralelamente a la nueva institucionalidad política. “Mi objetivo fue plantear: si las sociedades occidentales están marcadas por un proceso gradual de pacificación, hay que intentar comprender por qué en el Siglo XX estallan conflictos con los niveles de violencia inéditos de la Primera y la Segunda Guerra Mundial. Finalmente me centré en la Primera Guerra Mundial y me pregunté: ¿si la primera matriz de transformación social relevante para Elias fue la corte, uno podría considerar a las trincheras -símbolo de un tipo de violencia que sólo vio la luz en el Siglo XX- como una nueva matriz de transformación afectiva? Lo que intenté fue discutir la tesis de Elias a la luz de esas explosiones hiperbólicas de violencia”.
Como hilo conductor del texto se establece una relación entre las ideas de Elias y las de Freud. “Él fue contemporáneo de la Primera Guerra Mundial y muchos psicoanalistas que se formaron con él estuvieron en el campo de batalla, lo que generó una producción relevante de teoría psicoanalítica en torno a la Gran Guerra. A su vez Elias, que también participó en la Primera Guerra Mundial, hace uso del psicoanálisis para entender el proceso de pacificación y recurre al concepto freudiano del superyó para describir las mutaciones afectivas involucradas en él. Sin embargo, Lo que Freud llama el superyó, y que para Elias tiene un rol central en el proceso de pacificación “interior”, no es equiparable a un mero mecanismo de autocontrol, tal como lo entiende Elias. Esta divergencia me pareció capital para comprender el modo en que ambos abordan el problema de la violencia en general, y de la guerra en particular. El contraste entre ambos autores se estructura en torno a ese concepto”.
Otro de los focos del estudio es el concepto de brutalización, del historiador George L. Mosse, que el autor ocupa, junto a las contribuciones psicoanalíticas de Freud, para advertir la fragilidad de los consensos civilizatorios. “Mi objetivo era mostrar que cualquier sociedad puede brutalizarse con mucha facilidad, esta es una posibilidad siempre abierta y que se puede materializar con rapidez. La brutalidad siempre está como una sombra y cualquier sociedad, por muy pacífica que parezca, puede caer en ella”.
“Lo que más podría interesar al público general, me parece, es que frente a lo que ha ocurrido recientemente en Ucrania y Palestina, debe llamarnos la atención el hecho de que la guerra es un fenómeno irreductible de la vida en sociedad, lo que no significa, en ningún caso, justificar sus manifestaciones históricas concretas, en especial si tienen una orientación abiertamente exterminadora como la que padecen actualmente los palestinos y palestinas en Gaza.
“Lo que quise recalcar a propósito de la Primera Guerra Mundial es que en ese momento nadie esperaba algo con esos niveles de violencia y con la velocidad que se expandió. Ese conflicto apareció en medio de un consenso que daba a la paz como un hecho más o menos seguro. Hay algo de la situación previa a su estallido que tiene ciertas características similares respecto a lo que vemos hoy, en términos de la confianza en los medios institucionales, jurídicos y culturales que permitirían asegurar la paz y me parece que el Siglo XXI puede ofrecer nuevas experiencias de violencia quizá tan dramáticas como las que vimos en el Siglo XX”, concluye.