Regularización versus derechos en materia migrante

Regularización versus derechos en materia migrante

(*) Por Natalia Caniguan

Columna publicada en El Mostrador

El anuncio del Presidente Piñera tendiente a la regularización de la situación migratoria de los extranjeros que residen en el país, es una medida que busca generar un quiebre en el cómo se ha tratado el tema hasta hoy y comenzar su gestión desde foja cero en torno a este fenómeno que se ha acrecentado y visibilizado el último tiempo en el país. Es un llamado a poner orden ante una situación que se nos presenta como sin control y resguardo.

Si bien estos anuncios efectivamente ayudarán a regularizar situaciones de quienes se han visto afectados por no poder contar con sus trámites migratorios, es una medida que no asume el trasfondo de esta temática que tiene relación con la necesidad del Estado de Chile de contar con una política migratoria sustentada en el enfoque de derechos humanos, política que nos debe llevar a pensar más bien sobre cómo nuestro país se prepara – con todas sus instituciones y servicios- para dar respuesta a los migrantes que escogen Chile como lugar de residencia y como construimos esta sociedad diversa.

Es necesario por tanto pasar más allá de la regulación –necesaria pero que no debe ser discriminatoria y aquí se debe poner atención-, para avanzar en cómo nuestras instituciones son capaces de responder a una temática global, con los estándares requeridos para ello y que tienden hacia la inclusión de la población y no las barreras administrativas de ingreso.

La diversidad que nos implica la migración debe ser un input para la conformación de nuestra sociedad. La inclusión de miradas, saberes, trayectorias de vida nos ayudan a construir una sociedad moderna, globalizada y en diálogo con los procesos mundiales. Como tales estamos dados a dar el debate en dicho sentido y en comprender que así como Chile hoy es receptor de migrantes, también somos un país generador de migrantes y como tales debemos avanzar en entender que finalmente estamos velando por un derecho.

Nuestra Universidad se ha constituido desde la diferencia y eso es un elemento que nos distingue y aporta elementos posibles de trabajar día a día en las aulas y cada uno de los espacios que tenemos. El 20% de los estudiantes mapuche que ingresan  poseen saberes que dialogan con el currículum académico, sus miradas sobre el territorio, nutren nuestra forma de entender la región en que nos emplazamos y así, las culturas diversas de toda índole suman en un resultado mejor para innovar, crear, crecer o interpretar adecuadamente a la ciudadanía y sus necesidades. Esta acogida a la diversidad es la que debemos propender como sociedad en general, donde la diversidad no nos atemorice, sino que nos aporte en cada espacio de desarrollo.

(*) Directora del Instituto de Estudios Indígenas (IEI) de la Universidad de la Frontera. Antropóloga social UAHC.