Rememoraron el libro “Al mundo le aze falta un orgasmo maz”
La Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación invitó al poeta Mauricio Torres Paredes para habar de la obra, dos décadas después de su primera edición.
“Habían transcurrido siete años del retorno a la democracia, donde la dictadura se movía en todo lugar. Una democracia que decía que las posibilidades se iban a ir dando, pero que no fueron. Y así pasaron 20 años…”, recordó Mauricio Torres Paredes sobre el contexto en el que escribió “Al mundo le aze falta un orgasmo maz”.
Una obra que fue considerada rupturista para su década y que la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano quiso rememorar 20 años después de su primera edición.
“El autor entrega una apertura al mundo travesti, un hito para ese tiempo”, comentó Magda Sepúlveda, profesora de la Pontificia Universidad Católica.
Con un lenguaje que rompió con los cánones tradicionales de la escritura de la época, donde el escritor hizo hincapié en temas como la contaminación de los espacios donde debe convivir la población de menores recursos. Lo que buscó Torres Paredes en estos textos fue “expandir, tratar de sentir y que el otro sienta. Plantear un grito de desahogo, una molestia”. Dos décadas más tarde, según Torres, “no se ven mayores avances, pero hay que seguir empeñándose”.
A pulso
“Hacer un libro en esa época tenía complejidad… cómo explicar a los ‘cabros chicos’ del Whatsapp que antes se escribían cartas. Los poemas son un acto de memoria”, expresó el docente de la Academia, Gonzalo Rojas Canouet.
Poemas que fueron escritos por Torres Paredes en los ratos de ocio mientras atendía una botillería en la comuna de La Granja. Pensamientos que luego pudieron ser plasmados en un libro gracias al apoyo de sus amigos más cercanos, que lo ayudaron en los diversos procesos de confección.
“Por fuera se veía como la revista Vea o Paula, pero adentro estaba el golpe. Era jugar con la clandestinidad de la época… Es un libro que está lleno de faltas de ortografía, es una edición no lograda. Fue todo parte de un goce, era todo experimental”, explicó.
Ahora, 20 años después, el autor trabaja un libro que llevará por título “Ya desaparecidamente”, y en el que buscará mantener sus raíces y provocar múltiples reacciones entre los lectores. “Ahora es lo mismo, pero con un tramo pasado. Ahora con el ejercicio de la corrección, que no sea tan subconsciente. Tratando de generar algo, que creo que en este tiempo es más complejo. Por eso las estrategias tienen que ser más pensadas”, finalizó.