Respecto a la exclusión del Trabajo Social en el proyecto de Reforma del Código Sanitario
(*) Por Soledad Rojas Cárdenas y Angélica France Aránguiz.
Como carrera de Trabajo Social de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, manifestamos nuestra preocupación respecto a la información anunciada, desde el Ministerio de Salud el pasado abril, respecto de la exclusión del Trabajo Social del artículo 112 del Código Sanitario, en donde se decide no incorporar a nuestra disciplina, lo que se debería a no contar con una perspectiva clínica y farmacológica. Esta situación tensiona e impacta el significativo proceso de diálogo previo entre diversos actores, en particular el sostenido -por más de 12 años- por la Comisión Nacional de Salud del Colegio Trabajadores/as Sociales y el Ministerio de Salud.
La primera escuela de Trabajo Social de Chile y Latinoamérica fue impulsada por el médico salubrista Dr. Alejandro del Río, en 1925 y, justamente, uno de sus sellos estuvo destinado a atender las necesidades médico-sociales de la población, en el contexto y efectos de la cuestión social chilena. De esta manera, ha sido parte de nuestra trayectoria y quehacer profesional la intervención, reflexión, liderazgo y especialización en salud, entendiéndola como un derecho humano fundamental.
El Trabajo Social ha contribuido de diversas maneras tanto en la salud física como mental desde la prevención, promoción y rehabilitación de las personas. Entre otros aspectos, ha contribuido en diagnósticos socio- terapéutico, el abordaje socioeducativo y en el acompañamiento al enfermo y su cuidador/a. Asimismo, en el acceso a la salud, pues, esta se desarrolla en un sistema que por muchos años se ha privatizado dejando fuera a la población más vulnerable.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud como “el estado de completo bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Por otra parte, la actual Reforma Sanitaria establece el modelo biopsicosocial con enfoque familiar, comunitario y medio ambiental como marco ético político para el análisis e intervención multidimensional de los problemas de salud.
Desde aquí, nos parece reduccionista entender este fenómeno social como algo meramente clínico y farmacológico. Evidenciando que, la visión que plantea el Ministerio de Salud sobre la pertenencia de las profesiones Código Sanitario responde a una lógica de indicadores “medibles y cuantificables” desconociendo por completo nuestra trayectoria e impacto disciplinar en el acompañamiento de grupos vulnerados en nuestra sociedad.
Marginar a las y los profesionales en ejercicio y a las nuevas generaciones, implica desconocer el rol fundamental que cumplimos en el trabajo inter y transdiciplinario de salud y la posibilidad de complejizar y robustecer el análisis de las determinantes sociales en el diagnóstico, tratamiento, control y modificación de la salud de las personas, las familias y las comunidades en las que habitan.
En estos días se han generado múltiples declaraciones que fundamentan la relevancia que el trabajo social sea incluido en el Código sanitario, contando con un apoyo sustantivo tanto a nivel nacional como internacional. Por ello, invitamos a los diversos actores profesionales, gremiales y académicos a perseverar en el diálogo con las autoridades del Ministerio de Salud para incidir y revocar la decisión que nos excluye.
(*) Jefa de la Carrera de Trabajo Social UAHC. Directora de la Escuela de Sociología y Trabajo Social UAHC.