Ricardo Lagos y su <em>déja vù</em>

Ricardo Lagos y su déja vù

Por José Orellana(*)

Tras ver, reír y criticar algunas de las presentaciones que realizaron los diferentes humoristas en el festival de Viña del Mar, lo que permiten las mismas, entre varias otras consideraciones, es refrendar la necesidad de consolidar una Nueva Moral Pública y Republicana en un próximo programa de gobierno de la Nueva Mayoría. Las elecciones locales de octubre de este año ofrecen una primera aproximación al respecto.

Nuestros humoristas con más o menos talento, nos recordaron una vez más, sea por la profundidad en el contenido de sus rutinas, su liviandad o la estupidez de las mismas, que el sistema político indefectiblemente debe ser ajustado a las nuevas realidades imperantes, las cuales en un proceso gradual, deben ceder para colocar a una ciudadanía/pueblo/sociedad civil más exigente, no sólo con la autoridad imperante, sino que como actitud de vida cuando de deberes y derechos se refiere.

Lo anterior podría ser posible, entre otras consideraciones, cuando se supere el asombro de cómo a chilenas y chilenos les conculcan en sus derechos, sea por las colusiones de las grandes empresas, sea por una institucionalidad que castra las posibilidades de profundizar la democracia (la centralización política, económica y administrativa, por ejemplo), o bien por el detrimento sistemático al medio ambiente producto de la implementación de proyectos de inversión, entre otras consideraciones.

En este marco, cabe preguntarse si acaso Ricardo Lagos podría plantearse en los mismos términos que se planteó en su primer mandato ¿Podría platearse a partir de la aplicación de sistemas de concesiones, transporte público (Transantiago) o solución de problemas de corrupción a lo MOP – GATE, o bien con un baño en la playa de Chañaral cuando de contaminación se refiere, entre otras cuestionables acciones, miradas hoy en retrospectiva?

Dado el nuevo escenario, la Nueva Mayoría, en términos programáticos no podría sostener una candidatura que no promueva el antecedente que ya instaló con su primer programa; no sólo por la acidez o contundencia argumentativa de nuestros humoristas, sino porque existe un contexto sociopolítico y socioeconómico diferente que no se lo permitirá. Sin perjuicio, que aún no existe la movilización social lineal que debiese existir ante las evidencias de corrupción, cuestión que transforman en insípidas las modificaciones importantes al sistema político sea por mayores grados de transparencia, probidad, democratización, entre otras, hay un cuerpo social que gradualmente va exigiendo una Nueva Moral en los diferentes escenarios.

Bajo esta lógica, Ricardo Lagos, debería revisitar, incluso, algunas de las medidas que fueron leídas como exitosas ayer; esto, porque bajo un nuevo marco referencial deben ser ajustadas, desmontadas, o bien reformuladas. También debería ser funcional a otras medidas que vengan a profundizar y consolidar el nuevo pacto social que una Geografía de la Multitud consolidó con creces desde 2011 en adelante y que hoy pretende sellarse con un arreglo constitucional en marcha.

* Académico Escuela de Ciencia Política y RR. II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Doctor © en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH.