Secretario Ejecutivo Adjunto de CLACSO cierra I Congreso Internacional de Educación

Secretario Ejecutivo Adjunto de CLACSO cierra I Congreso Internacional de Educación

Con la cátedra magistral “Pedagogía de la igualdad”, dictada por Pablo Gentili, coordinador del Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas y Secretario Ejecutivo Adjunto del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), finalizó el I Congreso Internacional de Educación.

Gentili, Doctor en Educación (UBA) y profesor e investigador del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad del Estado de Río de Janeiro, habló sobre las desigualdades, las grandes brechas sociales y los desafíos del sistema educacional en América Latina.

Indicó que la educación pública, específicamente la escuela,  ha evidenciado un proceso de expansión en la región, beneficiando principalmente a la población más pobre y que estaba fuera del sistema.

En dicho proceso, provocado en parte por la globalización, se evidencia además una feminización. Pero, advierte Gentilli, se ha dado en un contexto de profunda segmentación “se expande la escolaridad, pero con una gran segmentación, y es ahí precisamente donde se nutren las mayores desigualdades. Siendo el gran desafío, la inclusión del sistema”.

Pablo Gentilli además indicó que paradojalmente las desigualdades se evidencian con mayor fuerza en la etapa universitaria y por consiguiente en la vida laboral. Indica que incluso en esta etapa hay un retroceso, un efecto regresivo y las diferencias de género, condición social y raza,  aumentan.

Según señaló, las cifras en la región arrojan que un 76% de los hombres y un 41% de las mujeres con estudios primarios completos, logran ser empleados. Cifra que se reduce considerablemente cuándo se es mujer de raza negra, solo un 30% logra obtener un empleo. Las mismas diferencias se evidencian en las remuneraciones. De igual forma la brecha se mantiene y agudiza aún teniendo estudios universitarios.

“En América Latina en vez de cambiar, en la medida que se hicieron más democráticos los sistemas educativos, se hizo mucho más desigual y discriminatorio. Las mujeres son el sector de la sociedad que más aumentó sus oportunidades educativas y no tuvo ningún efecto en el mercado del trabajo. Las diferencias salariales se mantuvieron intactas, y en algunos casos se intensificaron en los mismos niveles de educación y mismos tipos de profesión”, sostuvo.

Para el experto es curioso que en nuestra sociedad tengamos una gran variedad de propuestas y de alternativas para transformar la educación, pero casi ninguna para transformar el mercado del trabajo.  “Ese debería ser un objetivo que nos debiéramos poner, de lo contrario,  éste será un campo minado en donde estallaran las expectativas, sueños  y horizontes de los más pobres, deslegitimando aún más el sistema educativo”.