Sergio Grez, historiador_“La Constitución garantiza el neoliberalismo más salvaje que hay en la tierra”

Sergio Grez, historiador_“La Constitución garantiza el neoliberalismo más salvaje que hay en la tierra”



El reconocido historiador, en la inauguración del Diplomado en Formación Ciudadana de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Academia, develó los problemas que tuvo el Proceso Constituyente impulsado por el Gobierno y al que calificó de “muerto”.

 

No hay duda que Chile necesita y merece una Nueva Constitución que sea acorde a los nuevos tiempos. Sin embargo, la posibilidad de tener por primera vez una carta fundamental democrática se ve cada vez más lejos. Este es el sombrío panorama que analizó el historiador Sergio Grez en el marco de la inauguración del Diplomado en Formación Ciudadana de la Escuela de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano.

La conferencia del doctor en Historia de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales de París, se denominó “La lucha por la Asamblea Constituyente en Chile. Panorama histórico y actualidad”.

Grez, luego de un repaso por diversos procesos de la historia de Chile, explicó paso a paso por qué considera que el Proceso Constituyente impulsado por la Presidenta Michelle Bachelet está “muerto”. Es más, aseguró que la Mandataria nunca tuvo la intención de considerar en la práctica la Asamblea Constituyente, que contiene la voluntad de la ciudadanía como Poder Constituyente.

Aunque en el discurso presidencial del 13 de octubre de 2015, Bachelet anunció la idea de avanzar hacia una nueva carta fundamental, el historiador identifica reparos en el momento escogido que, en sus palabras, sostiene “una acción encubierta”.

“La memoria es frágil y selectiva ¿Alguien se acuerda de esa noche, del contexto de esa noche? Yo sí me acuerdo, fue dos horas antes de un partido de fútbol de altísima convocatoria: Chile-Brasil. Estaba todo el país en los asados, con la ‘chela’, el ceacheí y la camiseta roja. Es decir, en un contexto emocional y mental en que el país no estaba para complejos itinerarios constituyentes”, manifestó.

Una acción a la que Grez suma un aspecto relevante del discurso de la mandataria y que es el inicio de una debacle del proceso modernizador, dice. “Esto es al señalar que el proyecto de Nueva Constitución recogerá lo mejor de la tradición constitucional chilena”, explica el académico.

“¿Qué es lo mejor de la tradición constitucional chilena? No existe nada bueno en la tradición constitucional chilena y la forma de gestar las constituciones. Todas las constituciones han sido fruto de las deliberaciones de una cantidad ínfima de individuos con el aporte omnipresente de la fuerza militar, especialmente en los tres procesos constituyentes más importantes de nuestra historia”, aclara.

La operación política

El Proceso Constituyente tuvo una serie de hitos tendientes a ayudar a la formulación del proyecto de una Nueva Reforma. Estos eran Educación Cívica-Ciudadana; el Consejo de Observadores Ciudadanos; y los Cabildos Abiertos, los que para Grez estuvieron lejos de cumplir sus objetivos.

Señala que dicha Educación Cívica se limitó a una pequeña propaganda televisiva y la entrega de volantes informativos, denominado “Constitucionario”. Una acción comunicativa que volvió a situarse en un contexto poco adecuado. “En los meses estivales, en el concierto de los Rolling Stones o en el Festival Lollapalooza, se distribuyeron unos volantitos. ¿En qué contextos se entregan esos volantes?: uno lúdico. El mismo contexto del 13 de octubre de 2015. ¿Ustedes creen que la gente que va a ver a los Rolling Stones, a Mick Jagger ni más ni menos, va a estar preocupada de ese volante o lo va a guardar?. Probablemente lo va a usar para envolver el ‘sanguche de potito’ que se compró a la entrada al estadio”, agrega.

El concepto de democracia en los volantes se reducía a que los ciudadanos tienen la posibilidad de elegir a sus representantes, lo que deja en claro que se buscaba “reafirmar una democracia restringida, tutelada y de baja intensidad”, explica el profesor.

“¿Para qué vamos a hacer procesos constituyentes si es eso es lo que tenemos? Si ya elegimos a casi todas nuestras autoridades… ese es el pobre concepto de democracia que tenemos, acuñado por el Consejo de Observadores Ciudadanos y difundido por el Gobierno. O sea, no hubo un proceso de Educación Cívica de la ciudadanía, que es muy necesario en un país en el cual hasta el ramo de Educación Cívica fue suprimido”, dice Grez para preguntarse luego quién acabó con este curso en las escuelas. “¿Pinochet?,  No, la Concertación en el gobierno de Frei Ruiz-Tagle”, recuerda.

Tras ello, este Consejo de poco sirvió cuando al Gobierno no le gustó que algunos miembros se salieran de la línea que ellos consideraban correcta, agrega el profesor Grez. “No estoy cuestionando ni la validez moral, ética ni la probidad de los integrantes. Simplemente que, en primer lugar, no son el fruto de una decisión soberana sino que una vez más viene desde la cúspide del poder. Y en segundo lugar, dependía absolutamente de la voluntad del Poder Ejecutivo. Tanto es así, que hubo una serie de fricciones entre La Moneda y los observadores ciudadanos porque algunos de ellos trataron de hacer bien su rol”, expresó el historiador.

Por último, Sergio Grez se refiere a los Cabildos, donde cree que el Gobierno puso su máxima voluntad, pero cuyo carácter no vinculante restó todo mérito a la actividad. Además, menos de 300 mil personas participaron en ellos. “No vinculante” significa que lo que se acuerde en esos cabildos no obliga a nada ni a nadie. Es decir, el Gobierno no está obligado a tomar en cuenta lo que usted diga o lo que se especifica en el acta de esos cabildos”, lamentó.

Quórum supra-mayoritario

Todas estas acciones tenían el fin de aportar al proyecto de Constitución para ser presentado al Congreso Nacional. Sin embargo, el historiador considera que el texto nunca superará el Parlamento debido al alto quórum que se autoimpuso la Presidenta Bachelet.

“Un proyecto de Constitución que será enviado a éste parlamento binominal para que éste, con un quórum supra-mayoritario de 2/3 de sus representantes, habilite al próximo parlamento, que asumirá el 11 de marzo de 2018, el mismo día que Bachelet se vaya”, detalló.

Una aprobación que se anticipa improbable ya que necesita el visto bueno de 80 de los 120 diputados. Y la Nueva Mayoría sólo posee 67 representantes en el hemiciclo. Sumando a los independientes, sólo llegaría a 74 votos, reitera.

“La política no puede ser en base a puras ilusiones, la política es en base a realidades concretas, correlaciones de fuerzas precisas. Que alguien me diga cómo romperá esa correlación de fuerzas en los 15 meses que le quedan a este Gobierno”, añadió.

Las cuatro opciones eran Comisión bicameral de Diputados y Senadores; Convención Constituyente; Asamblea Constituyente; y Plebiscito Ciudadano. De las cuales, sólo las últimas dos son democráticas, sin embargo, la mandataria este año determinó optar por la Convención Constituyente.

“La Presidenta no consideraba la Asamblea Constituyente, la estaba ahogando, la estaba matando. El proceso constituyente oficial estaba destinado a morir, lo que no quiere decir que no se pueda llevar a cabo una Asamblea Constituyente. Habrá que buscar otros caminos porque la casta política no tiene ninguna intención de soltar el poder”, indica Grez.

Considera que la ciudadanía no debe perder de vista la necesidad de cambiar la Constitución de 1890 ya que es “espuria, fraudulenta e ilegítima desde su génesis”. Y que no nos debemos conformar con reformas constitucionales, ya que posee más de 200 reformas que no han cambiado esencia de la carta fundamental.

“El carácter subsidiario del Estado es un traje a la medida del neoliberalismo, donde no se resguardan los derechos sociales y sólo se garantiza la libertad del mercado. La Constitución contempla la libertad de enseñanza, lo que suena bonito. Pero eso es la mejor educación que se pueda dar de acuerdo a la capacidad económica que se tenga. Nadie le impide ir a la Clínica Alemana si tiene dinero, pero no garantiza la salud. La Constitución garantiza el neoliberalismo más salvaje que hay en la tierra”, finalizó.