También en época de pandemia_Profesionales de la UAHC colaboran con derechos de niños, niñas y adolescentes en San Ramón
Macarena Fritis, trabajadora social de la Oficina de Protección de Derechos (OPD) de San Ramón y coordinadora de proyectos en el territorio dice que, al igual que muchos otros servicios, se encuentran trabajando cuesta arriba por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, el trabajo municipal, como repartición de gobierno y asistencia en emergencias, no puede estar de manos atadas.
La oficina que trabaja protegiendo a niños, niñas y adolescentes vulnerables como primeras fuentes de apoyo, realiza labores de empoderamiento y protección de estos derechos para prevenir, detener y erradicar situaciones de abuso y maltrato. “Tratamos de generar la alarma en escuelas e instituciones que nos derivan estos casos para hacer una acción de seguimiento en estos protocolos de protección de derechos. Así, también evitamos que se puedan cronificar situaciones que las familias, a veces, no consideran una vulneración de derechos y que comprenden como situaciones regulares”, explica la funcionaria municipal de San Ramón.
La cuarentena y el coronavirus, dice, tienen mayor impacto en estos grupos y por eso, es fundamental que la asistencia y el apoyo no se detengan en este período. “Los municipios no pueden dejar de trabajar durante las catástrofes y por eso no hemos dejado de atender y hemos implementado sistemas de turno y de asistencia remota para los casos más urgentes, siempre manteniendo las medidas sanitarias relevantes porque la intervención social cuenta con una parte administrativa muy importante y otra de evaluación presencial que es clave. Así, los Tribunales de Familia, que atienden solo las urgencias son parte de una cadena que no debe dejar de funcionar”, explica Fritis quien cuenta con postítulos en familia y justicia social.
Contingencia y protección de derechos
Por eso, en estos días, su equipo de trabajo en terreno sigue acomodándose a la eventualidad con trabajo a distancia, atención de urgencias legales en materia de infancia y familia, y logrando grandes avances gracias a una histórica presencia en el territorio. En ese trabajo, dice, destacan los profesionales de las distintas escuelas de la UAHC que son parte de los proyectos de la OPD.
“Personalmente, he trabajado con sociólogos/as, psicólogos/as y trabajadores/as sociales de la Academia. También me he relacionado con antropólogos de quienes destaco, en general, su gran preparación y sentido del trabajo que realiza una organización como la nuestra; su interés en el aporte a lo que son las políticas públicas de desarrollo y otros distintos aspectos que los evidencian como jóvenes muy fortalecidos para el trabajo en terreno”, señala.
“Es muy interesante como ejecutan análisis y los aplican a los programas en que se insertan en diversas líneas. Como profesionales, siempre han sido considerados un gran aporte en el sentido de su visión y compromiso de ese sello humanista. Creo que es algo que no se ve en muchas universidades chilenas”, agrega.
Como ejemplo, sintetiza que en el trabajo de psicólogos/as y sociólogos/as, le impresiona su capacidad de integrarse al territorio y su versatilidad más allá del trabajo de oficina. “Es algo que notamos en la realización de diagnósticos sociales o implementando metodologías en los barrios, que son asuntos en los que no es llegar y meterse en un barrio de la comuna”, señala Fritis. Por lo general, uno asocia al sociólogo con un trabajo más analítico, documental, estadístico o de escritorio, pero se aprecia un enfoque transdiciplinario muy valioso e importante para trabajar con infancias vulnerables y comunidades de este tipo”, estima la trabajadora social de la Arcis.