Tercera jornada de “El derecho humano a ser migrantes”_Migrantes y sus descendientes analizaron el estado de la integración en Conversatorio de la UAHC y Museo de la Memoria

Tercera jornada de “El derecho humano a ser migrantes”_Migrantes y sus descendientes analizaron el estado de la integración en Conversatorio de la UAHC y Museo de la Memoria


La tercera jornada de la serie de conversatorios “El derecho humano a ser migrantes”, organizado por la Academia y el Museo de la Memoria y los DDHH, reunió a representantes de diversos colectivos extranjeros para reflexionar sobre estos desplazamientos desde el enfoque del propio migrante. Jean Claude Pierre-Paul, de la Plataforma de Organizaciones Haitianas, Andrea Castellón y Francisco Bazo, ambos integrantes del Movimiento Acción Migrante,  expusieron desde su biografía y visión de grupo qué mitologías persisten sobre su presencia en un país donde aún queda mucho trabajo por hacer en materia de integración.

El haitiano Jean Claude Pierre-Paul, coordinador de la Oficina de Migrantes de Quilicura expuso sin dobles lecturas la postura de un sector del país que ha sido permanentemente criminalizado y denigrado por su color de piel. Calificó la política migratoria del actual gobierno como una expulsión forzada que es el golpe de gracia de una precarización institucional hacia el migrante. Este tipo de prácticas en las que se entorpece a propósito la obtención de visas, empujan a muchos haitianos a vivir situaciones laborales, sociales y de salud muy difíciles en Chile que les dejan la salida como única alternativa, dijo. “La parte más nociva de ese discurso es que el moreno que llega al país es visto como una persona “vulnerable”. Esa imagen es algo que nos causa malestar porque antes de ser considerados personas se nos considera objetos sin derecho y no se tiene en consideración la dignidad humana”, señala.

Hacia la indolencia social

Como en semanas anteriores, recordó el triste sino de mujeres migrantes como Joan Florvile y Rebeca Pierre, ambas víctimas de la dificultad del diálogo entre culturas y una falta de encuentros que no es patrimonio únicamente del idioma. “Estas situaciones de tensión que se arrastran desde hace muchos años en la historia de Chile se han transformado en desinterés en indolencia por el otro. Cuando hechos como la muerte de Joan o Rebeca desaparecen de los titulares, los políticos que prometieron ayuda también bajan los brazos y desaparecen cuando notan que son temas que darán mucho trabajo. Me llama mucho la atención que este fenómeno de falta de conciencia e interés por los derechos de los migrantes  se toman con la misma lógica con que el Estado ha tratado a sus pueblos originarios, estudiantes y comunidad LGTBI”, reflexionó el funcionario municipal


El acento vivencial lo instaló la politóloga Andrea Castellón. Segunda generación de migrantes bolivianos en Chile quien se crió y educó en nuestro país desde los cinco años. Hoy, como parte del Movimiento Acción Migrante, se refirió a lo difícil que es crecer en un país donde nunca se ha dejado de sentir migrante. Narró episodios de su infancia escolar que persisten hoy, pero en los cuales el colectivo trabaja fuertemente y ve progresos. No suficientes, pero con un destino optimista, cree.

El último gran golpe, acusa, es la luz verde que dio la Corte Suprema a la expulsión de migrantes aunque sus hijos tengan nacionalidad chilena. “La política migratoria chilena está siguiendo rutas similares a las que se ven en EE.UU. donde Donald Trump expulsa a padres dejando a los hijos a su suerte o al cuidado de otras familias migrantes que cuentan con redes. Desgraciadamente, esas redes no se ven en todos los países. Todos sabemos lo que pasa en Chile con los niños que se ven separados de sus padres: el Sename es la única opción. Hay que parar esta vulneración pues hay un doble discurso que dice defender los DDHH de los niños, pero que, aparentemente, no incluye a los niños migrantes”, señala la cientista política.

Francisco Bazo coincide con esta mirada realista, a veces pesimista, pero también convencido de que el esfuerzo por el reconocimiento de los derechos del migrante es algo de lo que disfrutarán los hijos de quienes llegan en la actualidad al país. “¿Recuerdan la migración de peruanos a inicios de los dos mil en Chile?. Hoy esos extranjeros están más integrados al país y son casi invisibles, pero esto respecto a la nueva migración venezolana, colombiana, haitiana o dominicana. Con todo, la existencia de gettos sigue siendo una realidad y la ruta que siguieron los peruanos es la misma que están siguiendo los haitianos:  Los primeros que llegaron, subsistieron como vendedores ambulantes, luego pasaron a trabajar en las bencineras y otros servicios. ¿No les parece un ciclo conocido?”, pregunta el integrante del Movimiento Acción Migrante. Lamenta que en la base de esta historia se reiteren también las viejas mitologías contra el migrante pero ahora contra los afrodescendientes.

La vieja falacia migrante

En torno a esta cuestión, el panelista enfrenta estas falacias con hechos interesantes, como por ejemplo cómo la migración, que suele ser asociada a la delincuencia, en realidad ha permitido bajar las estadísticas criminales en comunas como Quilicura donde la vida en el espacio público propia de las nuevas culturas ha alejado la actividad antisocial en calles y plazas. Espacios que el chileno había dejado de lado como herencia de la dictadura.

“Por otro lado cuando te dicen que el 0.5% de los delitos de narcotráfico son cometidos por migrantes, el error que se comete es pensar que el burrero o traficante es migrante, cuando en rigor es un crimininal que entra y sale del país y no viene a establecerse. Este discurso es funcional a las políticas antimigrantes como cuando se decían cosas descabelladas como que el migrante venía a Chile en busca del Bono Invierno de Bachelet… dejar a tu familia, país e invertir en un viaje de varios cientos de miles para optar a un bono de $40 mil pesos, es lo que se pensaba”, recuerda Bazo.

En el panel, que fue moderado por la profesora Claudia Silva, doctora en sociología de la Escuela de Trabajo Social de la Academia, se reiteró también que muchas políticas públicas de las conversadas en la jornada, son las que han precarizado la situación desde mucho antes de la llegada de los migrantes. Silva, será parte del cuarto y último conversatorio del 26 de junio que llevará por título “La compleja experiencia del racismo en las comunidades inmigrantes”.

Puedes ver las imágenes del tercer conversatorio “El derecho humano a ser migrantes” en la siguiente galería de fotos

Las ponencias completas pueden verse en el siguiente video: