Ceremonia organizada por la UAHC y Fundación Salvador Allende realiza reconocimiento a la solidaridad internacional con víctimas de la dictadura

Ceremonia organizada por la UAHC y Fundación Salvador Allende realiza reconocimiento a la solidaridad internacional con víctimas de la dictadura

En una emotiva ceremonia realizada en el GAM, la UAHC y la Fundación Salvador Allende organizaron un encuentro para reconocer a los/as representantes del cuerpo diplomático, ONGs e instituciones internacionales que tras el golpe de Estado de 1973 ofrecieron muestras de solidaridad y brindaron asilo a las víctimas de la persecución política, un conjunto de esfuerzos individuales que contribuyeron a avanzar en el camino hacia el restablecimiento democrático en Chile.

El evento, que contó con la presencia de la Subsecretaria de Relaciones Internacionales, Gloria de la Fuente, el arquitecto y miembro del Consejo Social de la carrera de Arquitectura de la Academia, Miguel Lawner, la directora de la Fundación Salvador Allende, Marcela Ahumada, y el director del GAM, Felipe Mella, incluyó una presentación artística de la WAK Big Band y un panel donde distintos/as participantes en la lucha por la defensa por los derechos humanos brindaron testimonio de sus experiencias individuales y colectivas, al tiempo que criticaron las expresiones de negacionismo que han surgido de cara a la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado.

El rector de la UAHC, Álvaro Ramis, recordó cómo desde sus inicios la Academia sirvió como un refugio académico a quienes eran blanco de persecución, gestiones que se sumaron a la campaña que organizaban distintos actores transfronterizos. “Los esfuerzos del cardenal Raúl Silva Henríquez no habrían sido fructíferos si no lo hubieran existido del otro lado el peso de la solidaridad internacional. Sin ese respaldo y apoyo no habrían existido las condiciones mínimas para salvaguardar vidas. El mayor aprendizaje que podemos extraer es que si se pudo en oposición a la dictadura, hoy es más urgente. En palabras del cardenal: La mentira, el odio y la muerte no tendrán la última palabra”.

La senadora y cofundadora de la Fundación Salvador Allende, Isabel Allende Bussi, describió las distintas formas de resistencia a la barbarie e intentos de distintas embajadas por salvar vidas en los días posteriores al derrocamiento de su padre. En forma particular reconoció los riesgos personales que aceptaron correr funcionarios como el fallecido embajador mexicano Gonzalo Martínez Corbalá, quien ofreció asilo a cerca de 800 compatriotas en la misión diplomática de su país, incluyendo la familia del depuesto mandatario, gestiones humanitarias que lo llevaron a sufrir amenazas de secuestro contra sus hijos.

El panel incluyó testimonios de la trabajadora del Comité Pro Paz Daniela Sánchez, quien se refirió al foco que guió los esfuerzos iniciales cuando el abatimiento parecía imponerse. “Nos propusimos ayudar de la manera que haríamos frente a situaciones de emergencia como terremotos e inundaciones. Era una urgencia humanitaria que se vivía en todo el país, donde se generó una red de aprendizaje a través de la información que nos llegaba desde lugares como La Serena, Paine, de donde venían noticias terribles. En ese momento ya se hace presente la solidaridad extranjera con apoyos materiales concretos. Las personas que sobrevivieron gracias a esos esfuerzos fueron dignas contrapartes de esa cooperación”.

La ex ministra de Educación e integrante del Instituto de Educación y Acción Social (IDEAS), Adriana Delpiano, relevó el apoyo que ofrecían distintas instituciones agrupadas en torno a la Academia como el Programa Integral para la Igualdad Educativa (PIIE), el Grupo de Investigaciones Agrarias (GIA) y la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) para organizar una red orientada a la recuperación democrática. “Había una doble dimensión de ayuda que incluía la parte académica, donde se acogieron a docentes y personas que iban volviendo del exilio, pero también había una noción de acción directa para suplir lo que antes hacían los partidos políticos”.

“Formamos parte del desarrollo de una educación popular inspirada en las enseñanzas de Paulo Freire donde se adquirieron metodologías mucho más horizontales. Todos/as compartíamos la misma precariedad y corríamos el mismo riesgo. Cada espacio educativo era un espacio de libertad y la solidaridad que nos ofrecieron nos permitió crear espacios democráticos dentro de una dictadura. Logramos derrocar al dictador con el apoyo de ustedes. Por eso asumimos un compromiso para que esa luz no se apague más, para profundizar la democracia y que no se repitan las violaciones a los derechos humanos”, manifestó.

Revisa imágenes de la ceremonia en esta galería:

Ceremonia de Reconocimiento a la Cooperación y Solidaridad Internacional