Un proyecto socioeconómico del gobierno de Allende_Tres actores principales de la Unidad Popular recuerdan la innovadora experiencia del Complejo Maderero Panguipulli
Hugo Fazio, Osvaldo Alvarado y Jacques Chonchol, relevantes actores políticos y sindicales de la Unidad Popularm recordaron el auge forestal de las cooperativas agrícolas y nuevos asentamientos campesinos como el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP). La conversación titulada “El proyecto socioeconómico de la Unidad Popular: Desde la Reforma Agraria al Complejo Forestal y Maderero Panguipulli”, organizado por la Dirección de Vínculo con el Medio de la Universidad y la Corporación Parque por la Paz Villa Grimaldi, entregó nuevas perspectivas sobre la idea de progreso tecnológico y humano que gestó la Unidad Popular.
Como es sabido, durante el gobierno de la Unidad Popular (1970-1973) se desarrollaron y apoyaron diversas experiencias laborales y socio-productivas enmarcadas en un contexto de desarrollo alternativo, las cuales se destacaban por la sustentabilidad y la gestión participativa ancladas en el “Poder Popular”.
La Reforma Agraria fue una de las iniciativas emblemáticas del presidente Salvador Allende, junto a la creación de cooperativas agrícolas y nuevos asentamientos campesinos. Uno de ellos fue el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli (COFOMAP) el que legó a ser una de las más importantes experiencias de gestión, explotación y manejo forestal del período. Una empresa administrada colectivamente entre trabajadores y el Estado que reivindicó los derechos sociales y mejoró la calidad de vida de los trabajadores y sus familias, potenciando la sustentabilidad de los procesos extractivos.
Al respecto, el académico de la UAHC y economista chileno y Vicepresidente ejecutivo del Banco Central durante el Gobierno de la Unidad Popular, Hugo Fazio, considera que el Complejo Maderero Panguipulli y el esfuerzo conjunto de trabajadores y del estado, es un ejemplo de participación que jamás volvió a verse en la matriz estatal. “Tal vez por eso persiste una mala distribución del ingreso desde la dictadura, ya que este tipo de economías fueron totalmente erradicadas. Incluso me atrevería a decir que la brecha de distribución de esos ingresos se ha duplicado desde entonces”, dice preguntándose a la vez por las consecuencias generales de medio siglo posterior a este modelo de gestión.
“Creo que es algo muy contingente preguntarse por la urgencia que tiene actualmente el gobierno por intentar minimizar los efectos del golpe de Estado. Tratan de ocultar su carácter fascista y su consiguiente represión, pese a que el gobierno de Allende fue el mayor intento por resolver las grandes contradicciones sociales de nuestra historia”, declara.
La siembra neoliberal
Por su parte, Jacques Chonchol, académico y agrónomo chileno que como Ministro de la Unidad Popular profundizó en el proceso de Reforma Agraria, ponderó la influencia que el COFOMAP y el fin del latifundio tuvo durante el gobierno de Salvador Allende y posteriormente. “Al final del gobierno del Presidente Allende prácticamente se repartieron 9 millones de hectáreas que eran propiedad de latifundistas. Una vez iniciada la dictadura fue el desastre: pues de lo ganado, se devolvió a privados el 35% de esas tierras, otro 23% se fue a remates y el resto quedó en manos del Estado. Además, las familias que se vieron beneficiadas por la Reforma Agraria, además de verse enajenadas fueron perseguidas por esta contrarreforma”, recuerda Chonchol.
“Así es como empieza a surgir una agricultura capitalista que tenía como meta la exigencia de desarrollar cultivos de contraestación para enviar a otros hemisferios. Aunque la agricultura progresó, las leyes campesinas se vieron muy afectadas. Esta fue la génesis del sembrado del campo neoliberal chileno”, agrega.
Desde Suecia, Osvaldo Alvarado, sociólogo y, por entonces, Delegado del Gobierno de la Unidad Popular en el Complejo Forestal y Maderero Panguipulli, recuerda que a sus 24 años para él este experimento social era algo sorprendente que sólo podía generar más desarrollo, pero que la realidad finalmente pesó sobre toda intención innovadora.
El producto, el desarrollo y la cultura del avance tecnológico era una serie de atributos que debían ser llevados a la vida cotidiana de la gente, dice el ex trabajador maderero. “Sin la Unidad Popular de Salvador Allende, una experiencia como el Complejo Maderero Panguipulli no es concebible. Fue un reto enorme crear tal nivel de administración. Nosotros lo logramos gracias a que el equipo de apoyo estaba compuesto por profesionales jóvenes cuya prioridad siempre fue fortalecer formas de participación social y reforestar para el futuro”, señala.