El Modelo Educativo de la Universidad destaca por su visión crítica—transformadora de la educación y la sociedad. Inspirado en la promoción y defensa de los derechos humanos y de la democracia, tiene como principios básicos la valoración del desarrollo sustentable e inclusivo, con especial énfasis en la equidad y la eliminación de todo tipo de discriminación; la construcción de un espacio educativo con una mirada abierta y pluralista, que hace del pensamiento crítico un sello formativo de su docencia; y la participación como un valor central de la gestión académica e institucional.
La implementación del modelo educativo en su dimensión curricular fue desarrollada por el conjunto de actores que componen la comunidad educativa: profesores, estudiantes, titulados/as y miembros expertos de organizaciones gremiales y científicas, además de empleadores en cada una de las áreas disciplinares. La forma adoptada es la de una innovación curricular que dialoga con el Marco Nacional de Cualificaciones, en donde los programas de carrera transitan potencialmente por el conjunto de certificaciones: bachillerato, licenciatura y título profesional.
Esta innovación incorpora el sinceramiento de cargas horarias para la transferibilidad de los desempeños certificados y para el fortalecimiento de la movilidad estudiantil a través del Sistema de Créditos Transferibles.
Todos los programas de pregrado están conformados por tres planes formativos que se articulan vertical y transversalmente:
Actualmente, la Universidad cuenta con cinco cátedras básicas, de las cuales tres son obligatorias para todas sus carreras, de acuerdo a cada Plan de Estudios. Estas son:
Línea de formación de facultad