Victima del coronavirus_Académicos/as de la UAHC recuerdan la versátil obra del fallecido escritor Luis Sepúlveda
El escritor Luis Sepúlveda Calfucura, autor de legendarias obras como “El viejo que leía historias de amor”, “Patagonia Express” o “Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar”, falleció a causa del coronavirus en Asturias, España. El columnista y novelista contrajo el virus a fines de febrero luego de asistir a un festival literario en Portugal.
El escritor y director de la Escuela de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación, Nibaldo Cáceres, celebra la versatilidad de una obra que abarcaba desde la más innovadora novela negra, política e infantil que, con el tiempo, ha sido incorporada en los planes curriculares de las escuelas. “Quienes nos acercamos a su obra cuando fuimos adolescentes lo recordamos como una lectura placentera respecto a las vinculadas al colegio o la universidad. Era parte del mismo contexto precioso de los amigos, el carrete y el fútbol, quizás. Era difícil no tener en el horizonte un texto de Luis Sepúlveda”, señala.
El escritor que murió a los 70 años, se fue de Chile en el año 1975 y se radicó en España donde residió hasta sus últimos días. Dentro de su obra cultural destaca el haber fundado el Salón del Libro Iberoamericano y ser además uno de los integrantes y fundadores de la edición chilena de Le Monde Diplomatique. En ese medio compartió páginas y opiniones con el rector Álvaro Ramis, quien conoció de cerca su obra y alcances. Sobre el deceso del escritor chileno, Ramis destaca un carácter global que podía interpelar a diversas culturas.
“Luis Sepúlveda fue un chileno universal capaz de escribir desde su identidad chilena, sin dejar nunca su raíz y, a partir de ella, ser interpretado sin fronteras. Sepúlveda pudo hacer de lo chileno algo universal en la misma línea de otros autores como Gabriela Mistral o Pablo Neruda, grandes autores cuya narrativa puede ser leída en multitud de idiomas”, señala. “Se caracterizó también por una profunda crítica al devenir de la historia chilena de los últimos 40 años que desnudaba las contradicciones del modelo económico social y político en diferentes momentos de manera directa y con total libertad y honestidad”, agrega.
El narrador lárico
El profesor Cáceres, regresa sobre la idea de la influencia juvenil de Sepúlveda y destaca libros menos difundidos suyos como “Desencuentros” que son parte de las etapas de la construcción de lectores hoy dedicados completamente a la literatura, agrega sobre un autor de cabecera para muchos. “Un narrador lárico, de tiempos y territorios. Un narrador, y valga la contradicción, errantemente lárico”, define sobre una característica propia de los poetas de pueblo.
Desde la editorial Aun creemos en los sueños, donde se antologaron sus últimas columnas, Víctor Hugo de la Fuente, lamenta la partida de Sepúlveda recordándolo como un contador de historias: “Para nosotros además de un gran escritor se va un gran amigo y compañero, que nos acompañó desde el comienzo en esta aventura que ha sido publicar Le Monde Diplomatique en Chile. Despedimos a un hombre generoso y talentoso, un contador de historias, que puso su saber al servicio de los demás”.
Sepúlveda fue hijo de un militante del Partido Comunista chileno y una enfermera de origen mapuche, se formó en producción teatral en la Universidad de Chile. Tras el Golpe de Estado fue detenido y encarcelado durante dos años y medio, hasta que logró salir en libertad gracias a las gestiones Amnistía Internacional. Su trabajo literario ha sido traducido a más de 20 idiomas.