Actor Luis Dubó rescata la esencia colectiva del payaso chileno en nuevo taller universitario

Actor Luis Dubó rescata la esencia colectiva del payaso chileno en nuevo taller universitario

“El payaso chileno es un espejo deformante que nos devuelve, entre risas, la imagen de quienes somos”, propone el galardonado artista nacional.

Con una trayectoria de más de tres décadas en cine, teatro y televisión, el premiado actor chileno Luis Dubó (Altazor, Pedro Sienna) suma a su carrera un compromiso con las raíces del arte popular. Formado en el legendario clan de los Caluga y dedicado a la docencia circense, Dubó lidera actualmente el Curso Taller Payaso Chileno en la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, un espacio que reivindica una tradición donde convergen el espectáculo masivo y la crítica social.

Una de sus últimas participaciones es en la coproducción internacional chilena – española – francesa “La contadora de películas”, basada en el libro del mismo nombre del novelista Hernán Rivera Letelier.

“Cuando estudié actuación me interesé junto con un grupo de colegas en el tema de la tradición oral y llegamos a investigar las rutinas clásicas del circo chileno, específicamente las que nacen en el seno de la familia Lillo Machuca. Hicimos un proyecto y conseguimos que don Abraham Lillo Machuca, más conocido como el Tony Caluga, nos entregara ese conocimiento a través de un taller práctico y las herramientas para construir algunas rutinas clásicas. En ese aprendizaje seguí trabajando con ellos y terminé transformándome en un payaso más de la troupe”, explica.

Esa experiencia, reforzada al montar un espectáculo con Caluga Junior, le reveló el valor pedagógico del payaso: “Desarrolla la creatividad, la corporalidad y la memoria. Es un conocimiento identitario que solo se aprende en la praxis, sin guiones escritos”, destaca.


Claves de un arte vivo

El taller explora técnicas como la retahíla, la regla de tres y la proyección escénica, centrándose en el tony -el payaso torpe, contraparte del clown serio-, figura emblemática del circo nacional. Para Dubó, rescatar estas estructuras es un acto de revalorización cultural: “Son artesanías escénicas únicas, forjadas en el día a día de familias circenses. Nos ayudan a entender la riqueza de nuestra sociedad”.  Propone un acercamiento a diversos contenidos propios de la disciplina del payaso circense y su expresión escénica. Quienes participen en el programa tendrán la experiencia de crear en base al “tony”, uno de los números más tradicionales del circo chileno.

“Las rutinas clásicas del circo chileno son únicas, nuestras y complejas porque son materiales que se construyeron en el diario vivir de familias que se dedicaron a esta actividad. Es una forma de vida que construye estructuras muy poderosas, entonces redescubrirla entrega elementos para comprender la riqueza que tenemos como sociedad”.

El actor de Machuca y La Fiebre del Loco vincula esta práctica con el contexto social actual: “Frente al avance autoritario que castiga lo colectivo, el circo defiende lo público, la libertad creativa y el trabajo comunitario”. Subraya cómo las rutinas previas a 1973 encarnaban la crítica social: “Había sátiras sobre militares, profesiones o la ambición. Eran gritos de libertad disfrazados de risas”.

Con este taller, Dubó no solo preserva un legado, sino que lo activa como herramienta de reflexión y encuentro. “El payaso chileno es un espejo deformante que nos devuelve, entre risas, la imagen de quienes somos”, dice.

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