Comunicando la urgencia climática en la Academia_La comunidad universitaria fortalece acciones y discursos sobre la crisis ambiental
Actividades de reforestación del entorno, investigación aplicada a procesos ambientales o la socialización de políticas de reutilización de insumos y reciclaje de material entre la comunidad universitaria son ejemplos de cómo el discurso sobre la urgencia del cambio climático también se vuelve en acciones dentro de la UAHC.
Las escuelas de Geografía, Derecho, Antropología, Sociología y el Instituto de Humanidades llevan adelante una extensa agenda de difusión de sus proyectos e investigaciones dentro de un año marcado por la cuestión socioambiental. En tal sentido, muchas de estas acciones se aterrizan gracias al Equipo de Infraestructura y Sustentabilidad que promueve, en todos los campus de la Universidad, las buenas prácticas y principales nociones sobre la temática entre sus profesores/as, estudiantes y funcionarios/as.
El Equipo de Infraestructura y Sustentabilidad de la Academia (Dirección de Administración), compuesto por Francisco Abarca e Ignacio Gallardo, ha liderado una serie de iniciativas tendientes a comunicar dentro de la Universidad diversas implicancias sobre la urgencia climática y la sustentabilidad desde aspectos habituales para toda la comunidad universitaria.
“Comunicar que el cambio climático es inevitable y ya efectivo en el presente cotidiano, es una tarea que hoy se enmarca desde el formato informativo-noticiario, lo que conlleva a que sea en algunas instancias estéril y superficial, romper esta lógica y obtener una posición más pragmática es tarea esencial”, cree Abarca, quien ya completa dos años de una labor que cuenta la instalación se señaléticas, espacios para reciclaje y otros mensajes que poco a poco permean entre estudiantes, académicos y funcionarios de la UAHC.
Coincide con el Ignacio Gallardo, quien apoya la implementación de estas iniciativas. “La comunicación ligada a la buena práctica, descentralizada desde el plano administrativo y fomentada desde el aula en las universidades representa el mayor desafío para las entidades universitarias. El poder reconocer que la sustentabilidad se debe y se puede trabajar de forma multidisciplinar, es la base para que los estudiantes puedan adquirir de forma plena los conocimientos que todo ser humano debe poseer como experiencia de vida, la compresión de aquello puede posicionar a la sustentabilidad como un complejo temático transversal en espacialidades muy distintas”, señala.
La clave para que este discurso llegue a buen puerto es el retorno que estas prácticas tengan al concretarse, es decir, se vuelve efectivo y significativo, cuando se basa en buenas prácticas como el trabajo colectivo, la reutilización de materiales, la disminución del consumo de insumos o el cuidado ambiental real, cree el equipo de Equipo de Infraestructura y Sustentabilidad de la universidad. Hasta ahora la capacitación de la comunidad y la firma de convenios con diversas instituciones de gestión de residuos son algunos de esos hitos.
“Estas prácticas no solo son sometidas a prueba en el espacio universitario, sino que se deben extender a otras espacialidades desbordando de valores tanto en los hogares de los estudiantes, como sus comunidades. La comunicación en este contexto es esencial, debe plasmar las ideas de forma permanente, con una proyección incesante”, agrega Abarca.
Hacia soluciones colaborativas
Francisca Sandoval es directora ejecutiva de la Red Campus Sustentable, asociación de instituciones de educación superior y profesionales, dedicados a la promoción de la sustentabilidad en la educación superior. Con un trabajo muy cercano con la Academia, esta organización tiene entre sus metas comunicar la crisis climática a nivel de las comunidades universitarias de manera colaborativa, y desde estos espacios, incidir en diversos aspectos de la sociedad.
El vínculo directo de esta Red con la Academia es a través del Equipo de Infraestructura y Sustentabilidad. “Este fue un año muy potente ya que la Academia comenzó a trabajar fuerte desde que nos reunimos y nos dimos cuenta de que están totalmente abiertos para comenzar este cambio. Creo que la UAHC tiene muchas iniciativas y alternativas planteadas en este sentido y lo principal es que están con la disposición de trabajar colaborativamente. Tomar la decisión política de empezar a caminar hacia la sustentabilidad es una gran decisión. Ha sido un año de consolidación y acuerdos con instituciones públicas y que van a prosperar independiente del gobierno de turno”, evalúa la ejecutiva.
A través de citas, seminarios y ferias interuniversitarias, 16 universidades chilenas y de Latinoamérica comparten conocimientos y experiencias sobre cómo comunicar y actuar ante el cambio climático en vísperas de la cumbre mundial COP 25. “Creo que la forma de comunicar la emergencia climática o las acciones a tomar son con medidas concretas, cuantificables, medibles y en plazos claros y definidos. No medidas al voleo y sin responsables. La idea es hacer un llamado a la comunidad a integrarse”, cree Sandoval, quien, además señala que para educar respecto a este tema se debe considerar a todos los actores de la sociedad. Tanto dentro como fuera de la universidad, pero en particular de los estudiantes.
Para la profesora Daniela Escalona, geógrafa del Núcleo de Investigación y Docencia en Ambiente y Sociedad, del Instituto de Humanidades de la Academia, la masiva comunicación sobre la crisis climática y su impacto siempre ha sido un tema anclado en la sociedad civil que hoy se acerca, cada vez más, a una vanguardia ambiental más propia de los años 70 apoyada por las universidades. “La universidad siempre ha sido en este sentido, un espacio en que se produce y reproduce el conocimiento, que en parte se alimenta de estos procesos y discursos locales, cuestión que hoy también es criticada por estas organizaciones. Digamos que las estructuras que se han impuesto en el mundo científico, limitan las posibilidades de acción de estos grupos, que están restringidos por el alcance de sus publicaciones, la dependencia de los fondos de investigación y otras competencias, etc. Una gestión que se ve estrechada también por la crítica que se puede construir desde el mundo científico debido a la dependencia de estas estructuras de poder. En ese sentido los discursos de los movimientos sociales nos superan.”, cree la profesora quien cursa un doctorado en Geografía y Conflictos Ambientales y coordina el curso “Narrativas del Cambio Climático y Comunicación para la Transformación”.
“Ciertamente hoy las principales dificultades están puestas en la comunicación ambiental que se ha posicionado en diversos lugares del mundo, como en Europa, como uno de los temas importantes que se están discutiendo debido a que la concientización global sobre un tema ambiental, que ha tenido despliegues importantes y que diagnostica un estancamiento en las últimas décadas, de cierto modo, el gran desafío es que debemos salir de los círculos donde las personas ya están conscientes y comprometidas y llevar estos mensajes a otros grupos, y ahí las limitaciones impuestas son un obstáculo real”, dice Escalona sobre la necesidad de acercar la comunicación ambiental a distintos actores de la sociedad.
Extendiendo el alcance de la investigación ambiental
Esa concientización a la que se refiere Escalona, abarca temas cotidianos como la escasez hídrica, el tratamiento de la basura y la reutilización de materiales, por ejemplo. “En la Academia siempre ha existido una investigación e intervención en temática ambiental desde una perspectiva de la justicia social, aunque se han relevado otros más simbólicos como los derechos humanos y el género que también tienen mucho que ver con esto. Sin duda, creo que lo estratégico, y lo que está ocurriendo, es que estos temas aparezcan en la escena pública desde esta universidad y con su sello diferenciador, entendiendo que los derechos humanos y la justicia social son igual de relevantes hoy respecto a su importancia por cuanto impactan fuertemente en la sociedad, su calidad de vida y su futuro”, señala Escalona.
El rector Álvaro Ramis considera como una alianza virtuosa el trabajo conjunto de la Academia, sus docentes y la Red Campus Sustentable ya que materializa una responsabilidad institucional sobre el medio ambiente ante la sociedad y el planeta. “El deber es comprometerse y eso es el esfuerzo mínimo con que una institución debe gestionar sus propios procesos. Un compromiso que debe ser más socializado y conocido, ejecutado más cotidianamente y no como una exigencia de futuro, sino como una exigencia básica y un indicador básico para estudiantes, trabajadores/as y académicos/as”, explica la autoridad de la UAHC quien recientemente declaró la responsabilidad institucional ante esta problemática.
El desafío es pasar a un cambio global y uno cosmovisional, señala respecto al reciente Workshop “Desarrollos y Naturalezas: lo común, historias y contingencias” del Instituto de Humanidades en el que también participó Ramis. “Existen deberes mayores que tienen que ver con cambios de paradigmas y reformas de contenido para asumir este desafío del cambio ambiental”, reitera.
Al respecto, el Núcleo de Investigación y Docencia en Ambiente y Sociedad, del Instituto de Humanidades ha trabajado en permanentes informes ambientales, series de columnas de opinión, conversatorios con estudiantes y la sociedad civil dentro y fuera de la universidad además de la producción de documentos y artículos sobre acción ambientalista en su Magíster en Desarrollo Sustentable de Ambientes y Territorios.
El “Curso Narrativas del Cambio Climático y Comunicación para la Transformación”, de corto formato, aborda al interior y exterior de la universidad la contingencia de la transformación social urgente para afrontar el escenario de cambio climático. En la misma línea, la Escuela de geografía realiza con éxito su ciclo de clases abiertas “Cambio global: clima, biodiversidad y resiliencia” en la que los profesores, Daniela Manuscevich y Yohann Videla, han dictado aspectos diversos sobre controversias entre políticas públicas y la manera de enfrentar esta crisis desde la investigación académica. En tanto, el Equipo de Infraestructura y Sustentabilidad ha llevado adelante campañas sobre zonas libres de humo, reutilización de toners, papel y otros; además de mantener una activa participación en ferias temáticas y las estrategias de la Red Campus Sustentable cubriendo así la totalidad de intereses de la comunidad universitaria.
“No sólo es necesario comunicar y concientizar sobre estos aspectos generales, sino acerca de la política que está en la génesis y detrás de estos problemas que surgen de relaciones de poder desequilibradas y, de cierta forma, dominantes en la escena pública. Ciertamente los proyectos neoliberales y político ambientales mantienen un vínculo que genera impactos enormes ante los cuales hay que poner atención desde la academia y la sociedad civil”, plantea Escalona.